/ miércoles 26 de junio de 2024

¿En qué consiste la revisión del TMEC en 2026?

Belén Elizabeth Licona Romero


En 2026, México, Estados Unidos y Canadá se sentarán nuevamente a la mesa para revisar el T-MEC, un Tratado que ha promovido la relación económica de América del Norte desde su implementación en 2020. Este proceso es una oportunidad para adaptarse a las nuevas realidades y desafíos que enfrenta nuestra región.

El T-MEC sustituyó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que estuvo en vigor durante más de dos décadas. Con este, se introdujeron modificaciones significativas, sin embargo, la economía global y regional está en constante actualización.

El Artículo 34.7 del T-MEC estipula que esta primera revisión debe abordar su funcionamiento, recomendaciones y decidir sobre cualquier medida apropiada. Además, cada país deberá declarar su conformidad en extender el Tratado por otros 16 años.

En este sentido, la revisión del T-MEC es un periodo para evaluar qué ha funcionado, qué no, y cómo se puede llegar a un acuerdo que refleje mejor los intereses de los tres países.

Como parte de la estrategia del nearshoring, México puede fortalecer su posicionamiento como un destino competitivo. A medida que las empresas buscan acercar sus cadenas de suministro para reducir riesgos y costos, es importante que el T-MEC ofrezca un marco sólido que incentive la inversión y la relocalización de empresas en la región.

Cabe destacar que un actor fundamental de esta revisión es el Cuarto de Junto, un mecanismo de diálogo entre la Secretaría de Economía y los sectores productivos nacionales. Este espacio permite que los intereses de las industrias mexicanas sean considerados en las negociaciones. La participación del sector privado es clave para asegurar que las negociaciones reflejen las necesidades de la industria desde su experiencia directa.

Además, el Comité de Competitividad de América del Norte, que opera bajo el marco del T-MEC, también desempeña un papel significativo. Este Comité, compuesto por representantes del gobierno de los tres países, tiene como objetivo fomentar un entorno económico que incentive la producción, facilite el comercio y la inversión.

Una de las áreas más relevantes de este Tratado es su enfoque en la actualización de las reglas comerciales, con especial énfasis en el comercio digital. Este enfoque es necesario para crear un entorno que no solo favorezca la innovación y el emprendimiento, sino que también permita a las empresas de la región competir en un mercado global cada vez más digitalizado.

La modernización de estas reglas es esencial para asegurar que las transacciones digitales sean seguras, eficientes y accesibles, facilitando así el crecimiento de las startups y las empresas del sector de nuevas tecnologías.

Por otro lado, el sector automotriz, uno de los pilares de la economía en América del Norte, es de especial interés en la revisión del T-MEC. Este sector no solo representa una gran fuente de empleo y producción industrial para México, Estados Unidos y Canadá, sino que también es un eje central en la cadena de suministro regional.

La revisión del Tratado debe enfocarse en fortalecer este sector mediante la promoción de prácticas sostenibles, el fomento de la innovación tecnológica y la mejora de la competitividad. Además, es crucial abordar los retos relacionados con la transición hacia vehículos eléctricos y tecnologías limpias, asegurando que las normativas comerciales faciliten esta transición.

Estas actualizaciones pueden proporcionar el marco necesario para que la industria automotriz norteamericana lidere en sostenibilidad y avances tecnológicos.

La revisión del T-MEC en 2026 será una oportunidad para reforzar la integración de América del Norte y asegurar que el Tratado siga siendo un marco que propicie el crecimiento económico para los tres países. México debe abordar estas negociaciones con una visión estratégica, buscando proponer mejoras que beneficien a todos. La participación del sector privado, el fortalecimiento de sectores estratégicos y la adaptación a las nuevas tendencias del comercio internacional serán fundamentales para el éxito de estas negociaciones.

Doctorante en Seguridad Internacional por la Universidad Anáhuac y Maestra en Relaciones Internacionales y Derecho Internacional por University of Aberdeen en Reino Unido. Es académica en las universidades Anáhuac e Iberoamericana. Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión sobre Sociedades del conocimiento y educación del COMEXI.

