Por Ricardo Gallegos

En 2024, además de la elección federal, se estarán eligiendo un sinnúmero de cargos públicos a lo largo y ancho del país, y las implicaciones de esta elección podrían tener efectos importantes en término de la factibilidad o de cambios a nivel constitucional. También no habría que dejar de lado que a nivel subnacional son nueve estados que cambiarán de gobernador, de los cuales varios de ellos cumplen su primer ciclo emanados del partido en el poder.

Las elecciones del próximo año serán unas de las más extensas de los últimos años en el número de puestos por votar: se elegirá un presidente de la República, 500 diputados y 128 senadores, ocho gobernadores; además, congresos locales en todo el país, ayuntamientos, juntas municipales y alcaldías en la CDMX. Todo esto suma un aproximado de 19,000 cargos a elegirse. Una cifra nada despreciable.

Partiendo del nivel más macro, evidentemente será importante a nivel federal el candidato que resulte electo, ya que dependiendo del ganador seguramente veremos un efecto en el tipo de políticas públicas a implementarse y en la manera que se va a financiar este nuevo plan de gobierno.

Otra de las implicaciones que seguramente dará de que hablar será la recomposición o no de los congresos locales en cada uno de los estados de la República, ya que esto será un factor decisivo para que las propuestas de cambios constitucionales en el ejecutivo sean aprobadas. Y la implicación no es menor: siempre es deseable que exista un contrapeso que permita una sana discusión de las propuestas de uno u otro lado.

Dentro de la elección en los estados se eligen nueve gobiernos estatales, los cuales son importantes por el porcentaje de población, así como de recursos presupuestales, pero también destaca que seis de ellos concluyen el primer ciclo de administración emanados de Morena, y que serán por primera vez evaluados por sus electores. Las entidades que tendrán elecciones son: Guanajuato, Puebla, Chiapas (HR AA-), Jalisco (HR AA+), Morelos (HR A+), Tabasco (HR A), Veracruz (HR A-), Yucatán (HR AA), y CDMX (HR AAA).

En términos generales, estas entidades han presentado un buen comportamiento económico; destacaría inclusive los estados de Chiapas, Jalisco, Veracruz y Yucatán, que han recibido durante este año incrementos en sus calificaciones crediticias. En general, el sector se ha decantado por minimizar la toma de financiamiento que, sumado a una recuperación y crecimiento de ingresos federales, particularmente los relacionados a participaciones, ha ocasionado que el endeudamiento neto esté disminuyendo.

Esto, desde el punto de vista de calidad crediticia, los hace más sólidos; sin embargo, el costo de oportunidad vendrá para las siguientes administraciones al diagnosticar la situación de sus entidades, para luego tomar decisiones en términos de la provisión de servicios e infraestructura que se ha dejado de hacer, y que deberá ser parte de su plan de gobierno para los próximos años.

Las elecciones del próximo año son importantes desde el punto de vista político y financiero; los resultados sin duda impactarán en el desempeño financiero en el corto y mediano plazo. Al tiempo.

*Director General Adjunto de Análisis Económico en HR Ratings