Por *Ximena Céspedes
Hace unos días el Gobierno federal expropió un tramo de 120 kilómetros concesionado a Ferrosur, propiedad de Grupo México en el Estado de Veracruz, el cual fue ocupado por la Secretaría de Marina.
El domingo 28 de mayo, miles de personas salieron nuevamente a las calles, esta vez en defensa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de sus ministros, especialmente por la ministra presidente Norma Lucía Piña Hernández.
Estos hechos que podrían parecer aislados llevan un hilo conductor. Desde hace algunas semanas, en las redes sociales se han ido instaurando conceptos que no habían estado presentes -al menos en México- en los últimos años: autoritarismo y dictadura.
En el primer caso, más del 90% de la opinión pública digital está en contra de la expropiación por dos razones principales: por un lado, señalan una incongruencia por parte del Presidente porque expresamente había declarado en 2008 que no habría expropiaciones en su Gobierno; y por el otro, porque mencionan que afecta la confianza de la iniciativa privada.
También consideran que los últimos decretos promulgados en “fast track” por el Ejecutivo federal son actos dictatoriales y violan el Estado de Derecho.
En el segundo caso, la audiencia digital ya venía señalando que existe una campaña de desprestigio hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación -desde las mañaneras y especialmente hacia la Ministra Presidente- enviándole mensajes de apoyo y solidaridad con el hashtag #NormaPiñaNoEstásSola.
El plantón durante algunas semanas frente a la sede de la Corte, acompañado de hechos como la quema de imágenes de la Ministra Presidente o los ataúdes cargando figuras similares a los ministros Normar Piña y Javier Laynez, fue muy criticado por las redes sociales, que pasó de movimiento a movilización (como fue por la defensa del INE) y los ciudadanos salieron a las calles.
#LaCorteNoSeToca fue la bandera de apoyo hacia los ministros, donde más del 80% de la opinión pública mexicana que se pronunció a favor de la marcha considera que los participantes fueron mexicanos preocupados y comprometidos por un país mejor y, sobre todo, libre.
Estos dos casos de las últimas semanas se suman a otros como la defensa de la educación, de la salud, la democracia, la libertad de prensa, la seguridad y el rechazo a las prohibiciones; #prohibidoprohibir ya es un llamado constante.
Como lo dijo Edmund Burk: “Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada”.
Las redes sociales, la sociedad civil y las organizaciones poco a poco están levantando la voz en contra de actos que cimbran nuestras libertades y el Estado de Derecho, pero se tiene que pasar de las palabras a los hechos, de movimientos a movilizaciones. Y votar, es uno de los principales. #OpiniónCoparmex
*Presidenta del Comité de Comunicación Interna de Coparmex Nacional