Por Dr. Arturo Ponce Urquiza
A razón de los acontecimientos que están definiendo a la seguridad internacional como es la guerra en Ucrania provoca por la voracidad del régimen de Vladimir Putin, la incursión de Hamás asesinado, violando y secuestrando, a centenares de ciudadanos israelíes y de otras nacionales, que a su vez, está provocando ahora una escalada de consecuencias en el territorio del Líbano, cuyo gobierno se encuentra controlado por las fuerzas de Hezbolá, que son apoyadas por el propio gobierno de Irán, que ha jurado eliminar a Israel. Son tan solo dos de los eventos que a diario tensan la seguridad regional tanto en Europa y Medio Oriente.
Pero de igual manera, en el Mar de China Meridional, las acciones que constantemente lleva a cabo la República Popular de China sobre Taiwán, haciendo uso de sus fuerzas armadas, para ejercer zozobra e intimidar a la ciudadanía y al gobierno de esa nación, pero también, están las constantes amenazas sobre Filipinas, Indonesia, Malasia, Camboya y Tailandia, en una región en donde es transportando el 40% de los productos petroleros que requiere el mundo para su desarrollo.
Y que decir, de acuerdo a datos de las Naciones Unidas se tiene un estimado de aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales en todo el mundo, algunos de origen africano cruzan el mar Mediterráneo, buscando evitar los flagelos de los grupos integristas, otros, desde Latinoamérica, buscan llegar los EEUU y a Canadá, por una mejor calidad de vida, a causa de que en sus países las condiciones de autoritarismo, han eliminado las posibilidades reales de una vida con oportunidades de desarrollo y bienestar personal. Sin dejar de considerar lo que pasa en Medio Oriente o en el sudeste asiático, que con condiciones similares a las anteriores, buscan una mejor calidad de vida en Europa, o países de la península arábiga.
De igual manera, los baluartes mas importante de la convivencia al interior de una sociedad, como son los valores democráticos, las libertades sociales, políticas y económicas, cada vez se observan acosadas, manipuladas y por que no decirlo, extorsionadas con diversas finalidades que han ido provocando que la fortaleza de las instituciones en distintos Estados y naciones, en todos los continentes, se vean disminuidas por grupos políticos y sociales, que haciendo uso de tales preceptos democráticos, al llegar al poder, buscan eliminarlos o dejarlos en su mínima expresión para ejercer su única voluntad, dividir a las sociedades e imponer su voluntad, trayendo de nuevo esa faceta de la historia del mundo, marcada por populismos, autoritarismo e incluso dictaduras.
La propia guerra que se desarrolla en Ucrania, su aliciente por parte de Vladimir Putin, es la recuperación de un imperio perdido, un territorio añorado, un actor que impusiera su voluntad en la agenda de la seguridad internacional, como en antaño lo hiciera la Unión Soviética. Pero de igual manera, en esa reconstrucción imperial que se pretende desde el gobierno ruso, se busca establecer condicionantes que favorezcan a la Federación Rusa, en lo que será el nuevo orden global, que habrá de definirse en los próximos años, determinado las nuevas reglas de la convivencia entre Estados y naciones.
La historia de la humanidad, está identificada directamente con el arte de la guerra, los eventos nos dan muestra de ello, sea en Medio Oriente, Asia Central, Europa o el continente americano, en otras etapas históricas, la guerra ha definido la existencia y la aniquilación de naciones, ha facilitado el desarrollo industrial, como también ha redelineado los mapas de imperios y naciones, pero en la primera mitad del siglo XXI, lo que se observa es la suma de todos esos procesos antagónicos, en diversos escenarios.
Tales escenarios son múltiples en sus formas y características en las que se van estableciendo, unos son de abierto conflicto, otros son de intimidación, otras de movilidad y desplazamiento social con todas sus implicaciones, e igualmente, socavar los cimientos bajo los cuales se ha establecido la sociedad global.
Por tal causa, la guerra en Ucrania es la puerta del conflicto en sus numerosas características para el análisis constante en el siglo XXI, que ha facilitado que otras crisis comiencen a ser no solo visibles, si no también, de una alta peligrosidad para el statu quo que aún prevalece y que es el que ha permitido no llegar al colapso de una confrontación abierta entre quienes sostienen las viejas reglas de la convivencia internacional y de quienes buscan imponer nuevas reglas con las implicaciones que puedan surgir, con todo los riesgos que la sociedad mundial pueda enfrentar.
@arturotaipan
Profesor Asignatura Definitivo UNAM. Catedrático en temas de geopolítica y talasopolítica.
Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión Conflicto Rusia-Ucrania, COMEXI.