/ sábado 21 de septiembre de 2024

La moviola / “La sustancia” o el feminismo hórrido

@lamoviola


Érase que se era un cuento neo feminista. “La sustancia” (Coralie Fargeat, 2024) tiene todo el tono de un clásico relato literario. Aguda, incómoda narración de las apariencias, sobre todo del mundo del espectáculo, nueva víctima del canon fílmico que encuentra su grandeza en una ácida desmitificación del relato infantilizado y pedagógico e incluso tiene su moraleja a nivel pedagógico a la manera de Bruno Bettelheim, autor del libro “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”, publicado en 1976, para consolidar su vocación de fábula.

En forma y fondo, muy en el tono crudo de los hermanos Grimm, en el sentido clásico y antes de su dulcificación, la película, por un lado, va de un conflicto-drama universal en este caso la decadencia y la vanidad, hasta una moraleja o castigo. Pero en medio pesa un neo feminismo que elude cualquier tipo de corrección. Las mujeres que son centro del relato se dañan pero se necesitan una a otra y literalment, son parte de lo mismo.

Coralie Fargeat, con una narrativa firme dividida en actos o capítulos decanta por desarrollar un cuento clásico, pero el cinismo de su generación –nació en 1976- hace que eluda lo Disneyano. No hay compasión ni dulcificación en la relación de las dos protagonistas: la madurona actriz aún de muy buen ver “Elisabeth Sparkie” (Demi Moore) y su versión joven, “Sue” (Margaret Qualley). El problema es que espejito, espejito, sin una, no podría existir la otra.

La primera, tiene un programa de aerobics de éxito moderado, luego de una fulgurante carrera en el cine con estrella en el Paseo de la fama y toda la cosa, que se opaca con los años y que los espectadores jóvenes medio recuerdan como una antigüedad a punto del vejestorio. La segunda, una versión joven y mágica de “Elisabeth”, que poco a poco tomará conciencia de sí misma y buscará la independencia al costo que sea.

Un comentario despectivo escuchado por accidente, hace que la ex actriz hoy semi decadente celebridad de medio pelo anclada de forma hilarante en un programa de aerobics que cada día le cuesta más grabar, hace que la mujer caiga en una fuerte depresión.

El medio afeminado productor “Harvey” (DennisQuaid), expresa que urge remplazarla por alguien mucho más joven. Al llegar a su casa, “Elisabeth” encuentra un mensaje que le propone comprar una fórmula para que sea la mejor versión de sí misma. Un poco dudosa acepta usar la sustancia, y luego de una dolorosa transformación, un parto brutal, aparece “Sue”.

A partir de ese momento, la mujer en sus dos polos, compartirá vida con su otro yo. Sin sororidad evidente, alguna de ellas entenderá en cierto momento que no se pueden separar y ahí inicia la parte de un relato tétrico, muy sutil, humorístico, que muy en el estilo de la directora (su anterior filme fue “Venganza”, en 2017 y estuvo al frente de algún capítulo de la serie “Sandman”), toca las periferias de cierto horror.

Fargeat, goza de filmes como “Kill Bill I y II” (Tarantino, 2003-2004) y se nota en una aguda transgresión femenina. Provocación a las buenas causas del discurso maniqueo. Es verdad que hay un tremendismo en el acto final, pero esto sólo confirma su vocación de cuento clásico.

Ganó por cierto en la más reciente edición del Festival de Cine de Cannes el premio a Mejor Guion, además de competir por la Palma de Oro. Distribuye Mubi, así es que luego de su corrida en cines, es muy probable que se pueda ver en plataforma. La Moore está impecable y el acto final resulta delirante. Eso, o la nueva de “Hellboy”. Usted decide.