/ domingo 14 de julio de 2024

Entre piernas y telones / Perla de la Rosa

Conocí a Perla de la Rosa hace poco menos de un año en Guadalajara, en la 43 Muestra Nacional de Teatro, en la que ella presentó su libro “Teatro en territorio de guerra”, que recientemente había salido a la luz.

Sin embargo, si de algo habló Perla en todos los lugares a los que acudía era de la indignación de los artistas de Chihuahua por el despilfarro de más de 34 millones de pesos del gobierno de Maru Campos, para producir y presentar únicamente 12 funciones de la obra “La golondrina y su príncipe”.

En todos los eventos Perla iba acompañada de su hijo Ezra, joven y talentoso actor, quien se sumaba a la condena que su madre hacía por el abuso del poder de la gobernadora de Chihuahua.

Esta imagen vino a mi mente al ver a Perla y a Ezra protagonizando “Madre coraje y sus hijos”, que este lunes 15 y martes 16 ofrece sus dos últimas funciones en el Teatro Helénico de la Ciudad de México.

Por si alguien no la conoce, “Madre coraje y sus hijos” es una de las piezas capitales en la dramaturgia de Bertolt Brecht, escrita en 1939 cuando el autor estaba ya exiliado en Suecia, huyendo de la Alemania nazi.

Basada en una novela de la picaresca germana del siglo XVII, “Madre coraje” retoma el personaje de “Ana”, una vendedora ambulante que viaja siguiendo al ejército sueco, durante la Guerra de los 30 años.

Ella sortea hábilmente las diferencias entre protestantes y católicos, y se vale de la guerra para obtener ganancias con su comercio; sin embargo, en la misma pierde a sus tres hijos.

El texto de Brecht es una crítica directa a Hitler y al nazismo, por lo que si bien la obra se estrenó en Zurich en 1941, el montaje dirigido por el autor sólo se pudo presentar en Berlín hasta 1949, luego de lo cual se montó en materialmente el mundo entero, siempre con grandes actrices a la cabeza del reparto.

Hace tres años, en plena pandemia la compañía Telón de Arena, con sede en Chihuahua, invitó a Luis de Tavira a dirigir este montaje, que sólo tuvo una brevísima temporada por el momento sanitario que vivía el mundo entero en aquel entonces.

Hoy, con un panorama más tranquilo en el ambiente de la salud, pero no así en el de la guerra, reestrenan “Madre Coraje y sus hijos”, cuya vigencia y validez es terriblemente evidente.

Con una duración de tres horas (divididas en dos actos) el montaje es ágil, fluido y mantiene el espíritu del texto original, con el necesario distanciamiento (con “apartes” en los que los actores “salen” de su personaje para comentar directamente con el público); la música y las canciones que subrayan esa distancia para no propiciar la catarsis, sino invitar a la reflexión.

Estupendo el montaje, como excelente el desempeño de cada uno de los integrantes del elenco.

Perla de la Rosa (a quien seguramente mucha gente ubica como la madre del luchador Casandro, en la película protagonizada por Gael García Bernal) está estupenda. Al verla en escena me acuerdo de cómo la describe Ricardo Vigueras en el prólogo al libro ya mencionado: Perla de la Rosa, un ventarrón del desierto. ¡Bravo!

Y esa misma fuerza y entrega la ha heredado Ezra Padilla de la Rosa, su hijo, quien interpreta estupendamente bien al menor de los vástagos de “Madre Coraje”. Aquí se aplica a la perfección aquello de “hijo de tigre, pintito”

Todo el elenco es estupendo. Ellos son: Roberto Soto, María Guadalupe Balderrama, Guadalupe de la Mora, César Cabrera, Alan Escobedo, Estefanía Villa, Jesús Piña, Saura Emilia Zubiate, Aarón Antonio Ríos y Marco Nevárez.

La música es ejecutada en vivo por Claudia Salinas (violín), Pablo Ramírez (clarinete), Alan Braulio Hernández (fagot), Ernesto Juárez (percusiones), y Juan Luis González (trompeta).

“Madre Coraje y sus hijos”, un texto de hace casi 90 años, que sigue vigente, y que hay que ver para entender el mundo y tratar de mejorarlo. Felicidades Perla, felicidades Ezra, y felicidades a todos.

