Ya he señalado, que cada doce años coinciden los procesos electorales presidenciales y de Congresos en México y Estados Unidos, también he subrayado, que desde la primera campaña del entonces candidato del Partido Republicano, Donald Trump, el tema y los asuntos relacionados, en primera instancia con la seguridad fronteriza y en segunda, con la Seguridad Regional e Internacional, son asuntos centrales de las referidas campañas, todos ellos a su vez, plataforma favorita de ataques de los sectores más retardatarios de ese partido y sectores sociales afines. Todo ese ambiente, por supuesto que repercute en las relaciones bilaterales, pero también genera pronunciamientos desde el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y la larga lista de candidatas y candidatos a los cargos de elección popular en disputa.
Más en las condiciones que vivimos, los pronunciamientos electorales se prestan, o bien, son un frecuente pretexto, para proponer medidas tan audaces como absurdas -ahí esta la ley antiimigrantes del gobernador de Florida, De Santis, con el rechazo de numerosos de sus seguidores. Tampoco podemos dejar de lado, la violatoria medida del gobernador también republicano de Texas, George Abbott, que incluso ya fue impugnada legalmente por el Presidente Joseph Biden por desconocer el Tratado de Amistad y Límites Fronterizos entre México y su país. Hasta el momento, de parte de las y los candidatos en nuestro país, no ha habido señalamientos o críticas al respecto, pero, es obvio, no tardan en emitirse.
En México debemos poner aún más atención para las propuestas, en general, en lo que concierne a las dimensiones de la Seguridad, es decir, a la Pública, Interior y Nacional. Esto es, que desde ahora atendamos los planteamientos, propuestas y viabilidad en torno a esos muy sensibles aspectos de la agenda nacional, para que los mismos se hagan, por parte de quienes aspiren a dirigir nuestro país, orientados por contenidos serios, sustentados, documentados y en lo posible, razonablemente alejados de la mera disputa político-electoral. Pero no solo las propuestas en búsqueda de la Presidencia de la República merecen nuestra atención; recordemos qué hay nueve gobernaturas en juego, incluyendo algunas con altas tasas de violencia, tales como: Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Morelos, Jalisco, Veracruz, entre otros. De allí la indispensable visión de conjunto que se requiere en esta parte de la larga lista de expectativas por parte del electorado.
Así, con el breve panorama descrito, en ambos lados de la frontera, deberá prevalecer una visión, o al menos eso se espera, de cooperación y por tanto de compartimiento de las responsabilidades en cuanto a la agudización de los problemas en la agenda fronteriza. Sin embargo, aunque el panorama desde los Estados Unidos no parece promisorio en ese sentido; de nuestra parte, en cambio, sí que puede aportarse centralidad y equilibrio en la problemática. Un reto interesante para el contenido de las campañas en general, a lo largo y ancho de México. Falta poco para saberlo.
@JOPso