/ miércoles 15 de abril de 2020

La postura de México ante OPEP+

Por Emily Medina


Cualquier diálogo depende de las relaciones entre naciones específicas y de cómo ven sus intereses y el grado en que pueden actuar sobre esos intereses” Daniel Yergin, historiador de energía.


El domingo de Pascua, después de varios días de negociación con la OPEP+, México, representado por la secretaría de energía Rocío Nahle, en videoconferencia desde Villahermosa Tabasco, salió victorioso llegando a un acuerdo internacional para recortar la producción de petróleo por 100 mil barriles diarios (mbd) en lugar de los 400 mbd originalmente propuestos por OPEP+. Al llevar a cabo este recorte, México contribuirá a la estabilización internacional de los precios del petróleo con la ayuda de Estados Unidos, quién recortará los otros 300 mbd en el lugar de nuestro país.


La novena reunión ministerial (extraordinaria) de la OPEP+, logró establecer un acuerdo para el recorte de la producción conjunta de 9.7 millones de barriles diarios (MMbd). Se espera que este recorte junto con reducciones voluntarias e impulsadas por el mercado en Estados Unidos (el mayor productor del mundo) y otros países productores alcancen alrededor de 20 MMbd.


El objetivo del acuerdo de la OPEP+ , es estabilizar el mercado y hacer frente a la caída de los precios de petróleo ocasionada por la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia , y , al mismo tiempo, la caída en la demanda global que se ha reducido en 30 MMbd (30%) y es resultado de las acciones tomadas por los países para frenar el COVID-19 derivando en una reducción del uso de combustibles fósiles.


En este sentido, el motivo de gran suspenso y controversia durante las reuniones de la OPEP+, giró en torno a México, quien fue el único país que no estuvo conforme con su cuota de reducción de 400 mil barriles diarios, poniendo en riesgo su reputación internacional como un aliado confiable. Sin embargo, la relación bilateral entre México y Estados Unidos tuvo resultados favorables para la negociación, después de que Trump acordará asumir un recorte de 300 mbd en el lugar de México.


Al defender su posición e intereses ante la OPEP+, Andrés Manuel López Obrador, le demostró al mundo hasta donde está dispuesto a llegar con su estrategia para “rescatar a Pemex y la soberanía energética de México.” A pesar de que dicha estrategia no tenga sentido económico o técnico y amenace las finanzas de Pemex y la economía mexicana.


Pemex, en lugar de ajustarse a las tendencias del mercado energético y recortar su producción en campos donde tiene flujos negativos (por la caída de precios del petróleo), está operando de manera ideológica y generando pérdidas históricas como consecuencia. En un escenario de $35 dólares por barril en promedio este año, Welligence estimo que 215,000 barriles diarios (13% del total) de la producción de Pemex generará pérdidas.


Además, Anne Milne, estratega de Bank of America, proyecta que Pemex tendrá un flujo negativo de 20 mil millones de dólares en un precio de $30 dólares por barril en la Mezcla mexicana que actualmente se cotiza en ($17.16). Sin embargo, como se pudo evidenciar el fin de semana pasado el gobierno no tiene ninguna intención de recortar su producción de manera voluntaria, aunque le convenga.


La producción de Pemex ha declinado naturalmente desde hace 15 años. El año pasado cayó 7% (117,600 bpd) resultando en una producción promedio anual de 1.68 mbd. Actualmente existe una declinación natural de aproximadamente 100,000 mil barriles diarios, que es la cantidad que se espera que México recorte como parte del acuerdo de la OPEP. Por lo que la empresa paraestatal no tendrá que hacer un ajuste importante para cumplir con el acuerdo. A pesar de que sea conveniente para la paraestatal dejar de producir en campos que no son redituables y como diría el Presidente “apretarse el cinturón.”





Asociada COMEXI

@emilymedinah

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