/ martes 8 de noviembre de 2022

¿Expansión económica o recuperación?

La “estanflación” es un término del que hemos hablado en este espacio debido a que, desde mediados de año, voces autorizadas en el tema como Jerome Powell, presidente del banco central de EEUU, y Agustín Carstens, Director General de Bank for International Settlements, coincidieron en que la combinación de estancamiento económico y alta inflación, sería el escenario más común en el mundo.

En nuestro país aún seguimos lidiando con una inflación muy alta, tanto para consumidores como para productores, pero el mes de noviembre empezó con algunos análisis positivos debido a que la Estimación Oportuna del PIB, publicada por INEGI, reveló que crecimos 4.26% anual en el tercer trimestre, casi un punto porcentual arriba del pronóstico generalizado de 3.3%. En otras palabras, entre julio y septiembre de este año, registramos mejor actividad económica que en mismas fechas de 2021.

¿Entonces ya esquivamos la estanflación? Todavía no, lo que estamos observando aún no puede llamarse expansión de la economía sino recuperación ya que aún no estamos en cifras anteriores a la pandemia. De hecho, hoy el PIB de México está 0.48% por debajo del registrado en 2019, con todo y que lleva 4 trimestres de crecimiento al hilo.

Mientras se publica el dato definitivo, que no suele variar mucho de la Estimación Oportuna, recordemos que el crecimiento del Producto Interno Bruto fue impulsado por la recuperación del sector terciario, es decir por los servicios, las ventas al menudeo y actividades relacionadas con el turismo, que han remontado fuerte luego de los meses más complicados de la pandemia.

Las exportaciones y la inversión extranjera directa también colaboraron, lo cual nos indica que el sector secundario todavía tiene mucho que aportar para salir de éste largo bache, pues herramientas como el nearshoring (consistente en transferir a México la producción de distintos bienes para aprovechar mejor la cercanía con Estados Unidos) generan un encadenamiento productivo en territorio nacional, que nos conviene a todos los sectores económicos.

En resumen, la desaceleración va controlándose pero aún no es suficiente y tenemos mucho que hacer por la anhelada recuperación económica, tan necesaria para volver a tener los empleos formales que está necesitando la población económicamente activa y para recuperar el poder adquisitivo, pues detrás de las cifras del PIB, hay personas que necesitan trabajos que les permitan mantener a sus familias.

En cuanto a la inflación, hay muchos factores externos que determinan la disposición y los precios mundiales de las materias primas, que desafortunadamente no están en manos de un solo país; así que no veremos la estabilización de los precios en este año, por lo que debemos concentrarnos en lo que sí es posible resolver al interior del país, ayudándonos de la política pública, el presupuesto y los consensos que podemos generar en el sector privado, con nuestros pares de todo el país.

Solo con una estrategia coordinada que cuente con planeación y dinero público, con la participación de todos los actores públicos y privados, podremos hablar de expansión o crecimiento.