/ sábado 17 de agosto de 2024

La moviola / “Alien Romulus”

@lamoviola

Más por un sentido de pertenencia y referencialidad, que estilístico, “Alien Romulus” (Fede Álvarez, 2024) se permite sus exquisiteces, sobre todo en cuanto a la fotografía de Galo Olivares, pero al fin, la película es lo que es y ni lo oculta, disfraza o evita: un trabajo signo de los tiempos que quiere pasar con decencia ante su público nostálgico, pero que sobre todo le apuesta a complacer a las audiencias jóvenes con todo y Cailee Spaeny que pronuncia cualquier tipo de complejas teorías físicas como si dijera agua va.

Lo que vemos es diversidad en el elenco, una trama que al principio parece seguir más la escuela de Ender’s Game (Gavin Hood, 2013) pero que conforme avanza se reivindica, sin llegar claro a la altura de la idea original: “Alien: el octavo pasajero” (Ridley Scott, 1979). El oficio de Álvarez contribuye a cierta coherencia dentro del filme, con guion de él mismo y de Rodo Sayagues, aunque nunca llega a imprimir un estilo propio, si es que lo tiene. Esta es una de las entregas de la saga, la séptima con precuelas incluidas, sin contar el chascarrillo que fue “Alien vs Predator” (Paul W.S Anderson, 2004), el punto más bajo de la franquicia, con todo y secuela de 2007 de unos tales Hermanos Strause, en el que la visión del director, sobra porque la mesa está puesta: ser lo más fiel posible a algunos aspectos, exteriores y cosméticos de la idea original.

Al final, se puede decir que Álvarez deja la impresión de pasar sin ver como sí lo hicieron por supuesto Ridley Scott, el padre de la idea, James Cameron, David Fincher, Jean-Pierre Jeunet, pero eso sí y para su beneficio, no tiene los traspiés de las precuelas “Prometheus”, de 2012 y “Alien Covenent” en 2017, también dirigidas por Scott y que no pasan de curiosidades pretenciosillas. “Romulos” entretiene y rescata alguna parte del discurso de la ciencia ficción clásica, con todo y el tema de la Inteligencia Artificial, desde la ética afectiva.

“Rain” (Spaeny) planea huir junto con su hermano “Andy” (David Jonsson), creado por el padre de la chica para hacerle compañía, de condiciones de esclavitud en los que se encuentra la mayoría de la gente en un futuro distópico. La acción se desarrolla entre los eventos del primer filme y la secuela de 1986. El plan para escapar incluye ir a una base donde hay cápsulas que pueden mantener con vida a la gente hasta llegar a un lugar seguro que se encuentra a varios años de lejanía.

La chica, de hecho es invitada al plan por un grupo de amigos, en el que está por supuesto la empoderada, la dulce y serena, el medio bulleador y el X, que pudo ser alguna suerte de interés amoroso de “Rain”, pero hoy así no es el cine. El único requisito es que por cuestiones prácticas se tiene que deshacer de su hermano “Andy”. En medio de ese conflicto andamos, cuando aparece el Alien de marras y ahí se pone lo medio bueno. De hecho, por el tipo de elenco y la forma en que se desarrollan los acontecimientos, pevalece más una suerte de horror-terror ¿la mayor contribución de Álvarez?, que la ciencia ficción, con todo y arquetipos muy buen marcados.

Tiene sus aciertos el filme sobre todo en cuanto al tono referencial, la aparición de algún personaje medio clásico, pero al final e incluso con algunos problemas de ritmo, queda como una entrega digna y sin sobresaltos, en la que se siente la intención de inyectar vitalidad, porque seguro de aquí salen algunas secuelas más.


@lamoviola

Más por un sentido de pertenencia y referencialidad, que estilístico, “Alien Romulus” (Fede Álvarez, 2024) se permite sus exquisiteces, sobre todo en cuanto a la fotografía de Galo Olivares, pero al fin, la película es lo que es y ni lo oculta, disfraza o evita: un trabajo signo de los tiempos que quiere pasar con decencia ante su público nostálgico, pero que sobre todo le apuesta a complacer a las audiencias jóvenes con todo y Cailee Spaeny que pronuncia cualquier tipo de complejas teorías físicas como si dijera agua va.

Lo que vemos es diversidad en el elenco, una trama que al principio parece seguir más la escuela de Ender’s Game (Gavin Hood, 2013) pero que conforme avanza se reivindica, sin llegar claro a la altura de la idea original: “Alien: el octavo pasajero” (Ridley Scott, 1979). El oficio de Álvarez contribuye a cierta coherencia dentro del filme, con guion de él mismo y de Rodo Sayagues, aunque nunca llega a imprimir un estilo propio, si es que lo tiene. Esta es una de las entregas de la saga, la séptima con precuelas incluidas, sin contar el chascarrillo que fue “Alien vs Predator” (Paul W.S Anderson, 2004), el punto más bajo de la franquicia, con todo y secuela de 2007 de unos tales Hermanos Strause, en el que la visión del director, sobra porque la mesa está puesta: ser lo más fiel posible a algunos aspectos, exteriores y cosméticos de la idea original.

Al final, se puede decir que Álvarez deja la impresión de pasar sin ver como sí lo hicieron por supuesto Ridley Scott, el padre de la idea, James Cameron, David Fincher, Jean-Pierre Jeunet, pero eso sí y para su beneficio, no tiene los traspiés de las precuelas “Prometheus”, de 2012 y “Alien Covenent” en 2017, también dirigidas por Scott y que no pasan de curiosidades pretenciosillas. “Romulos” entretiene y rescata alguna parte del discurso de la ciencia ficción clásica, con todo y el tema de la Inteligencia Artificial, desde la ética afectiva.

“Rain” (Spaeny) planea huir junto con su hermano “Andy” (David Jonsson), creado por el padre de la chica para hacerle compañía, de condiciones de esclavitud en los que se encuentra la mayoría de la gente en un futuro distópico. La acción se desarrolla entre los eventos del primer filme y la secuela de 1986. El plan para escapar incluye ir a una base donde hay cápsulas que pueden mantener con vida a la gente hasta llegar a un lugar seguro que se encuentra a varios años de lejanía.

La chica, de hecho es invitada al plan por un grupo de amigos, en el que está por supuesto la empoderada, la dulce y serena, el medio bulleador y el X, que pudo ser alguna suerte de interés amoroso de “Rain”, pero hoy así no es el cine. El único requisito es que por cuestiones prácticas se tiene que deshacer de su hermano “Andy”. En medio de ese conflicto andamos, cuando aparece el Alien de marras y ahí se pone lo medio bueno. De hecho, por el tipo de elenco y la forma en que se desarrollan los acontecimientos, pevalece más una suerte de horror-terror ¿la mayor contribución de Álvarez?, que la ciencia ficción, con todo y arquetipos muy buen marcados.

Tiene sus aciertos el filme sobre todo en cuanto al tono referencial, la aparición de algún personaje medio clásico, pero al final e incluso con algunos problemas de ritmo, queda como una entrega digna y sin sobresaltos, en la que se siente la intención de inyectar vitalidad, porque seguro de aquí salen algunas secuelas más.