Belén Elizabeth Licona Romero


En 2026, México, Estados Unidos y Canadá se sentarán nuevamente a la mesa para revisar el T-MEC, un Tratado que ha promovido la relación económica de América del Norte desde su implementación en 2020. Este proceso es una oportunidad para adaptarse a las nuevas realidades y desafíos que enfrenta nuestra región.

El T-MEC sustituyó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que estuvo en vigor durante más de dos décadas. Con este, se introdujeron modificaciones significativas, sin embargo, la economía global y regional está en constante actualización.

El Artículo 34.7 del T-MEC estipula que esta primera revisión debe abordar su funcionamiento, recomendaciones y decidir sobre cualquier medida apropiada. Además, cada país deberá declarar su conformidad en extender el Tratado por otros 16 años.

En este sentido, la revisión del T-MEC es un periodo para evaluar qué ha funcionado, qué no, y cómo se puede llegar a un acuerdo que refleje mejor los intereses de los tres países.

Como parte de la estrategia del nearshoring, México puede fortalecer su posicionamiento como un destino competitivo. A medida que las empresas buscan acercar sus cadenas de suministro para reducir riesgos y costos, es importante que el T-MEC ofrezca un marco sólido que incentive la inversión y la relocalización de empresas en la región.

Cabe destacar que un actor fundamental de esta revisión es el Cuarto de Junto, un mecanismo de diálogo entre la Secretaría de Economía y los sectores productivos nacionales. Este espacio permite que los intereses de las industrias mexicanas sean considerados en las negociaciones. La participación del sector privado es clave para asegurar que las negociaciones reflejen las necesidades de la industria desde su experiencia directa.

Además, el Comité de Competitividad de América del Norte, que opera bajo el marco del T-MEC, también desempeña un papel significativo. Este Comité, compuesto por representantes del gobierno de los tres países, tiene como objetivo fomentar un entorno económico que incentive la producción, facilite el comercio y la inversión.

Una de las áreas más relevantes de este Tratado es su enfoque en la actualización de las reglas comerciales, con especial énfasis en el comercio digital. Este enfoque es necesario para crear un entorno que no solo favorezca la innovación y el emprendimiento, sino que también permita a las empresas de la región competir en un mercado global cada vez más digitalizado.

La modernización de estas reglas es esencial para asegurar que las transacciones digitales sean seguras, eficientes y accesibles, facilitando así el crecimiento de las startups y las empresas del sector de nuevas tecnologías.

Por otro lado, el sector automotriz, uno de los pilares de la economía en América del Norte, es de especial interés en la revisión del T-MEC. Este sector no solo representa una gran fuente de empleo y producción industrial para México, Estados Unidos y Canadá, sino que también es un eje central en la cadena de suministro regional.

La revisión del Tratado debe enfocarse en fortalecer este sector mediante la promoción de prácticas sostenibles, el fomento de la innovación tecnológica y la mejora de la competitividad. Además, es crucial abordar los retos relacionados con la transición hacia vehículos eléctricos y tecnologías limpias, asegurando que las normativas comerciales faciliten esta transición.

Estas actualizaciones pueden proporcionar el marco necesario para que la industria automotriz norteamericana lidere en sostenibilidad y avances tecnológicos.

La revisión del T-MEC en 2026 será una oportunidad para reforzar la integración de América del Norte y asegurar que el Tratado siga siendo un marco que propicie el crecimiento económico para los tres países. México debe abordar estas negociaciones con una visión estratégica, buscando proponer mejoras que beneficien a todos. La participación del sector privado, el fortalecimiento de sectores estratégicos y la adaptación a las nuevas tendencias del comercio internacional serán fundamentales para el éxito de estas negociaciones.

Doctorante en Seguridad Internacional por la Universidad Anáhuac y Maestra en Relaciones Internacionales y Derecho Internacional por University of Aberdeen en Reino Unido. Es académica en las universidades Anáhuac e Iberoamericana. Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión sobre Sociedades del conocimiento y educación del COMEXI.