El pasado 2 de junio, en la elección más importante en la historia de nuestro país, se eligió a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer presidenta de México, con el mayor número de votos que jamás haya recibido un aspirante al cargo público más importante.
Es así como ahora inicia un proceso de transición que concluirá con su toma de protesta el próximo 1 de octubre, cuando le sea impuesta la banda presidencial y, en este proceso, se irán definiendo quienes integrarán el gabinete que la acompañará en esta nueva administración.
Durante el periodo de la campaña, en varios eventos la doctora Sheinbaum señaló la prioridad que tendrá para su gobierno el tema del campo; de la seguridad alimentaria; de las y los productores y jornaleros agrícolas y, en general, de la producción de alimentos.
Esto incluso está reflejado en su proyecto de gobierno “100 Pasos para la Transformación, una República Rural, Justa y Soberana”, el cual contiene un eje rector, que es la Soberanía Alimentaria. Es así como contempla los temas de bienestar, agua, producción y fortalecimiento del tejido social, con un enfoque regionalizado de los sistemas agroalimentarios de todas las ramas productivas (agricultura, ganadería, pesca, acuacultura y agroindustria), prestando especial atención a la pobreza; esto con la finalidad de fortalecer las condiciones y capacidades, que permitan a la nación garantizar el derecho a la alimentación de las y los mexicanos sin excepción, hoy y mañana.
En el tema de bienestar se señala que se continuará con los Programas de Bienestar para los productores, con algunos perfeccionamientos, como son el tema de las mujeres en el campo; de las y los jornaleros, así como proyectos de desarrollo regional.
Representantes del equipo de la doctora Sheinbaum han mencionado recientemente que los apoyos serán para los pequeños y medianos agricultores, ganaderos, pescadores, acuicultores y PYME’s agroalimentarias; que se fortalecerá significativamente el financiamiento al campo, una política de ordenamiento de la comercialización, de precios justos y la provisión de bienes públicos, incluyendo sanidades y ciencia y tecnología; se va a invertir en tecnificar el riego, y se va a recuperar la rectoría del Estado sobre el agua mediante una Ley General del Agua; se mejorarán los sistemas de información y se realizará una modernización sustantiva de Conapesca. En cada acción se buscará alcanzar metas ambientales y climáticas, impulsando la transición ecológica de todo el sistema agroalimentario de México bajo una premisa de sostenibilidad ambiental y resiliencia climática.
A finales del mes de abril del presente año la doctora Sheinbaum se reunió con integrantes del Consejo Nacional Agropecuario, que preside Juan Cortina Gallardo, quien le presentó una propuesta de política pública denominada “Visión de Futuro para el Sector Agroalimentario Mexicano”. En esa ocasión se destacaron las grandes coincidencias en sus propuestas para el campo y que se habían venido trabajando y compartiendo con el doctor Julio Berdegué, así como con Alfonso Ramírez Cuellar y con otros integrantes de su equipo, como Altagracia Gómez y el doctor Juan Ramón de la Fuente.
Este cambio de gobierno representa una gran oportunidad para fortalecer todo aquello que ha funcionado; para eliminar lo que no ha tenido un impacto relevante, y para establecer una nueva política pública para el campo mexicano, que contemple el nuevo escenario y los grandes retos que tenemos hacia adelante.
Existen grandes oportunidades a lo largo y ancho del país para fortalecer la seguridad alimentaria nacional; para aprovechar de una manera sustentable la gran diversidad de climas, regiones y disponibilidad de recursos naturales, y para generar polos de desarrollo en el sector agropecuario a nivel nacional que, por una parte, incrementen la producción de alimentos y generen más y mejores empleos y que, por la otra, esto se traduzca en un mayor combate a la pobreza y una mejora en el bienestar para toda la población.
La doctora Claudia Sheinbaum reafirmó su compromiso de trabajar de la mano con los sectores productivos; con la academia, y con los diferentes actores para que, de manera conjunta, se definan y lleven a cabo acciones que apoyen a las y los productores del campo, entendiendo que son necesidades particulares que se tienen a lo largo y ancho del país, en los distintos estratos y que habrá que establecer políticas públicas diferenciadas para que todas y todos sean atendidos.
El proyecto de “Prosperidad Compartida” que ha señalado la Dra. Sheinbaum es un llamado a la unidad, a la reconciliación, al trabajo conjunto para lograr el desarrollo económico y el bienestar social.
La producción de alimentos y la seguridad alimentaria son temas que seguramente estarán en la agenda prioritaria del próximo Gobierno, como un asunto de seguridad nacional y ello se verá reflejado en el Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030.
Director General del Consejo Nacional Agropecuario