/ miércoles 17 de abril de 2024

Irán-Israel: impacto geoeconómico y geopolítico 

Dra. Aribel Contreras Suárez


El 7 de octubre se activó el botón para una nueva guerra entre Israel y Hamás profundizando aún más la hendidura que divide a la comunidad internacional. El think tank neoyorkino Council of Foreign Relations resaltó que, para este año, uno de los principales conflictos que no hay que perder de vista justamente el de Medio Oriente.

Sin embargo, el impacto geoeconómico que se ha venido revoloteando por el conflicto en esta región se palpan claramente la afectación en: i) los tipos de cambio, ii) la volatilidad de los precios de criptomonedas, iii) la turbulencia financiera y iv) los precios de materias primas en la siguiente imagen.

Ya han transcurrido seis meses y el cese al fuego no sólo no llega, sino que avanza estrepitosamente. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se juega su reelección con lo que suceda de hoy al 5 de noviembre (día de la elección) y el desescalamiento de este conflicto es crucial para sus fines personales. Por lo que hemos visto que la presión de Washington hacia Tel Aviv burbujea en cada llamada para pedirle al Primer Ministro Benjamín Netanyahu que deje de atacar objetivos civiles. Pero pareciera que los divide una gran muralla por la contradirección de sus perspectivas.

El ejército israelí ha violado el derecho internacional usando de escudo al Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas que habla de la “legítima defensa”. Y mientras se justifica, su operación para acabar con Hamás se ha llevado en el camino a más de 35 mil civiles, entre ellos a siente voluntarios de la organización no gubernamental World Central Kitchen. Conocidos como los “ángeles de alimentos en crisis humanitarias estuvieron ayudando a los afectados en Acapulco por el huracán Otis, pero en esta ocasión corrieron con terrible suerte al ser atacados por misiles de quienes sabían que iban a entregar ayuda alimentaria.

La condena internacional dentro y fuera de foros y organismos multilaterales no para, pero es silenciada ante los actos de Hamás y de Israel. Este último país se atrevió a atacar el Consulado de Irán en la capital de Siria matando a altos mandos de la Guardia Revolucionaria del Estado Islámico bajo el argumento de que no era una misión diplomática sino un centro de operación terrorista. Así que, ante la nula condena por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, el acto no quedaría invisible para Teherán. Advirtió venganza bajo el cobijo de legítima defensa y avisó a Washington que iba a atacar directamente a Israel.

La distancia entre Irán e Israel sólo son dos mil kilómetros y los acerca una profunda enemistad que data desde décadas atrás.

Evitar que Irán atacara a Israel, a pesar de la advertencia de Estados Unidos hizo oídos sordos al gobierno iraní por lo que este fin de semana pasado sucedió lo que tanto se temía, un ataque directo de misiles y drones de Irán a Israel. Algunas implicaciones geopolíticas y geoeconómicas del ataque:


• Gran desestabilidad en la región.

• Alza en los precios internacionales de energéticos.

• Fin de la Segunda Guerra Fría 2.0 y antesala a una guerra a gran escala.

• Ruptura del sistema internacional donde las reglas del juego dejan de ser colectivas y cada 'actor' juega bajo sus propias reglas.

• Los gobiernos evalúan si cierran o no temporalmente sus embajadas en Irán y en otros puntos vulnerables. Actualmente hay 104 embajadas y consulados de 89 países en las ciudades de Teherán, Zahedan y Bandas Abbas.

Se habla de posibles contraataques de Israel en Irán en un futuro y las rutas posibles son las siguientes.

El gigante dormido se ha despertado. Lo que ya se sabía era el inminente ataque, lo que se desconocía era la magnitud y los objetivos. Se esperan más reacciones ante su gran capacidad y tecnología militar.

El Estrecho de Ormuz derrama carga geopolítica y la vierte en un impacto geoeconómico al ser una zona clave para el transporte marítimo de petróleo y gas natural de Medio Oriente al resto del mundo. Los ánimos incendiarios entre Israel e Irán no pararán a pesar de afectar la seguridad internacional.

Si todo esto lo conectamos nos da como resultado un escenario de tormenta perfecta en términos geopolíticos y geoeconómicos. Por lo que este 2024 sin duda será un año de grandes saltos mortales y caídas al vacío. Además, quedará plasmado como el año caótico, sin horizonte y en ebullición geopolítica y geoeconómica donde el odio, la intolerancia, el unilateralismo, la neoglobalización, el neonacionalismo, el neoproteccionismo y la aplicación del derecho internacional ‘a modo’ eclipsan la arquitectura del sistema internacional.

Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales y Enlace de Internacionalización del Departamento de Estudios Empresariales en la Universidad Iberoamericana. Es Asociada COMEXI y analista de asuntos globales en diversos medios nacionales e internacionales.

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