/ miércoles 13 de marzo de 2024

Guerra cognitiva y crimen organizado (I):

Un riesgo emergente para los analistas de inteligencia criminal.

¿Les ha pasado que estan por tomar una decisión (que ha sido evaluada y analizada múltiples veces) y al momento de tomarla dudan porque quizás tienen información incompleta o requieren otra opinión?

Pero ¡oh sorpresa! …ese tiempo perdido (por no tomar una decisión de forma oportuna) podria beneficiar a un tercero; quizás si fuera durante una operación policial, esa duda permitiría la huida de un prófugo; alomejor ese tiempo perdido sea la diferencia entre congelar activos y permitir su transferencia hacia paraísos fiscales.

La toma de decisiones se basa en la habilidad de un individuo para analizar hechos y llegar a conclusiones racionales sobre el mejor curso de acción ante un determinado escenario o situación.

Sin embargo, ese proceso de análisis de información -previo a la toma de la decisión- puede ser influenciado, se puede interferir e incluso complicar hasta un punto de parálisis.

¡Sí! …, bienvenidos a esta era donde los conflictos trascienden el umbral de lo físico y se enfocan en el territorio de las emociones para manipularlas hasta lograr una acción (o inacción), una convicción o simplemente una percepción que convenga a los operadores psicológicos.

Guerra cognitiva la podemos definir como: el uso planificado de operaciones psicológicas, desinformación, operaciones de influencia e ingeniería social, todo ello insertado en el dominio del ciberespacio.

La importancia de esta arma no es figurativa, sino altamente estratégica al punto que es insertado como el 6to dominio en operaciones militares en muchos paises (Tierra, aire, mar, espacio, ciberespacio y cognitivo).

Pero ¿qué pasa cuando el crimen organizado hace uso de tácticas de guerra cognitiva?

Lo primero que debemos aclarar, es que no hay evidencia clara del uso de guerra cognitiva de forma premeditada y sostenida por parte de algún grupo criminal, pero si de operaciones psicológicas.

¿Cuál seria la diferencia? La diferencia es la planificación de objetivos a largo plazo versus es uso de mecanismos de impacto psicológica mediatos.

¿Cómo se come eso? Bueno apreciado lector, este seria el caso de las organizaciones criminales que usan campañas de disuasión (ej; graffitis que identifican un área geografica como territorio propio y amenazan a quienes transgredan), técnicas de guerra psicológica al mutilar cuerpos y exponerlos públicamente para generar terror y confusión en los grupos rivales y policiales.

Lo anterior son ejemplos de actos que buscan efectos inmediatos o mediatos en audiencias especificas (bandas rivales, cuerpos policiales, población circundante, etc.) pero no son parte de una estrategia a largo plazo.

Ahora bien, inmaginemos que un grupo criminal (A) haga uso de las redes sociales para legitimar su ‘lucha armada’ contra un adversario (B).

En paralelo (A) invierte en ingeniería social avanzada para permear y degradar las capacidades de (B). ¿Acaso se podria decir que hay una guerra cognitiva por parte de A hacia B?

En ese caso, el uso dual de una campaña de influencia (legitimar la lucha armada contra un adversario) y el uso de ingeniería social para reforzar esos ataques, califican como una operación cognitiva.

No pareciera muy alejado de la realidad ¿no?

Ahora inmaginemos a una corporación (A) que esta perdiendo un segmento del mercado ante otro grupo comercial nuevo (B) y de cuya recuperación en el segundo semestre del año depende la venta (de esa corporación A) a una transnacional (C).

Supongamos que se toma la decisión en (A) de tratar de influenciar -anónimamente- a los consumidores de (B) via sus redes sociales, al tiempo de generar una operación de daño reputacional al filtrar públicamente -via un grupo independiente- información hackeada sobre su directiva.

Concientes de la importancia del ‘timing en mercadeo’, (A) lanza una campaña publicitaria sobre la importancia de la transparencia con sus consumidores y lo vital de la protección de la data de sus clientes, todo eso a escasas horas después de la filtración de información de (B). ¿Casualidad?

Otra vez ejemplos muy elementales del uso de guerra cognitiva, pero sirven para ilustrar que para su ejecución no se requiere grandes inversiones, ni movilizaciones, sino por el contrario buena planificación, inteligencia y computadoras.

Creo que más temprano que tarde, muchas organizaciones criminales van a entender el poder que existe en operar bajo el manto de la desinformación y la ventaja estratégica que significa poder influenciar audiencias y permear objetivos a través de ingeniería a social avanzada apoyada en IA (deepfakes, noticias sintéticas, etc).

No cometamos el error de subestimar a las organizaciones criminales y su capacidad de adopción de este dominio como un arma -no kinética- para el enmascaramiento de sus operaciones.

Alfredo Brandt A. / Magister en Diplomacia y Estudios Estratégicos. Mimbro de la Unidad de Estudio y Reflexión sobre Cumplimiento de la Ley, Cooperación en Seguridad, y Delincuencia Organizada Transnacional del COMEXI.

http://www.linkedin.com/in/alfredobrandt

Un riesgo emergente para los analistas de inteligencia criminal.

