/ lunes 21 de octubre de 2024

La moviola / FICM 22: Párvulos y el terso horror

Un relato de ferocidad, horror y profunda ternura, se percibe en “Párvulos” (Isaac Ezban, 2024). Cargado de referentes no solo fílmicos, sino literarios, la película se proyectó en el marco de la Sección de Estrenos Especiales en la edición 22 del Festival Internacional de Cine de Morelia. El director, que aún conserva el aura de cierta rebeldía – todavía gusta trastocar, aunque ya muy asentado en la industria- entrega un filme de hibridez genérica, que sí como lo considera su director funciona al estilo “coming of age,” pero va más allá: los personajes provocan intriga, y cierta incomodidad al espectador.

En “Párvulos”, se percibe un tono de cuento clásico , forma parte incluso del entorno narrativo , de su universo de la ficción: Grimm, Hans Christian Andersen, Wiss con “La familia Robinson” , con referentes directos en algunos casos, confirma la vocación de fabulador de Ezban, más allá de la etiqueta de director de género.

La película, elude la coyuntura de una primera lectura, lo pandémico y resulta incluso una historia en, el mejor de los sentidos , a la érase a la que se era, con un equilibrio entre la tersura de fondo y la brutalidad , cierta crudeza en la forma. Sobre todo en la transgresión a la mirada de la infancia.

Porque en “Párvulos”, la brutalidad forma de un perfecto equilibrio , de un relato de ternura. No, no es un “Señor de las moscas”, novela de William Golding con dos adaptaciones fílmicas, una de 1963 de Peter Brook y la otra de 1990 de Harry Hool. Resulta más cercana a Hansel y Gretel.

Tres hermanos, un adolescente y dos niños, viven en una casa abandonada en medio del bosque ya que el mundo ha colapsado por una pandemia y un virus circula. Esperan el regreso de sus padres, aunque todo indica que es una mentira del mayor, al que le falta una pierna, no sabemos porque. Sobreviven como pueden, uno de los recursos es matar perros, lo que provoca que el espectador, ya no vea a los personajes de manera tan amable.

Los pequeños, no cuestionan en ningún momento la autoridad de su hermano más grande Salvador ( Farid Escalante ), quien gobierna de manera firme pero justa. Regaña a los niños, pero los arropa en la noche, en algún punto accede a cierta anarquía infantil y a ciertos caprichos. Oliver ( Leonardo Cervantes ) es el de en medio y funciona como cierta conciencia crítica y fiel de la balanza: “ dale chance tiene siete años “, le dice a Salvador, cuando este se dispone a regañar a Benjamín ( Mateo Ortega Casillas) quien parece, solo parece, no darse cuenta de lo que pasa: un apocalipsis . Personaje desde el principio que esconde los más brutales equilibrios.

Hay un secreto en la cabaña, todo indica que alimenten una criatura producto de la pandemia, pero eso lo iremos descubriendo a lo largo del relato. En el fondo “Párvulos” es un cuento de tripas, vísceras y amor. Y muy buenas posibilidades a nivel comercial, ya que Ezban tiene un público que lo sigue. Se lleva un acierto en la dirección de los jóvenes actores, quienes en una buena parte están solos no sólo dentro de la casa, sino en la pantalla.

Con guion del propio Ezban y de Ricardo Aguado – Fentanes, “Párvulos” es más un género de fantasía que de horror. Noé Hernández parece como siempre bien en el acto final junto no un elenco que destaca en sus escenas: Juan Carlos Remolina, Carla Adel, Horacio Lazo y Norma Flores.

En la próxima entrega le entramos a la Sección de Largometraje en donde hasta el momento ha destacado “La Raya” ( Yolanda Cruz, 2024).


Un relato de ferocidad, horror y profunda ternura, se percibe en “Párvulos” (Isaac Ezban, 2024). Cargado de referentes no solo fílmicos, sino literarios, la película se proyectó en el marco de la Sección de Estrenos Especiales en la edición 22 del Festival Internacional de Cine de Morelia. El director, que aún conserva el aura de cierta rebeldía – todavía gusta trastocar, aunque ya muy asentado en la industria- entrega un filme de hibridez genérica, que sí como lo considera su director funciona al estilo “coming of age,” pero va más allá: los personajes provocan intriga, y cierta incomodidad al espectador.

En “Párvulos”, se percibe un tono de cuento clásico , forma parte incluso del entorno narrativo , de su universo de la ficción: Grimm, Hans Christian Andersen, Wiss con “La familia Robinson” , con referentes directos en algunos casos, confirma la vocación de fabulador de Ezban, más allá de la etiqueta de director de género.

La película, elude la coyuntura de una primera lectura, lo pandémico y resulta incluso una historia en, el mejor de los sentidos , a la érase a la que se era, con un equilibrio entre la tersura de fondo y la brutalidad , cierta crudeza en la forma. Sobre todo en la transgresión a la mirada de la infancia.

Porque en “Párvulos”, la brutalidad forma de un perfecto equilibrio , de un relato de ternura. No, no es un “Señor de las moscas”, novela de William Golding con dos adaptaciones fílmicas, una de 1963 de Peter Brook y la otra de 1990 de Harry Hool. Resulta más cercana a Hansel y Gretel.

Tres hermanos, un adolescente y dos niños, viven en una casa abandonada en medio del bosque ya que el mundo ha colapsado por una pandemia y un virus circula. Esperan el regreso de sus padres, aunque todo indica que es una mentira del mayor, al que le falta una pierna, no sabemos porque. Sobreviven como pueden, uno de los recursos es matar perros, lo que provoca que el espectador, ya no vea a los personajes de manera tan amable.

Los pequeños, no cuestionan en ningún momento la autoridad de su hermano más grande Salvador ( Farid Escalante ), quien gobierna de manera firme pero justa. Regaña a los niños, pero los arropa en la noche, en algún punto accede a cierta anarquía infantil y a ciertos caprichos. Oliver ( Leonardo Cervantes ) es el de en medio y funciona como cierta conciencia crítica y fiel de la balanza: “ dale chance tiene siete años “, le dice a Salvador, cuando este se dispone a regañar a Benjamín ( Mateo Ortega Casillas) quien parece, solo parece, no darse cuenta de lo que pasa: un apocalipsis . Personaje desde el principio que esconde los más brutales equilibrios.

Hay un secreto en la cabaña, todo indica que alimenten una criatura producto de la pandemia, pero eso lo iremos descubriendo a lo largo del relato. En el fondo “Párvulos” es un cuento de tripas, vísceras y amor. Y muy buenas posibilidades a nivel comercial, ya que Ezban tiene un público que lo sigue. Se lleva un acierto en la dirección de los jóvenes actores, quienes en una buena parte están solos no sólo dentro de la casa, sino en la pantalla.

Con guion del propio Ezban y de Ricardo Aguado – Fentanes, “Párvulos” es más un género de fantasía que de horror. Noé Hernández parece como siempre bien en el acto final junto no un elenco que destaca en sus escenas: Juan Carlos Remolina, Carla Adel, Horacio Lazo y Norma Flores.

En la próxima entrega le entramos a la Sección de Largometraje en donde hasta el momento ha destacado “La Raya” ( Yolanda Cruz, 2024).