@lamoviola
En “Cuckoo” (Tilman Singer, Estados Unidos, Alemania, 2024) permea un conservadurismo discreto en la manera de contar la historia, de algún modo en los pilares en los que se sostiene el género, una suerte de terror psicológico que devanea más por un efecto publicitario que lo que desde el principio presenta el filme.
En realidad, a pesar de que en su montaje y ritmo le apuesta más a un cine europeo, cosa que se agradece y sustenta una narrativa interesante y que tensa con fortuna al espectador además de evitar un efectismo, en algún momento no evita su vocación, cierta pretensión de cine mainstream. Historia y arquetipos están en función del gran público. No innova, aunque Singer empieza a ser reconocido por tener estilo propio.
Vemos pues, la vocación de un cine que combina lo más accesible de una narrativa europeizante, con personajes no tan alejados de la convención del género. Obra inquietante y discreta, tiene muy buenos momentos dentro de la historia y una narrativa visual que inquieta con excesos que se agradecen: un duelo entre dos personajes tomado por cámara con personaje en medio muy bien logrado y que es uno de los momentos estelares de la trama.
La molesta adolescente, medio insoportable y sabelotodo “Gretchen” (Hunter Schafer) se ve obligada a irse a vivir a un complejo turístico en Alemania en compañía de su padre “Henry” (Jan Bluthard) y su nueva esposa “Beth” (Jessica Henwick) que incluye a una niña muda “Alma” (Mila Lieu) inquietante desde el principio.
Todo va mal desde la llegada, sobre todo la torva amabilidad de el señor “Köning” (Dan Stevens), que de forma muy sutil ejerce acoso hacia la adolescente.
El padre de la chica, debe desarrollar un proyecto turístico en un complejo del que “Köning” es dueño. “Gretchen” empieza a trabajar como recepcionista en el hotel y a partir de ahí, adivinó usted empiezan a suceder cosas muy extrañas que incluyen a un tipo que investiga a “Köning”, “Luis” (Martín Csokas), una mujer que se le aparece a la chica y al final los cuckos del título, que se asemeja por momentos a “Los niños del Brasil” (Franklin Schaffner, 1978), basado claro, en la novela de Ira Levin.
Con todo y sus hoyos, agujeros, intencionales o no, el filme funciona de forma discreta y aunque buena parte de la trama devanea, quiere ceder pero lo hace en un tono más intenso, la firme dirección de Singer, entregan algo sobresaliente sin excelencia, con un ambiente que inquieta pero jamás se desborda en el efectismo. Es lo que hoy en medio de tanta baratija se llamaría un filme de inteligencia y entretenido. Vale la pena, en general deja satisfechos al más convencional espectador y al que está acostumbrado a otro tipo de narrativas ajena a la convencional
EN CORTO
Unas palabras para un amigo: Triste , dolorosa la partida del crítico de cine y promotor cultural y cineasta Arturo Castelán, creador del festival Mix Cine y Diversidad Sexual, pionero en este rubro, además de incursionar en la dirección y muchas actividades más.
Una querida persona del medio. Siempre educado, amable, de muy buena charla. Su labor queda en beneficio del séptimo arte. Descanse en paz.