¿Les ha pasado que estan por tomar una decisión (que ha sido evaluada y analizada múltiples veces) y al momento de tomarla dudan porque quizás tienen información incompleta o requieren otra opinión?

Pero ¡oh sorpresa! …ese tiempo perdido (por no tomar una decisión de forma oportuna) podria beneficiar a un tercero; quizás si fuera durante una operación policial, esa duda permitiría la huida de un prófugo; alomejor ese tiempo perdido sea la diferencia entre congelar activos y permitir su transferencia hacia paraísos fiscales.

La toma de decisiones se basa en la habilidad de un individuo para analizar hechos y llegar a conclusiones racionales sobre el mejor curso de acción ante un determinado escenario o situación.

Sin embargo, ese proceso de análisis de información -previo a la toma de la decisión- puede ser influenciado, se puede interferir e incluso complicar hasta un punto de parálisis.

¡Sí! …, bienvenidos a esta era donde los conflictos trascienden el umbral de lo físico y se enfocan en el territorio de las emociones para manipularlas hasta lograr una acción (o inacción), una convicción o simplemente una percepción que convenga a los operadores psicológicos.

Guerra cognitiva la podemos definir como: el uso planificado de operaciones psicológicas, desinformación, operaciones de influencia e ingeniería social, todo ello insertado en el dominio del ciberespacio.

La importancia de esta arma no es figurativa, sino altamente estratégica al punto que es insertado como el 6to dominio en operaciones militares en muchos paises (Tierra, aire, mar, espacio, ciberespacio y cognitivo).

Pero ¿qué pasa cuando el crimen organizado hace uso de tácticas de guerra cognitiva?

Lo primero que debemos aclarar, es que no hay evidencia clara del uso de guerra cognitiva de forma premeditada y sostenida por parte de algún grupo criminal, pero si de operaciones psicológicas.

¿Cuál seria la diferencia? La diferencia es la planificación de objetivos a largo plazo versus es uso de mecanismos de impacto psicológica mediatos.

¿Cómo se come eso? Bueno apreciado lector, este seria el caso de las organizaciones criminales que usan campañas de disuasión (ej; graffitis que identifican un área geografica como territorio propio y amenazan a quienes transgredan), técnicas de guerra psicológica al mutilar cuerpos y exponerlos públicamente para generar terror y confusión en los grupos rivales y policiales.

Lo anterior son ejemplos de actos que buscan efectos inmediatos o mediatos en audiencias especificas (bandas rivales, cuerpos policiales, población circundante, etc.) pero no son parte de una estrategia a largo plazo.

Ahora bien, inmaginemos que un grupo criminal (A) haga uso de las redes sociales para legitimar su ‘lucha armada’ contra un adversario (B).

En paralelo (A) invierte en ingeniería social avanzada para permear y degradar las capacidades de (B). ¿Acaso se podria decir que hay una guerra cognitiva por parte de A hacia B?

En ese caso, el uso dual de una campaña de influencia (legitimar la lucha armada contra un adversario) y el uso de ingeniería social para reforzar esos ataques, califican como una operación cognitiva.

No pareciera muy alejado de la realidad ¿no?

Ahora inmaginemos a una corporación (A) que esta perdiendo un segmento del mercado ante otro grupo comercial nuevo (B) y de cuya recuperación en el segundo semestre del año depende la venta (de esa corporación A) a una transnacional (C).

Supongamos que se toma la decisión en (A) de tratar de influenciar -anónimamente- a los consumidores de (B) via sus redes sociales, al tiempo de generar una operación de daño reputacional al filtrar públicamente -via un grupo independiente- información hackeada sobre su directiva.

Concientes de la importancia del ‘timing en mercadeo’, (A) lanza una campaña publicitaria sobre la importancia de la transparencia con sus consumidores y lo vital de la protección de la data de sus clientes, todo eso a escasas horas después de la filtración de información de (B). ¿Casualidad?

Otra vez ejemplos muy elementales del uso de guerra cognitiva, pero sirven para ilustrar que para su ejecución no se requiere grandes inversiones, ni movilizaciones, sino por el contrario buena planificación, inteligencia y computadoras.

Creo que más temprano que tarde, muchas organizaciones criminales van a entender el poder que existe en operar bajo el manto de la desinformación y la ventaja estratégica que significa poder influenciar audiencias y permear objetivos a través de ingeniería a social avanzada apoyada en IA (deepfakes, noticias sintéticas, etc).

No cometamos el error de subestimar a las organizaciones criminales y su capacidad de adopción de este dominio como un arma -no kinética- para el enmascaramiento de sus operaciones.

Alfredo Brandt A. / Magister en Diplomacia y Estudios Estratégicos. Mimbro de la Unidad de Estudio y Reflexión sobre Cumplimiento de la Ley, Cooperación en Seguridad, y Delincuencia Organizada Transnacional del COMEXI.

http://www.linkedin.com/in/alfredobrandt