Por Maya Menchú
El 26 de Junio 2024 es una fecha que marca un hito en la historia democrática del Estado Plurinacional de Bolivia, por el intento de golpe de Estado, encabezado por el ex Ministro de la Defensa General Juan José Zúñiga y el ex Comandante de la Armada Juan Arnez Salvador. Hecho condenable, que nos recuerda las luchas políticas y sociales vividas en centro y sur américa en los años setenta y ochenta con la imposición de las dictaduras militares, el plan cóndor, el intervencionismo y la sangre derramada de miles de personas.
La Democracia latinoamericana ha costado sangre, migración, muertes, luchas sociales, separación de familias, desapariciones, muertes extrajudiciales y crímenes de lesa humanidad. Sin lugar a duda este hecho marca una señal de alarma para la estabilidad democrática y el Estado de derecho, que tantos años y esfuerzo le ha costado a cada uno de los Estados de América latina mantener, institucionalizar y reforzar. No es un hecho aislado, como podría pensarse al ocurrir en el cono sur, por el contrario, la democracia nos atañe a todos.
Al ver la imagen de una tanqueta golpeando la puerta del Palacio de Gobierno en Bolivia, vemos una postal de la violación a las estructuras del poder y a las normas constitucionales que mantienen y resguardan la Democracia y la paz social.
El gobierno del presidente Luis Arce Catacora llego al poder por vía democrática con el partido Movimiento al socialismo (MAS), anteriormente Evo Morales también llego con este partido al poder. Y no queda duda que fue por preferencia cívica demostrada en el ejercicio democrático del voto.
No queda duda que esta intentona golpista fue una apuesta militar, dirigida por altos mandos militares y una facción del ejercito que están en desacuerdo con el gobierno actual. Ya que este ataque golpista, fue condenado por diferentes actores políticos, incluso los partidos opositores y figuras frontales de oposición como la expresidenta Janine Áñez, que condenaron públicamente el hecho.
El rompimiento del orden constitucional por la fuerza que se intentó en Bolivia, ha fortalecido el poder del presidente Arce, ya que tiene el respaldo de la ciudadanía, de diferentes sectores y de actores internacionales. El presidente Luis Arce ha quedado como un presidente capaz de unir al pueblo, de enfrentar a los opositores y de llegar a consensos. Situación que le es de ayuda de cara a las próximas elecciones donde desea reelegirse y donde enfrentara al expresidente Evo Morales, en las internas de su partido.
Por lo pronto las investigaciones siguen en curso y al momento van 21 aprehendidos según información ofrecida en conferencia de prensa por parte del ministro de gobierno boliviano, Carlos Eduardo del Castillo.
@mayamenchu