/ domingo 11 de agosto de 2024

La comedia en México, heredera de épocas milenarias

Aún recuerdo cuando la comedia era como el oro intangible de cada rincón de la vida cotidiana en México. Por alguna razón en los teatros, cine, carpas e incluso en la literatura nacional, el humor era una pieza esencial para comprender cuestiones muy profundas de nuestra condición humana.

En lo personal, he reconocido en la comedia mexicana mucho de esa herencia milenaria que surge desde el mundo helénico y que fue adoptada aquí en México, primero con las obras que llegaron del teatro del siglo de oro español y después con los espectáculos que presentaban grandes cómicos como Cantinflas en carpas y teatros.

Sí, en efecto, no exagero al decir que nuestra comedia mexicana tiene influencia que se remonta a la Roma y Grecia antiguas. Tan sólo recordar la obra de Aristófanes, quien hizo evolucionar el género adoptando una especie de comedia de costumbres, de sátira política y social muy revolucionaria. Aristófanes no había hecho alusión a los filósofos más que para aconsejar a los ciudadanos que desconfiasen de ellos.

Nuestra comedia mexicana se caracteriza también por esa crítica y de hecho surgió con rasgos claramente políticos. De ahí que muchas de las obras y películas humorísticas que más han dejado huella en nuestro país, tengan un claro mensaje social y a veces hasta de crítica directa a ciertas élites.

Como les contaba, los cómicos mexicanos que actuaban en los espectáculos de carpa durante el siglo XX fueron figuras fundamentales en la cultura popular mexicana. Estos artistas viajaban por todo el país presentando obras de comedia, teatro y variedades en carpas o teatros rurales.

Entre los más destacados que recordamos y que claramente siguen esa tradición heredada por el helenismo, se encuentran Germán Valdés "Tin Tán", conocido por sus parodias y comedia física; Adalberto Martínez "Resortes", famoso por su comedia de errores y personajes extravagantes; Antonio Espino "Clavillazo", reconocido por sus chistes y sátiras políticas; Leopoldo Fernández "El Payaso", destacado por su comedia dramática y personajes trágicos: y por supuesto Joaquín Pardavé, conocido por sus monólogos y comedia de costumbres.

Al igual que los autores del mundo helénico, todos estos cómicos de carpa contribuyeron significativamente a la difusión de la cultura mexicana, ofreciendo entretenimiento a las clases populares. Su legado continúa influyendo en la comedia mexicana contemporánea.


En su tiempo Eurípides fue otro de los que inició el camino de la comedia llevando a la escena debates morales, el problema de la pasión, las relaciones del hombre y de los dioses, preocupaciones todas que su antagonista Aristófanes considera ridículas y nocivas. Sin embargo todas esas cuestiones las reconocemos claramente también en el humor mexicano a través del legado de los cómicos mencionados.

¿Quién lo hubiera dicho? La comedia mexicana y el mundo helénico han guardado siempre lazos a través de los siglos. ¿Quién puede negar que había algo de esas tragedias cómicas de los autores griegos y romanos en aquel vagabundo hambriento que interpretó conmovedoramente “Tin Tán” o aquel extra cinematográfico enamoradizo que Cantinflas inmortalizó. ¿Seguramente ustedes recuerdan muchos ejemplos más? Un beso y hasta la próxima.

Aún recuerdo cuando la comedia era como el oro intangible de cada rincón de la vida cotidiana en México. Por alguna razón en los teatros, cine, carpas e incluso en la literatura nacional, el humor era una pieza esencial para comprender cuestiones muy profundas de nuestra condición humana.

En lo personal, he reconocido en la comedia mexicana mucho de esa herencia milenaria que surge desde el mundo helénico y que fue adoptada aquí en México, primero con las obras que llegaron del teatro del siglo de oro español y después con los espectáculos que presentaban grandes cómicos como Cantinflas en carpas y teatros.

Sí, en efecto, no exagero al decir que nuestra comedia mexicana tiene influencia que se remonta a la Roma y Grecia antiguas. Tan sólo recordar la obra de Aristófanes, quien hizo evolucionar el género adoptando una especie de comedia de costumbres, de sátira política y social muy revolucionaria. Aristófanes no había hecho alusión a los filósofos más que para aconsejar a los ciudadanos que desconfiasen de ellos.

Nuestra comedia mexicana se caracteriza también por esa crítica y de hecho surgió con rasgos claramente políticos. De ahí que muchas de las obras y películas humorísticas que más han dejado huella en nuestro país, tengan un claro mensaje social y a veces hasta de crítica directa a ciertas élites.

Como les contaba, los cómicos mexicanos que actuaban en los espectáculos de carpa durante el siglo XX fueron figuras fundamentales en la cultura popular mexicana. Estos artistas viajaban por todo el país presentando obras de comedia, teatro y variedades en carpas o teatros rurales.

Entre los más destacados que recordamos y que claramente siguen esa tradición heredada por el helenismo, se encuentran Germán Valdés "Tin Tán", conocido por sus parodias y comedia física; Adalberto Martínez "Resortes", famoso por su comedia de errores y personajes extravagantes; Antonio Espino "Clavillazo", reconocido por sus chistes y sátiras políticas; Leopoldo Fernández "El Payaso", destacado por su comedia dramática y personajes trágicos: y por supuesto Joaquín Pardavé, conocido por sus monólogos y comedia de costumbres.

Al igual que los autores del mundo helénico, todos estos cómicos de carpa contribuyeron significativamente a la difusión de la cultura mexicana, ofreciendo entretenimiento a las clases populares. Su legado continúa influyendo en la comedia mexicana contemporánea.


En su tiempo Eurípides fue otro de los que inició el camino de la comedia llevando a la escena debates morales, el problema de la pasión, las relaciones del hombre y de los dioses, preocupaciones todas que su antagonista Aristófanes considera ridículas y nocivas. Sin embargo todas esas cuestiones las reconocemos claramente también en el humor mexicano a través del legado de los cómicos mencionados.

¿Quién lo hubiera dicho? La comedia mexicana y el mundo helénico han guardado siempre lazos a través de los siglos. ¿Quién puede negar que había algo de esas tragedias cómicas de los autores griegos y romanos en aquel vagabundo hambriento que interpretó conmovedoramente “Tin Tán” o aquel extra cinematográfico enamoradizo que Cantinflas inmortalizó. ¿Seguramente ustedes recuerdan muchos ejemplos más? Un beso y hasta la próxima.