En este sexenio las encuestas se han usado como una herramienta efectiva para seleccionar a sus candidatos. Los partidos que han utilizado encuestas para sus procesos internos han premiado la democratización de su vida interna y han podido romper con las prácticas rancias y antidemocráticas de selección de candidatos con acuerdo de cúpulas que no representan la voluntad del electorado.
Las encuestas, frente a las elecciones internas, son el método más económico y transparente, además ayudan a disminuir la polarización que viven los militantes de los partidos durante la contienda interna.
¿Por qué sí a las encuestas? Porque en un proceso electoral las encuestas son el mejor mecanismo para respetar la voluntad del pueblo y forjar el camino hacia la democracia, sobre todo cuando no hay elecciones internas.
¿Quienes descalifican a las encuestas?
Los políticos que descalifican a las encuestas tienen un común denominador; son políticos alejados del electorado, con poca popularidad propia y con mala imagen. Lo único que buscan es apropiarse de una marca ganadora por medio de decisiones cupulares.
En estas semanas se ha intensificado la descalificación a las encuestas. Hasta se publicó un desafiante desplegado, publicado por diputados y ex diputados locales y federales de Morena y partidos aliados, en el que cierran filas en favor del senador Higinio Martínez Miranda por la candidatura a la gubernatura del Estado de México, y que representa una amenaza.
La realidad es que esos desplegados sólo reflejan el miedo de estos personajes a ser evaluados y enfrentados al escrutinio de los electores.
Y es que el consenso, mecanismo por el que los firmantes hubieran preferido elegir al próximo candidato, es un retroceso a la democracia, querer imponer decisiones de unos cuantos a lo que el electorado busca. Los consensos son un mecanismo que deja fuera la voluntad de los ciudadanos, sobra decir que éste no es el camino hacia la democracia.
Además, es un método al que antes se recurría para elegir a figuras políticas que, si bien tenían peso dentro de un partido, mantenían poco contacto con el electorado.
Se registraron 67 personas para el Edomex, ¿cómo buscar que el consenso sea en torno a uno mismo cuando la democracia moderna debe garantizar la participación de todas y todos?
Quienes huyen y demeritan a las encuestas lo hacen porque saben que con este mecanismo les va mal y, por tanto, las posibilidades de ganar una elección frente a otros candidatos que sí tienen cercanía con los ciudadanos son nulas.
Quienes odian las encuestas lo hacen porque no quieren someterse a la voluntad del pueblo. ¿Acaso tienen miedo de que los resultados no sean lo que ellos esperan?, ¿Por qué optar por un mecanismo no democrático y que ya no debería ser válido en la era actual?
No es que las encuestas no tengan una respuesta en actores que aspiran a ocupar un cargo público, sino que éstas no reflejan los resultados que ellos esperan. Las encuestas, por el contrario, revelan lo que lo que los ciudadanos desean.
Los buenos resultados en una encuesta se ganan con acciones, por eso es importante el contacto con la gente.
Es momento de que los políticos dejen de temer a las encuestas, al final del día es la herramienta más efectiva para conocer los deseos y preferencias del electorado, en suma los políticos y en especial los de Morena deben demostrar que ellos son un activo de la marca y no un lastre para ella.