Conocí a Perla de la Rosa hace poco menos de un año en Guadalajara, en la 43 Muestra Nacional de Teatro, en la que ella presentó su libro “Teatro en territorio de guerra”, que recientemente había salido a la luz.

Sin embargo, si de algo habló Perla en todos los lugares a los que acudía era de la indignación de los artistas de Chihuahua por el despilfarro de más de 34 millones de pesos del gobierno de Maru Campos, para producir y presentar únicamente 12 funciones de la obra “La golondrina y su príncipe”.

En todos los eventos Perla iba acompañada de su hijo Ezra, joven y talentoso actor, quien se sumaba a la condena que su madre hacía por el abuso del poder de la gobernadora de Chihuahua.

Esta imagen vino a mi mente al ver a Perla y a Ezra protagonizando “Madre coraje y sus hijos”, que este lunes 15 y martes 16 ofrece sus dos últimas funciones en el Teatro Helénico de la Ciudad de México.

Por si alguien no la conoce, “Madre coraje y sus hijos” es una de las piezas capitales en la dramaturgia de Bertolt Brecht, escrita en 1939 cuando el autor estaba ya exiliado en Suecia, huyendo de la Alemania nazi.

Basada en una novela de la picaresca germana del siglo XVII, “Madre coraje” retoma el personaje de “Ana”, una vendedora ambulante que viaja siguiendo al ejército sueco, durante la Guerra de los 30 años.

Ella sortea hábilmente las diferencias entre protestantes y católicos, y se vale de la guerra para obtener ganancias con su comercio; sin embargo, en la misma pierde a sus tres hijos.

El texto de Brecht es una crítica directa a Hitler y al nazismo, por lo que si bien la obra se estrenó en Zurich en 1941, el montaje dirigido por el autor sólo se pudo presentar en Berlín hasta 1949, luego de lo cual se montó en materialmente el mundo entero, siempre con grandes actrices a la cabeza del reparto.

Hace tres años, en plena pandemia la compañía Telón de Arena, con sede en Chihuahua, invitó a Luis de Tavira a dirigir este montaje, que sólo tuvo una brevísima temporada por el momento sanitario que vivía el mundo entero en aquel entonces.

Hoy, con un panorama más tranquilo en el ambiente de la salud, pero no así en el de la guerra, reestrenan “Madre Coraje y sus hijos”, cuya vigencia y validez es terriblemente evidente.

Con una duración de tres horas (divididas en dos actos) el montaje es ágil, fluido y mantiene el espíritu del texto original, con el necesario distanciamiento (con “apartes” en los que los actores “salen” de su personaje para comentar directamente con el público); la música y las canciones que subrayan esa distancia para no propiciar la catarsis, sino invitar a la reflexión.

Estupendo el montaje, como excelente el desempeño de cada uno de los integrantes del elenco.

Perla de la Rosa (a quien seguramente mucha gente ubica como la madre del luchador Casandro, en la película protagonizada por Gael García Bernal) está estupenda. Al verla en escena me acuerdo de cómo la describe Ricardo Vigueras en el prólogo al libro ya mencionado: Perla de la Rosa, un ventarrón del desierto. ¡Bravo!

Y esa misma fuerza y entrega la ha heredado Ezra Padilla de la Rosa, su hijo, quien interpreta estupendamente bien al menor de los vástagos de “Madre Coraje”. Aquí se aplica a la perfección aquello de “hijo de tigre, pintito”

Todo el elenco es estupendo. Ellos son: Roberto Soto, María Guadalupe Balderrama, Guadalupe de la Mora, César Cabrera, Alan Escobedo, Estefanía Villa, Jesús Piña, Saura Emilia Zubiate, Aarón Antonio Ríos y Marco Nevárez.

La música es ejecutada en vivo por Claudia Salinas (violín), Pablo Ramírez (clarinete), Alan Braulio Hernández (fagot), Ernesto Juárez (percusiones), y Juan Luis González (trompeta).

“Madre Coraje y sus hijos”, un texto de hace casi 90 años, que sigue vigente, y que hay que ver para entender el mundo y tratar de mejorarlo. Felicidades Perla, felicidades Ezra, y felicidades a todos.