Mario Duarte Villarello*
El agua es un recurso cada vez más escaso y disputado debido al cambio climático antropogénico. Por ello, hay una creciente preocupación en torno a la geopolítica del agua, abordando no solo la escasez hídrica, sino también sus implicaciones en la seguridad ambiental, la seguridad internacional y el fenómeno creciente de los refugiados climáticos o ambientales.
El cambio climático exacerba la escasez de agua en muchas regiones. Las sequías prolongadas y las precipitaciones erráticas afectan la disponibilidad de agua en zonas agrícolas y urbanas, lo que agrava las tensiones socioeconómicas y políticas, amenaza la seguridad alimentaria y pone en peligro la sostenibilidad ambiental a largo plazo.
La competencia por recursos hídricos limitados exacerba las tensiones entre Estados-nación. Los conflictos por el control de ríos compartidos, como el Nilo o el Indo, son cada vez más comunes, y las disputas por el acceso al agua podrían desencadenar conflictos armados a gran escala en el futuro. Además, el control de las fuentes de agua dulce se está convirtiendo en un factor estratégico en las Relaciones Internacionales, lo que podría alterar el equilibrio de poder global. Por ejemplo, los países “río arriba” tienen una poderosa arma contra los países que dependen de los afluentes, como es el caso de Turquía con el Éufrates y el Tigris, que nacen en su territorio y pasan por Siria e Irak antes de desembocar en el Golfo Pérsico. Turquía ha construido varias represas en ambos torrentes como parte de su desarrollo hidroeléctrico, lo que ha generado tensiones con sus vecinos en una región de por sí ya compleja, que ven amenazadas sus capacidades agrícolas y también de generación de energía eléctrica.
A medida que las condiciones ambientales empeoran debido a la escasez de agua y otros impactos del cambio climático, se espera que aumente el número de refugiados ambientales. Las comunidades que dependen de recursos hídricos para la agricultura y la vida cotidiana se verán obligadas a abandonar sus hogares, lo que podría desencadenar crisis humanitarias y migratorias a gran escala. Esto ya se observa en el Corredor Seco centroamericano y es parte del origen del actual fenómeno migratorio hacia Estados Unidos que atraviesa por México. Además, es importante resaltar que en el derecho internacional aún no hay consenso sobre la figura de refugiados ambientales, lo que deja a miles de personas en vulnerabilidad legal, que se agrega a las demás penurias que ya padecen.
La geopolítica del agua es un tema crucial que requiere una atención urgente a nivel global. Se necesitan políticas y medidas coordinadas a nivel local, nacional e internacional. La gestión sostenible de los recursos hídricos, la mitigación y adaptación al cambio climático y la promoción de la cooperación internacional son fundamentales para garantizar la seguridad hídrica y ambiental para las generaciones futuras. La escasez de agua no solo es un desafío ambiental, sino también una cuestión de seguridad y estabilidad global. Solo mediante un enfoque integral y colaborativo podemos abordar eficazmente los complejos problemas asociados con la geopolítica del agua en un mundo en constante cambio.
* Doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, experto en política ambiental internacional y profesor de la Facultad de Estudios Globales.
X: @MarDuVill, correo: mdv@inbox.com