Por Zhu Qingqiao | Embajador chino en México
La enfermedad causada por el coronavirus está esparciéndose en múltiples países y regiones en el mundo, convirtiéndose en un desafío común para toda la humanidad. La inesperada pandemia trae consigo una profunda lección a la comunidad internacional: en esta era de la globalización, todos los países están integrados y son interdependientes entre sí, por lo que deben tener la visión de una comunidad de futuro compartido y ayudarse mutuamente para afrontar juntos los riesgos y retos.
Las epidemias no reconocen las fronteras ni las razas, son el enemigo común de los humanos. China fue el primer país azotado por el Covid-19, además fue uno de los primeros en contener su propagación, por lo que tiene experiencia para el manejo de la pandemia. Persistente en la idea de una comunidad de destino de la humanidad y espíritu humanitario, China se encuentra firmemente al lado de otros países en esta batalla contra el virus. Hasta el momento, China ha enviado distintos insumos médicos a más de 140 países y regiones, también ha contribuido con el envío de 17 equipos de expertos médicos a 15 naciones, además de donar 50 millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud. China ha compartido sin reserva su experiencia ante la contingencia y creó el centro de conocimiento sobre el Covid-19, una plataforma en línea abierta para toda la comunidad internacional, donde se puede acceder a los últimos protocolos de diagnóstico y tratamiento, así como a los métodos de prevención y control. Además, el país ha organizado videoconferencias con al menos 150 países y organizaciones internacionales para brindar sus consejos en el tratamiento.
China y México son buenos hermanos y socios; la amistad entre sus pueblos se remonta siglos atrás. Ante el avance de la pandemia, ambos países han estado apoyándose de manera solidaria. Jamás olvidaremos las muestras de solidaridad y el apoyo de la sociedad mexicana en los momentos más difíciles para China. Nuestro proverbio chino menciona que “la gracia de una gota de agua para un necesitado será devuelta con un manantial”. Y es precisamente, en este momento cuando México enfrenta un momento crítico, China se compromete a ayudar dentro de su capacidad a un país hermano. Recientemente, el presidente chino Xi Jinping mantuvo una conversación telefónica con su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador. Los dos líderes alcanzaron un importante consenso sobre el fortalecimiento del intercambio y la cooperación en áreas de la lucha antiepidémica y la salud pública, así como el impulso del desarrollo profundo de las relaciones bilaterales. Los dos cancilleres Wang Yi y Marcelo Ebrard también tuvieron comunicación vía telefónica para intercambiar puntos de vista sobre la implementación del consenso alcanzado por los dos jefes de Estado. Gracias al “puente aéreo”, siete vuelos han aterrizado en México transportando insumos comprados a China.
Mientras tanto, gobiernos locales y empresas de China, así como chinos residentes en México también han expresado su solidaridad y han donado distintos materiales para este país. En los mecanismos multilaterales como la ONU y el G20, los dos países han mantenido una estrecha comunicación para la cooperación internacional antiepidémica. China apoya a México, país presidente pro tempore de CELAC, para que desempeñe un papel más activo en esta lucha que involucra a todos los países latinoamericanos. Hay un dicho chino que dice: “la fuerza de los hermanos unidos puede romper el metal”. China y México no detendrán sus pasos y vencerán juntos esta dificultad provocada por la pandemia.
La historia del desarrollo y el progreso del ser humano es también una historia de lucha contra las enfermedades. Consideramos que por el momento todos los países deben trabajar en conjunto para combatir el virus y salvar vidas, pero lamentablemente hay políticos y medios de comunicación en ciertos países que le han dado un tinte político con otros intereses. Algunos políticos tratan de deslindarse de sus acciones y anteponen intereses personales, ellos ignoran la actitud abierta, transparente y responsable de China; pasan por alto las recomendaciones profesionales de la OMS, e inventan y divulgan argumentos infundados y absurdos sobre temas como “China tiene la culpa por el brote del virus”, “China oculta información” o “el virus viene de laboratorios”, desafiando el carácter científico y serio del origen del virus. Sus palabras y acciones afectan la cooperación internacional frente a la pandemia y alientan actos de xenofobia, discriminación y racismo, elementos que no debe tenerse en una sociedad civilizada. “Los rumores terminan con los sabios”. Estoy convencido de que la comunidad internacional puede distinguir la verdadera cara de aquellas personas con intenciones ocultas, respetar los hechos y resistir el “virus de ideología” y el “virus político”.
Como dijo el poeta mexicano Alfonso Reyes, la única manera de ser provechosamente nacional consiste en ser generosamente universal. Siempre que la comunidad internacional una sus esfuerzos, podrá prevalecer sobre la pandemia y defender el hogar común de la humanidad.