A mi hermana Dulce, por su cumpleaños
Escuchaba la semana pasada que en una entrevista que le hacían a Biby Gaytán, la periodista concluyó diciendo: Había oído a varios reporteros decir que siempre eres muy amable, y la verdad se quedan cortos. ¡Eres lindísima!
Y sí, la verdad es que Biby lo es. He tenido la oportunidad de estar cerca de ella en dos obras: el musical “Chicago”, que pese al enorme éxito que tenía hubo de acabar su temporada por la pandemia; y actualmente en “Dos locas de remate”, que protagoniza con otra grande de los escenarios: Dalilah Polanco.
Empiezo mi comentario sobre la obra hablando de la amabilidad de Biby, porque además de ser cierto fuera del escenario (con toda la gente que se cruza en su camino: fans, compañeros, creativos, el señor de la limpieza, la chica del valet parking, etcétera), lo es también sobre el mismo, y esto se proyecta en su trabajo, pues desde el momento en que aparece en escena (guapísima por cierto), el público la adora.
Y lo mismo sucede con Dalilah, quien no termina de entrar a escena cuando se escucha el aplauso y con su primer diálogo se desata la primera carcajada.
“Dos locas de remate”, escrita por Ramón Paso (por cierto nieto de uno de los más populares dramaturgos españoles del siglo pasado), es una comedia a plenitud, en la que los defectos de los personajes se ven a través de la lupa que es el género mismo, y nos permiten ver que detrás de cada carcajada, hay un motivo profundo que lleva a los personajes a la situación que se muestra.
Titulada originalmente “El reencuentro”, esta comedia cuenta la vida de dos hermanas que vuelven a verse después de 20 años de estar alejadas y están obligadas ahora a vivir juntas.
La convivencia cotidiana de las hermanas, en apariencia diametralmente distintas, va mostrándoles que no lo son tanto, y que si bien la infancia las marcó para siempre, la vida sigue y que sólo juntas (aunque sea discutiendo y peleando todo el tiempo) pueden seguir avanzando.
La obra abre con este diálogo: “Con la familia uno se permite ser todo lo desagradable que jamás se permitiría ser con un desconocido, simplemente por vergüenza”; y a partir de ahí todo es para arriba, en una espiral enloquecida y llena de verdades.
La dirección de escena es de Manuel González Gil y hoy es Alex Lavallen quien la repone, con el apoyo de Mauricio Galaz.
La puesta en escena es muy ágil, y se pasa materialmente volando, sobre todo por el gran trabajo de sus dos intérpretes.
De Dalilah todo mundo sabemos que es una gran actriz y estupenda comediante, como lo muestra una vez más con su personaje de “Catalina”.
Biby vuelve a sorprendernos, como lo hizo en “Chicago” como “Velma Kelly”, del que hizo una soberbia interpretación, pues como “Julia” está genial.
Como ya lo anoté más arriba, “Dos locas de remate” es una comedia a plenitud y ver a Biby en el tono y ritmo que se requiere es altamente gratificante.
Así como la entrevista a Biby de la que hablé al principio, he visto otras con Dalilah, y ambas subrayan en cada ocasión la importancia de trabajar en equipo, de apoyarse, de formar un todo para el lucimiento de lo importante: la obra.
Eso se ve y se siente desde las butacas del teatro Libanés, donde martes y miércoles a las 20:00 horas, estas dos estupendas actrices muestran su versatilidad, aplomo, experiencia, talento y locura.
“Dos locas de remate” es una producción de Morris Gilbert, quien una vez más ha tenido el buen ojo de reunir a esta pareja que en cada función grita, se insultan, destruyen un departamento… y muestran que, pese a lo que sea, no hay nada mejor en el mundo que los hermanos.