Por Ricardo Gallegos
Nuestros últimos escenarios del año confirman una tendencia que apuntala a una resiliencia de la economía mexicana y a una inercia que, si bien podría no ser tan fuerte como la de este año, sigue siendo positiva, después de un periodo complicado posterior a la pandemia. Estimamos que los principales riesgos podrían ser más de naturaleza externa que domésticos; si bien habrá fenómenos políticos como las elecciones, que podrían arrojar cierta volatilidad en algunas variables como, por ejemplo, el tipo de cambio, no creemos que este tipo de riesgos sean de naturaleza estructural o sistémica.
Los principales elementos que destacamos son una perspectiva positiva en el crecimiento del PIB para México (HR BBB+(G)), en donde modificamos nuestra estimación de cierre a un crecimiento de 3.42% versus el 3.20% previo, donde la economía presentó un comportamiento más dinámico, impulsada por la actividad de la construcción y servicios, que aún y cuando este último suele tener un comportamiento menos fuerte, terminará apuntalando el resultado en su conjunto.
Para 2024, estimamos que el crecimiento real del PIB alcanzará un 2.80%, lo que representa también un crecimiento respecto a un 2.20% previo; en este caso, asumimos que, durante el año, al concluirse los proyectos estratégicos del gobierno, habría una baja natural del componente de la Inversión Fija Bruta; también si consideramos que tendremos elecciones a lo largo de todo el país, esto contribuirá a este mismo fenómeno. Un factor adicional para considerar es la incorporación del supuesto del comportamiento de la economía de EUA HR (AAA+(G)), que si bien estimamos tendrán un crecimiento en 2023 de 2.5% también creemos que habrá una desaceleración el próximo año, a un nivel de 1.50%, por el efecto acumulado de los incrementos en la tasa de interés.
En términos de la inflación, estimamos que, al cierre del año, esta seguirá descendiendo a un nivel de 4.60% para el cierre del periodo, lo cual es inferior al 4.80% estimado previamente. Lo anterior está muy relacionado con el comportamiento de la tasa de política monetaria, la cual estimamos que finalmente en 2024 empezará con un recorte de tasas durante el primer semestre del año; dentro de este supuesto, estimamos que la reducción en 2024 llegará a 9.25% versus el 11.25%, con lo que estimamos cerrará en 2023.
A nivel de tipo de cambio, que por su naturaleza tiende a ser una de las variables económicas que más volatilidad puede presentar, estimamos que al cierre del año presentará un valor promedio de 17.71 MXP/USD y que para el cierre de 2024 sea de 18.87 MXP/USD. Por el lado del precio de la mezcla mexicana de exportación, estimamos que para el cierre del año este será de 73 dólares por barril (dpb) y que para el siguiente año alcanzará un valor promedio de 68 dbp, el cual es superior al valor aprobado en la Ley de Ingresos del próximo año, de 56.7 dpb, lo cual toma relevancia en un año en que el déficit del balance presupuestario se estima alcance de -4.9% del PIB.
Este año la economía mostró una importante resiliencia económica; prácticamente todos los sectores económicos reaccionaron positivamente a lo largo del año, lo cual también ayudará con cierta inercia hacia el comportamiento de 2024. Las interrogantes con las que arrancará el siguiente año estarán en torno al impacto de las elecciones y sus resultados tanto en México como en los Estados Unidos, y en función de lo anterior, cómo las nuevas autoridades harán reajustes a la política económica y monetaria de cada uno. Quizás algo que no habría que dejar de lado son las variables exógenas, principalmente las relacionadas a los conflictos geopolíticos que usualmente resultan difíciles de predecir, sobre todo en términos de su incidencia económica.
*Director General Adjunto de Análisis Económico en HR Ratings