Edna Sofía Castañeda* y Gerardo Trujano Velásquez**
“Nadie deja su hogar a no ser que su hogar sea la boca de un tiburón. Sólo corres hacia la frontera cuando ves a toda la ciudad corriendo también” - Warsan Shire, 2009, poeta y escritora británica-somalí.
Los seres humanos han emigrado desde el inicio de los tiempos, por eso es un tema complejo e importante que compete a todos. Se ha migrado por diversas razones: violencia, cambio climático, pobreza, pandemias y la esperanza por encontrar mejores oportunidades.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define la migración como el “Movimiento de personas fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea a través de una frontera internacional o dentro de un país”. De acuerdo con las Naciones Unidas (ONU), actualmente, millones de personas viven en un país distinto al que nacieron. Los Estados reciben migrantes que, en muchos casos, no pueden sostener.
Este fenómeno conlleva distintos retos para los países receptores, de origen o de tránsito. Conduce a distintas problemáticas: el nacionalismo, gestión de fronteras, recursos, violencia, racismo e integración. Es importante que las naciones impongan políticas de migración e integración, en concordancia con los derechos humanos, para que las personas reciban un trato digno en su proceso migratorio.
México cuenta con una posición geoestratégica que lo ha convertido en una sede de tránsito y, recientemente, en destino. Representa una antesala para miles de migrantes en situación regular, irregular, solicitantes de asilo, refugiados y víctimas de trata, que tienen a Estados Unidos como distinto final.
Durante 2022 se observó una de las dinámicas migratorias más complejas para México. Se registró el mayor número de personas en tránsito por diferentes puntos del país. Los migrantes provienen de diversos países como El Salvador, Guatemala, Honduras, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, Ecuador y Haití, entre otros.
Los principales desafíos que enfrenta México en materia migratoria es la falta de seguridad y protección para los migrantes. Suelen ser víctimas de delitos como la extorsión, el secuestro y la trata de personas por parte de bandas criminales y traficantes que operan en la región. Son detenidos y deportados por las autoridades mexicanas y estadounidenses, generando un círculo vicioso de expulsión y reingreso ilegal.
Las duras imágenes de lo ocurrido en Ciudad Juárez demostraron la ineficacia de la política migratoria actual. 40 hombres migrantes murieron asfixiados y calcinados dentro de una celda en el Instituto Nacional de Migración. Nadie hizo nada para salvarlos. El gobierno en respuesta intentó expiar la culpa, en lugar de resarcir a las víctimas y buscar una solución al problema de raíz.
En conclusión, la migración representa un gran reto para los gobiernos y demanda soluciones desde un punto nacional e internacional, con una visión humanista. Debe ser tratado como prioridad en las agendas políticas. México necesita líderes y leyes que protejan no sólo a las personas transitando de un país a otro, sino también a las que residen en el país. La protección de los derechos humanos de los migrantes debe ser prioridad.
* Alumna de la Licenciatura en Relaciones Internacionales
** Coordinador académico de la Facultad de Estudios Globales