@lamoviola
Inicia el mes patrio (en verdad que intenté no entra con este lugar común, pero es irresistible), y la cartelera tiene buenas opciones sin necesidad de tener el aire de Blockbuster. Es el caso de Lecciones para canallas (Gustavo Moheno, 2022), y El sastre de la mafia (Graham Moore, 2022).
En el primer caso, vemos una historia que decanta por momentos de una sutil comedia, sobre todo por el tono de los personajes, bien definidos y llevados. Todos son una suerte de outsiders, que en el fondo buscan la redención, por fortuna nunca moralista ni políticamente correcta.
Después de la muerte de su madre, la dulce adolescente Jenny (Danae Reunaud), con herencia en el banco y a punto de entrar a la universidad, decide buscar a su padre, que resulta ser un bribonzuelo apodado Barry el sucio (Joaquín Cossío), el cual mantiene una relación con Marisela (Diana Bovio), cómplice de sus fechorías. El asombrado padre, se da cuenta de la ingenuidad de la chica y se dispone a darle un taller intensivo de patanería a la par de enseñarle las artes de su oficio.
Padre e hija, se reconocerán uno al otro, muy a su pesar. La chica goza en el fondo el ambiente de hoteles de cuarta e hipódromo de su padre y Barry, sin renunciar a su naturaleza, se descubre en plan de maestro Jedi de la bribonería.
El guión de Ángel Pulido (Bajo la sal, Jirón de niebla), y del mismo Moheno (Hasta el viento tiene miedo, Eddy Reynolds y los Ángeles de acero) desarrolla una historia sencilla, agradable para el espectador, divertida sobre todo y con muy buenos momentos –mención especial merece la escena del pleito en un baño, en pleno goce paródico jamesbondesco a la Casino Royal, con música de José José al fondo entre Barry y un ruso hampón, cuál canchanchán de villano detectivesco, ambos en intentos de ahogarse en la taza de un excusado cual escena de intro a la 007. Y es que en el filme las referencias cinematográficas son constantes, lo cual comprueba la vocación–obsesión cinéfila del director.
En Lecciones para canallas se sigue la tradición de la picaresca de los personajes en el cine mexicano, de la cual Cossío –en su punto, como siempre-, es un muy buen representante. El filme tiene en la dirección de actores uno de sus principales pilares, además de una muy buena manufactura en la producción. Pulsión fílmica, vehículo cinéfilo que usa el humor para el referente tropicalizado y de manera acertada el género de los bribones con sus propios códigos de conducta tiene personajes sin complejidades pero matices que logran empatía con el espectador.
La verdad es que uno pasa un buen rato, divertido. El filme lo puede disfrutar un cinéfilo por sus constantes referentes o un espectador que desee divertirse.
La dupla Moheno-Pulido entrega una obra más que digna que domina la parodia de género y que mantiene una sonrisa empática a lo largo de la historia.
Lecciones para canallas es un filme con ángel que merece la oportunidad del espectador este fin de semana.
En corto
Otra muy buena opción es El sastre de la mafia que sobre todo, luce por un zurcido discreto de cine de suspenso, cargado de sutilezas y buenos momentos, sobre un terso sastre que trabaja a su pesar para un grupo de mafiosos. Es una obra de oficio que sigue el canon del género y se respeta con dignidad a si misma. Vale la pena sobre todo por sus actuaciones y manufactura.
Tal vez no sea el mejor ejemplo del cine con entorno mafioso pero los pequeños detalles, muy cuidados de esta obra, la hacen un trabajo de dignidad incuestionable. Sí, la puede gozar más un amante del género pero la verdad es que sin grandes pretensiones está al alcance del espectador promedio.
Pues eso, con todo, es una buena semana de estrenos.