Durante 2021 en el proceso electoral federal que coincidió con la renovación de alcaldías en el Estado de México, el sistema de inteligencia militar hizo un mapeo de la red que operaba en el sur de esa entidad la banda criminal autodenominada “la Nueva Familia Michoacana”. Este grupo liderado por los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, identificados con los alias de “el Pez” y “el Fresa” o “Carnal”, respectivamente, tenían bajo sus órdenes directas a aproximadamente 94 individuos dedicados al tráfico de armamento, municiones, indocumentados, trasiego de enervantes, secuestros, homicidios, extorsión, cobro de piso y el control de minas. Su principal área de influencia que permanece desde entonces intocable y en expansión son los municipios de Temascaltepec de González, San Agustín, Zacualpan, Amatepec, San Miguel Ixtapan, Tejupilco, Cerro las Minas y Texcaltitlán, donde el pasado viernes 8 de diciembre pobladores de la comunidad de Texcapilla enfrentaron con palos, machetes y escopetas a una célula de este grupo con saldo de 14 muertos, tres pobladores y 11 presuntos delincuentes.
Un documento militar encontrado entre los correos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional por el grupo Guacamaya, señala que el control territorial de la banda criminal incluye los municipios de Arcelia, Altamirano, San Miguel Totolapan, las comunidades de Tamacuaro, la Calera, Pandacuareo y el Naranjo en el estado de Guerrero, mientras que en Michoacán controlan Zacanguirete y Huetamo de Nuñez.
Entre la información más destacada que el documento recoge se encuentran una serie de intervenciones de radio donde varios operadores hablan con “el Pez” sobre reuniones que tuvieron con “los candidatos que ganaron las elecciones de diferentes municipios para reafirmar lo acordado y la forma de trabajar”. También identifican a personal cooptado en dependencias federales, estatales y municipales que proporcionan información sobre el quehacer de sus áreas lo que les permite enterarse con tiempo de operativos e investigaciones en su contra.
Seis de las 13 páginas del documento catalogado como “secreto”, son los seguimientos que hacen del grupo y sus principales operadores en sus movimientos en la región de Tierra Caliente, donde se unen los estados de Guerrero, Michoacán y Estado de México.
Comunicaciones interceptadas, casas de seguridad de los líderes ubicadas y vigiladas, todo lo que la inteligencia militar había recopilado en los últimos años era información que estaba disponible lista para la orden presidencial de actuar, pero a la fecha esa orden no ha llegado. Fuentes militares que han estado de servicio en la 22 zona militar, con sede en Santa María Rayón, Estado de México, señalan que el Ejército no puede actuar si el comandante supremo no autoriza. Una semana después lo que más ha llamado la atención tras los sucesos en Texcapilla, es que Andrés Manuel López Obrador apenas ha tocado el tema. Montado en la eterna campaña electoral el sábado 9 de diciembre de gira por esa zona llamó a la población en Tejupilco a sufragar para que “continúe” la “transformación”. Mientras a los “socios” no se les toca ni molesta, pese a que el hartazgo entre la población crece.
@velediaz424