En el PRI la carrera por la sucesión presidencial tiene siempre varios matices, el principal cuando se conoce quien será el candidato y las consecuencias políticas en el funcionamiento y las reacciones de la estructura partidista así como en la militancia. Sin embargo, cuando son varios los aspirantes como lo es ahora, quienes no resulten favorecidos para obtener la más importante candidatura, de forma natural se suman en apoyo a quien es el elegido.
Consecuencia también las decisiones personales que toman a partir de que se conoce al candidato. Como capitalino hoy me referiré de forma particular a un gran mexicano conocido por su talento, sobriedad e intachable carrera profesional como lo es la del doctor José Narro Robles; distinguido por ser un hombre institucional, de carácter y decisiones. Para muchos el perfil y la experiencia del doctor Narro, pueden ser de gran utilidad para encabezar y dirigir un gobierno como lo significa la Ciudad de México; con los atributos que lo hacen presidenciable, es deseable que en caso de no ser el candidato a la Presidencia, su gran valía y el entorno de universitarios y funcionarios a su alrededor, son invaluables pensando en una mejor Ciudad y en una administración eficiente, honrada y con la capacidad de convocar a profesionales y especialistas de todas las ramas de la sociedad.
México y la Ciudad Capital ganarán un liderazgo que pondrá por encima de cualquier interés personal o de grupo, a un funcionario probado que con toda certeza tiene una visión amplia sobre los retos y las necesidades de la ciudad de México; el doctor Narro, abordaría las temáticas metropolitanas como ningún otro de quienes se han mencionado por parte de la oposición para asumir la responsabilidad de la Jefatura de Gobierno.
La nueva época institucional y la entrada en vigor de la Constitución de la Ciudad de México, serán un marco propicio para que alguien comprometido asuma la dirección del destino y sobre la forma de gobernar en la ciudad, sin la contaminación de la política tradicional y mucho menos con la inclinación tribal y antidemocrática de la pseudoizquierda que impera desde hace 20 años.
Ajeno a la improvisación de la derecha y lejano a las ocurrencias de un frente de naturaleza ambiciosa del poder por el poder, el doctor Narro es un caballero honesto cuya probidad y estatura moral lo hace de forma definitiva la mejor opción ante el descontento ciudadano por la agresión constante y fascista de los gobiernos como el de López, Ebrard o Mancera, que centraron su atención en negocios colaterales de la administración y no en el desarrollo de políticas públicas que incrementen las capacidades de la ciudad y las oportunidades de los capitalinos.
Los ciudadanos tenemos la posibilidad de elegir a un político cuya carrera es sólida, de experiencia y sin el lastre de camarillas que pretendan sujetarse a él para obtener posiciones, favores y que estén constantemente chantajeando o saboteando sus funciones, como ha sucedido desde que Cárdenas tuvo que pagar apoyos para mantener grupos emergentes y liderazgos rémoras de las administraciones desde 1997 hasta hoy 2017.
A diferencia de cualquier otra opción política, el doctor José Narro Robles nos brinda seguridad y una metrópoli como lo es la Ciudad de México, que está esperando un buen gobernante y excelente mexicano.
Al tiempo.
ExLegislador
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