/ martes 30 de julio de 2024

 La larga noche venezolana

Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela por mandato popular en 1998 derrotando al candidato oficialista Henrique Salas Römer. Un año después, Chávez convoca a un referendo consultivo, el primero de su tipo en Venezuela, con el fin de decidir si convocaba o no a una Asamblea Constituyente con el encargo de elaborar una nueva Constitución.

Con una votación aprobatoria del 80% pero una participación de apenas el 38% del padrón electoral, se aprueba la elaboración de una nueva Constitución basada en el ideario populista del partido en el gobierno.

La nueva Constitución cambia el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela, reestructura su organización política y cambia su régimen político de una república representativa a una participativa, es decir, cancela el principio de representación política de los legisladores y lo remite a la población en general. También otorga mucho mayor poder al presidente y revive la figura del vicepresidente. El periodo de gobierno de alarga de cinco a seis años.

Un nuevo referendo electoral la aprueba y entra en funciones seis meses después, habilitando al presidente Chávez a presentarse de nuevo a elecciones y ganando las mismas, así como la mayoría de la cámara en el año 2000 para ser reelecto posteriormente en 2006 y 2012.

La muerte prematura de Chávez posiciona a Nicolás Maduro, entonces vicepresidente, a la presidencia. Durante los once años en los que Maduro ha estado en el poder en Venezuela el país ha experimentado cambios significativos que han afectado profundamente su historia y sociedad como son la migración masiva, la crisis económica, el desmantelamiento de las instituciones democráticas y el avasallamiento del poder.

Mientras que más de 7,7 millones de venezolanos han emigrado, lo que equivale a más del 22% de la población proyectada en el último censo de 2011, Maduro ha debilitado las instituciones democráticas, la economía y la infraestructura de Venezuela mediante el abuso de poder del Estado. Además, ha establecido alianzas con naciones no democráticas como Cuba, Rusia, Irán y China.

La inflación promedio de Venezuela es la más alta de América Latina. En 2018 se registró una tasa récord superior al 65 mil % hasta estabilizarse este año alrededor del 100 % con un desempleo superior al 30% de la población económicamente activa. La falta de oportunidades laborales que enfrenta la población ha sumido a tres de cada cuatro venezolanos en la pobreza extrema.

En lo político, una cascada de decisiones del Tribunal Supremo, controlado por el gobierno desde 2004, ha debilitado a los partidos opositores y allanado el camino hacia las elecciones de este año con las que Maduro busca recuperar el control de la Asamblea Nacional y extender su mandato por seis años más.

Al finalizar la jornada electoral del domingo 28 de julio las encuestas de salida dan una ventaja de dos a uno al opositor Edmundo González Urrutia. Aunque con un margen de incertidumbre por la caída de la página oficial del Consejo Nacional Electoral ocurrida a las 11 de la noche, se comienzan a concentrar multitudes de venezolanos en las principales ciudades del país para pedir que el gobierno acepte el resultado de las elecciones. El mismo pedido se hace desde diferentes países y organizaciones internacionales.

Una hora después de la caída de la página oficial, un vocero del Comité Nacional Electoral anuncia el triunfo irreversible de Maduro con el 51% de los sufragios del 80% de las actas escrutadas y una participación del 59% del padrón electoral.

Esta va a ser una larga noche para los venezolanos, una noche que se extiende ya por 25 años.

Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela por mandato popular en 1998 derrotando al candidato oficialista Henrique Salas Römer. Un año después, Chávez convoca a un referendo consultivo, el primero de su tipo en Venezuela, con el fin de decidir si convocaba o no a una Asamblea Constituyente con el encargo de elaborar una nueva Constitución.

Con una votación aprobatoria del 80% pero una participación de apenas el 38% del padrón electoral, se aprueba la elaboración de una nueva Constitución basada en el ideario populista del partido en el gobierno.

La nueva Constitución cambia el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela, reestructura su organización política y cambia su régimen político de una república representativa a una participativa, es decir, cancela el principio de representación política de los legisladores y lo remite a la población en general. También otorga mucho mayor poder al presidente y revive la figura del vicepresidente. El periodo de gobierno de alarga de cinco a seis años.

Un nuevo referendo electoral la aprueba y entra en funciones seis meses después, habilitando al presidente Chávez a presentarse de nuevo a elecciones y ganando las mismas, así como la mayoría de la cámara en el año 2000 para ser reelecto posteriormente en 2006 y 2012.

La muerte prematura de Chávez posiciona a Nicolás Maduro, entonces vicepresidente, a la presidencia. Durante los once años en los que Maduro ha estado en el poder en Venezuela el país ha experimentado cambios significativos que han afectado profundamente su historia y sociedad como son la migración masiva, la crisis económica, el desmantelamiento de las instituciones democráticas y el avasallamiento del poder.

Mientras que más de 7,7 millones de venezolanos han emigrado, lo que equivale a más del 22% de la población proyectada en el último censo de 2011, Maduro ha debilitado las instituciones democráticas, la economía y la infraestructura de Venezuela mediante el abuso de poder del Estado. Además, ha establecido alianzas con naciones no democráticas como Cuba, Rusia, Irán y China.

La inflación promedio de Venezuela es la más alta de América Latina. En 2018 se registró una tasa récord superior al 65 mil % hasta estabilizarse este año alrededor del 100 % con un desempleo superior al 30% de la población económicamente activa. La falta de oportunidades laborales que enfrenta la población ha sumido a tres de cada cuatro venezolanos en la pobreza extrema.

En lo político, una cascada de decisiones del Tribunal Supremo, controlado por el gobierno desde 2004, ha debilitado a los partidos opositores y allanado el camino hacia las elecciones de este año con las que Maduro busca recuperar el control de la Asamblea Nacional y extender su mandato por seis años más.

Al finalizar la jornada electoral del domingo 28 de julio las encuestas de salida dan una ventaja de dos a uno al opositor Edmundo González Urrutia. Aunque con un margen de incertidumbre por la caída de la página oficial del Consejo Nacional Electoral ocurrida a las 11 de la noche, se comienzan a concentrar multitudes de venezolanos en las principales ciudades del país para pedir que el gobierno acepte el resultado de las elecciones. El mismo pedido se hace desde diferentes países y organizaciones internacionales.

Una hora después de la caída de la página oficial, un vocero del Comité Nacional Electoral anuncia el triunfo irreversible de Maduro con el 51% de los sufragios del 80% de las actas escrutadas y una participación del 59% del padrón electoral.

Esta va a ser una larga noche para los venezolanos, una noche que se extiende ya por 25 años.

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