/ jueves 4 de mayo de 2023

Fuera de Agenda | Gobernabilidad modo 4T 

En el otoño del 2021 cuatro individuos fueron detenidos con armas, municiones y vehículos en el municipio de El Naranjo, San Luis Potosí. Un oficial de información del 36 batallón de infantería –quienes hicieron el aseguramiento—elaboró un reporte catalogado como “secreto” sobre unos documentos que les hallaron a los detenidos.

Entre los papeles había un cuadernillo con una portada donde se leía “Reglamento XIX” con un mapa de Tamaulipas, en interiores estaba una imagen de un escorpión junto a las iniciales C.D.G. (Cartel del Golfo) con los colores verde, blanco y rojo. Se trataba del reglamento interno de la facción “Escorpiones” del CDG, un grupo identificado hace algunos años por la Marina con una estructura operativa similar a la de los Zetas. Los “Escorpiones” están conformados por militares desertores, ex policías ministeriales, estatales y municipales. En su origen fueron la escolta de Ezequiel Cárdenas Guillén, alias “Tony Tormenta”, último líder que aglutinó a las facciones armadas del CDG en Tamaulipas.

Documentos obtenidos por Guacamaya, dan cuenta que el reglamento de los “Escorpiones” hacía referencia a “valores y virtudes militares” donde la palabra “disciplina” tiene un papel fundamental. El manual alude a las obligaciones que deben sujetarse los integrantes del grupo, define líneas de actuación en sus misiones, señala las tareas de los integrantes así como los castigos a quienes no las cumplan. El texto hace énfasis en “que deben abstenerse de proporcionar información de la organización delictiva”, es decir, privilegia el secreto.

Los analistas militares reportaron que las frases del documento fueron extraídas del Reglamento General de Deberes Militares, “por el cual se presume que se trate de personal que perteneció ya sea al Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, Secretaría de Marina o la Guardia Nacional (desertores, bajas voluntarias o retirados) y están colaborando para el grupo delictivo C.D.G.”.

Los “Escorpiones” irrumpieron de forma violenta desde la semana pasada en San Fernando, Reynosa y Matamoros, Tamaulipas. Versiones de periodistas en esa zona del país, refieren que el fin de semana columnas armadas de este grupo salieron en vehículos blindados de Reynosa rumbo a San Fernando para intentar asesinar al lìder de otro grupo del CDG, que presuntamente se había aliado con el autodenominado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). El ataque generó bloqueos y enfrentamientos en calles y avenidas en Matamoros y Reynosa donde imperó el caos. Hasta mitad de la primera semana de mayo, ninguna autoridad había aclarado el origen de los enfrentamientos, número de muertos y heridos en estas ciudades. Lo único fue la declaración del presidente López Obrador que había una “lanzada política” contra el gobernador por el alcance y difusión de los acontecimientos.

La cortina de humo presidencial no alcanzó para tapar el caos en la frontera, tampoco para eludir el bloqueo carretero en nueve municipios de la Tierra Caliente de Guerrero bajo control de la banda criminal Familia Michoacana, o los bloqueos y masacres en Guanajuato de abril, como tampoco la toma de vías en Jalisco y los enfrentamientos en Ocosingo y San Cristóbal de las Casas, Chiapas. La “gobernabilidad” de la llamada 4T tiene sello transexenal.

@velediaz424