Desde hace 25 años, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. También marca el inicio de distintas acciones emprendidas por la ONU, para generar conciencia del daño social provocado por la violencia en contra de mujeres y niñas. A este esfuerzo se le conoce como 16 días de activismo, y concluye el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
Mientras años anteriores se reportaba que, al menos una de cada tres mujeres en el mundo había sido víctima de violencia física o sexual, este año se reporta una mujer asesinada cada 10 minutos. México hace su contribución negativa a esa inquietante realidad. De acuerdo con el Inegi, 66 de cada 100 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia en su vida, presentándose en más entornos de los que se reportaban años atrás.
La gestión de Claudia Sheinbaum tiene un gran reto por enfrentar, y una responsabilidad moral, ya que por primera vez, nuestro país se encuentra dirigido por una mujer, y al protestar el cargo dijo “No llego sola, llegamos todas”.
Como en todo, el arranque del llamado segundo piso de la Cuarta Transformación presenta claro-obscuros, pues Morena escuda en “el mandato del pueblo” todas sus decisiones, acabando al mismo tiempo con la corta trayectoria democrática del país.
Al llegar la anhelada alternancia en el gobierno, que permitió cambiar al partido en el poder, surgieron diversas instituciones con autonomía del gobierno encargadas de vigilar que se respetaran los derechos de la ciudadanía. Muchas de estas instituciones, fueron impulsadas por quienes ejercían el rol de oposición, y que hoy militan en el partido oficialista.
Esas instituciones y la situación del Poder Judicial previo a la alternancia, durante estos 24 años ayudaron a dar estabilidad y certeza ante cualquier cambio político, sin afectar el timón del país.
La certeza se vio empañada por Morena al evitar que la Suprema Corte de Justicia resolviera los recursos en contra de la reforma judicial, al señalar que “no puede ser juez y parte”.
Paradójicamente, el argumento es desechado días después, para dejar en manos del propio gobierno la labor de transparentar sus acciones y resolver las impugnaciones.
En este contexto, ya sin instituciones autónomas que garanticen y protejan los derechos frente abusos de autoridad, los 16 días de activismo no sólo llaman a generar conciencia respecto de la violencia en contra de nosotras, también nos invita a emprender acciones en defensa de nuestros derechos.