Científicos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea advirtieron que las temperaturas mundiales aumentaron a niveles récord en los primeros días del mes de junio debido a la llegada del fenómeno “El Niño”, el cual podría hacer de 2023 el año más caluroso del que haya registros en la historia. Los científicos confirmaron que el mes pasado se superaron “los niveles preindustriales” de más de 1.5 grados centígrados, límite inferior sobre el calentamiento global establecido en el Acuerdo de París de 2015. Por su parte, especialistas de la UNAM anticiparon que el periodo de altas temperaturas, se repetirá a mediados del mes de julio. En un entorno complejo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó de patética la respuesta que se está dando a la crisis climática y advirtió que el mundo se dirige hacia el desastre. Demandó acelerar de manera radical las medidas contra el calentamiento global y ello debe empezar con la transición hacia las energías renovables.
En México, las altas temperaturas registradas en el país de vieron aparejadas a una difícil situación en materia de lluvias. A mediados del mes pasado, la Conagua confirmó que en a lo largo del año, el país había acumulado un déficit de 29.6% respecto al mismo periodo de 2022 y 60% de las presas en el territorio nacional, tienen almacenamientos menores a la mitad de su capacidad. En este sentido, la autoridad federal del agua informó que el déficit de agua en las 210 principales presas de México se distribuía de la siguiente forma: sólo tres embalses tienen 100% de almacenamiento; 28, se encuentran entre 75 y 100%; 43, contienen entre 50 y 75% y 136 están a menos de 50% de llenado.
La Comisión Nacional del Agua ha atribuido la situación a un bloqueo atmosférico que generó un ambiente muy cálido y este a su vez, el aumento en la escasez de agua. De acuerdo con el Meteorológico, los cuatro estados de la República Mexicana en que la totalidad de sus municipios han tenido algún grado de sequía son: Aguascalientes, Colima, Jalisco y Michoacán. Adicionalmente, cientos de ciudades de la mitad de los estados del país han padecido diferentes grados de desabasto del vital líquido, lo que ha llevado a pobladores a recurrir a bloqueos de calles y avenidas.
Cabe señalar que, aún cuando la problemática ha sido mucho más acentuada en este año, el problema no es meramente coyuntural. México ocupa el lugar 24 a nivel mundial, de una lista de 164 países, entre los que presentan mayor estrés hídrico, según el World Resources Institute (WRI). Tan solo recordar que para el caso de la CDMX, alrededor del 70% de la demarcación tiene menos de 12 horas de agua disponible por día y en las zonas de mayor escasez, 18% de la población tiene que esperar varios días para contar con un abastecimiento de una hora o dos.
Frente a este escenario, el documento titulado “Modernizar la regulación de aguas en México”, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad, señala que la falta de presupuesto, la poca coordinación entre los tres niveles de gobierno y las deficiencias en los sistemas de medición, son algunas de las barreras para el desarrollo de una gestión eficiente y sostenible del agua en nuestro país. El IMCO concluyó en dicho estudio que, las autoridades en los tres niveles de gobierno necesitan transitar hacia un marco legal y regulatorio que permita asegurar el acceso equitativo al agua.
Otros estudios subrayan que, la seguridad hídrica, definida como “aquella que garantiza agua suficiente en calidad y cantidad para los diversos usos, a precios asequibles y en equidad, así como la protección de las personas y sus bienes ante fenómenos hidrometeorológicos extremos”, enfrenta importantes retos en el futuro inmediato. Debido al crecimiento demográfico, la urbanización, la demanda creciente de enegía y alimentos, el cambio climático, así como la deficiente gestión del agua, acarrean problemas graves que van desde la escasez, la contaminación de los cuerpos de agua, hasta los conflictos por el recurso y el deterioro ambiental, son temas que deben formar parte de la agenda inmediata en México.
Cabe subrayar que de continuar las tendencias actuales de manejo del agua, se profundizará la creciente escasez en varias regiones hidrológicas. De encontrar soluciones a esta problemática, dependerá la viabilidad económica y social del país.