/ jueves 26 de septiembre de 2019

IMCO | Congreso: prioridades equivocadas

por Manuel Guadarrama

La austeridad republicana no le llegó a muchos diputados. Los congresos estatales cuestan mucho, gastan más de lo planeado e invaden funciones que no les corresponden. En 2018, 23 congresos locales gastaron mil 233 millones de pesos por encima de lo presupuestado, es decir, un 15% más de lo que originalmente iban a ejercer.

Este cinismo legislativo se traduce en que tan solo el Congreso de la Ciudad de México y el Congreso de Veracruz ejercieron un monto ¡58! veces superior al presupuesto que se planea otorgar en 2020 al programa federal de ayuda a jefas de familia. En el Informe Legislativo 2019, del IMCO, se evidencia cuáles son los congresos más “dadivosos”.

De acuerdo con la Constitución y todas las leyes del país, los diputados no tienen la función de dar ayudas sociales. No deben ofrecer despensas, juguetes, fiestas,ayudas económicas o construir obra pública con cargo a los recursos públicos del Poder Legislativo. A pesar de esta prohibición, el año pasado los congresos locales gastaron más de mil 852 millones de pesos en ayudas sociales. Los datos no mienten: persisten las sedesoles legislativas.

Las prioridades de muchos de nuestros legisladores están equivocadas. Hay estados en donde se gasta más en sus congresos que en el combate a la pobreza. Por ejemplo, en 2018, estados que destacan en rezago social, como Guerrero, Michoacán y Oaxaca, asignaron 2 mil 548 millones de pesos a sus congresos y solo 757 millones de pesos para combatir la pobreza. Gastar un ¡336% más! en labores legislativas que en el presupuesto de secretarías del bienestar o desarrollo social parece no representar la voluntad popular.

En lugar de asignar el gasto público a las verdaderas necesidades de la población, los diputados han aprovechado la facultad de aprobar presupuestos para ampliarlos y destinarlos a actividades no esenciales. Las funciones propias de un diputado son presentar y aprobar leyes, ratificar nombramientos, iniciar juicio político y vigilar a otros poderes. No hay excusa, los legisladores no pueden, ni deben, dar ayudas sociales. Una cosa es defender el interés público y otra gestionar recursos públicos de forma discrecional.

Además del sobregasto de algunos congresos locales, vale la pena preguntarse ¿por qué hay diferencias presupuestales entre los congresos si la función legislativa es la misma? En nueve legislaturas estatales el costo por diputado fue superior al de la Cámara de Diputados federal en 2018. Si lo vemos de forma particular, el costo de ocho diputados del Congreso de Puebla fue equivalente a uno solo del Congreso de la CDMX.

Legislar en los estados mexicanos nos cuesta mucho más que en las comunidades autónomas españolas. En México, mientras que el presupuesto promedio por diputado local es de 1.35 millones de dólares, en España cuesta 0.48 millones de dólares. Gastamos casi tres veces más en nuestros diputados locales que en España.

Un #CongresoAustero es aquel que ejerce el gasto con parámetros apegados a la legalidad, austeridad y transparencia; que no gasta más de lo aprobado; que elimina el gasto en ayudas sociales legislativas. Es aquel que enfoca su esfuerzo en su verdadera función: la representación popular.

La función legislativa bien ejecutada permitirá renovar los nulos sistemas de pesos y contrapesos en los estados. Fortalecer el desarrollo democrático no solo es tarea de los legisladores. Los ciudadanos tenemos la brújula, los legisladores las prioridades equivocadas. Es tiempo de profesionalizar el trabajo legislativo.

*Manuel Guadarrama es coordinador de Buen gobierno y finanzas públicas del IMCO.

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@ManuGuadarrama*

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