Ya arrancaron los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en medio de una crisis política aún no resuelta en Francia y un alto proceso de seguridad inédito frente a las amenazas terroristas. El Comité Olímpico ha recibido en promedio 150 intentos de ataques cibernéticos al día. Para proteger a todas las personas asistentes se implementó un protocolo de alto impacto que reunió en Paris para la inauguración a 45 mil policías y gendarmes, 20 mil militares, 1800 militares extranjeros, 20 mil agentes de seguridad privada, más de mil policías municipales, 650 personas especialistas de alto nivel en cuestiones antiterroristas, un dispositivo anti-drones y 40 kilómetros de barreras de metal. A manera de comparación Francia cuenta a nivel nacional con 100 mil policías y 150 mil gendarmes.
No solamente el tema de la seguridad es inédito. También es la primera vez que la ceremonia de inauguración se llevó a cabo fuera de un estadio, en este caso en varios kilómetros del Río Sena, en el cual también se llevarán a cabo competencias. Desde hace 100 años no se había podido meter al río de manera segura. El proceso de limpieza, purificación y redirección del drenaje de miles de viviendas emprendido desde 2015 costó 1.5 billones de dólares. Formó parte de la visión y de los resultados de la transformación ambiental de la Ciudad de París, especialmente a través del liderazgo de la Alcaldesa reelecta Anne Hidalgo. De izquierda progresista ha sabido mantenerse firme con varios proyectos emblemáticos de regeneración urbana privilegiando energías más limpias, la revegetación, la movilidad sustentable y proyectos estratégicos como la peatonalización del Río Sena, emprendida por su predecesor, que siguió y amplió para hacer zonas recreativas libres de automóviles.
Otra innovación ha sido dividir por dos el impacto de la huella de carbono y del impacto ambiental a comparación de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos pasados. Por primera vez se habilitaron sitios históricos icónicos de Francia, como el tiro con arco en el Puente Alejandro 3, equitación en el Palacio de Versalles, voleibol en Campo Marte. El 95 % de las instalaciones existen o serán temporales y el 100 % de las tribunas tendrán una segunda vida en las colectividades territoriales. La extracción de 2 mil toneladas de arena no provino de las costas sino de una mina a 100 kilómetros de París y será reusada. El sitio de residencia de las personas atletas será transformado en viviendas con perspectiva social y oficinas. Pero también espacios ocupados por personas migrantes y personas en situación de calla han sido desalojados.
Los Juegos siempre son el escenario del contexto geopolítico. En esta ocasión, por la invasión de Rusia y la colaboración de Bielorrusia contra Ucrania, el Comité permitió a atletas rusos y bielorrusos participar, pero como “atletas neutros”. Es decir que no podrán representar ni hacer referencia a su país: no llevarán su bandera y tampoco sonará su himno. En caso de ganar sonará otra música inspirada en "Carrozas de fuego" de Vangelis. Su bandera será verde con las letras AIN (“Atleta Individual Neutro”) en blanco. El equipo de Israel, país culpable del genocidio en Palestina, jugará con su bandera y sonará su himno en caso de victoria.