/ jueves 13 de junio de 2024

México y la volatilidad

Por Ricardo Gallegos

Posterior a la elección federal hemos visto cómo algunas variables económicas han mostrado una importante volatilidad, en particular el tipo de cambio; y esto no ha sido tanto por el resultado per se, que fue la victoria de la doctora Claudia Sheinbaum, y que ya constituía el escenario base; sino más bien por el resultado de la mayoría calificada en la cámara de diputados y un alto de número de curules en la cámara de senadores, lo cual abre la posibilidad a cambios constitucionales previamente planteados por la actual administración.

El tipo de cambio ha mostrado una depreciación importante en los últimos días y ha estado en ciertos momentos por arriba de los 18.50 pesos por dólar, en respuesta a un factor que los mercados no tenían totalmente descontados: la composición de la cámara de diputados y senadores. Posterior a esto, la confirmación del actual secretario de Hacienda para la siguiente administración no fue suficiente para ofrecer certidumbre, y menos aún los primeros anuncios del presidente y del actual coordinador de la cámara de diputados acerca de aprobar en septiembre el paquete de reformas constitucionales pendientes.

A la fecha se ha moderado este mensaje, pero la narrativa puede ir cambiando en el transcurso de los días, por lo que podríamos seguir viendo algo muy similar a la volatilidad que hemos visto recientemente. Sin embargo, aún faltan varios momentos de elementos internos y externos a lo largo del año que podrían seguirla alimentando.

El primero será en septiembre. Esto es si se busca utilizar la mayoría en las cámaras para simplemente pasar las iniciativas enviadas por el ejecutivo en febrero, sin mayor discusión, o si se buscará darle el tiempo a una sana discusión y buscar cierto tipo de consensos. El segundo será como tal el cambio de administración en octubre, y esperar el tono de los mensajes de la presidenta en torno a los temas más importantes, ya sean éstos de índole política o económica. Tercero, los resultados electorales a inicios de noviembre en Estados Unidos, los cuales dependiendo del resultado podrían abonar a la volatilidad por la expectativa de la nueva relación México-EU y traer cierto nivel de incertidumbre por la relación y revisión del TMEC en 2026, migración, seguridad y la relación con China. Cuarto, la aprobación del paquete económico 2025 en noviembre, donde se definirá si efectivamente buscarán reducir el déficit de balance primario de este año y buscar mantener a raya el saldo histórico de la deuda a niveles de alrededor del 50% del PIB.

Desde el punto de vista de la calidad crediticia, actualmente la calificación es HR BBB+ (G) con perspectiva estable y fue publicada el 30 de abril. Muchos de los factores están ya considerados: un crecimiento de 2.5% anual para este año (con un riesgo a la baja), un déficit de -5.9% del PIB (RFSP), una deuda neta del 50.76% (SH) y un tipo de cambio al cierre del año de 18.40. Quizás los factores de mayor riesgo para el próximo año serán los de corte político, particularmente los relacionados con las reformas al poder judicial, al INE, al sector energético y a los organismos autónomos.

Por ahora, parece que lo único que queda es estar al pendiente de cómo se está desenvolviendo estos temas a lo largo de los próximos meses y no sería una sorpresa que la volatilidad en los mercados siga teniendo altibajos en lo que resta del año, ya que ésta se debe puramente a la incertidumbre. Por lo tanto, hasta que no vayamos teniendo definiciones, ésta podría continuar, con el riesgo de que en algún momento sí pueda traducirse en un problema más estructural. Al tiempo.

*Director General Adjunto de Análisis Económico en HR Ratings

Por Ricardo Gallegos

Posterior a la elección federal hemos visto cómo algunas variables económicas han mostrado una importante volatilidad, en particular el tipo de cambio; y esto no ha sido tanto por el resultado per se, que fue la victoria de la doctora Claudia Sheinbaum, y que ya constituía el escenario base; sino más bien por el resultado de la mayoría calificada en la cámara de diputados y un alto de número de curules en la cámara de senadores, lo cual abre la posibilidad a cambios constitucionales previamente planteados por la actual administración.

El tipo de cambio ha mostrado una depreciación importante en los últimos días y ha estado en ciertos momentos por arriba de los 18.50 pesos por dólar, en respuesta a un factor que los mercados no tenían totalmente descontados: la composición de la cámara de diputados y senadores. Posterior a esto, la confirmación del actual secretario de Hacienda para la siguiente administración no fue suficiente para ofrecer certidumbre, y menos aún los primeros anuncios del presidente y del actual coordinador de la cámara de diputados acerca de aprobar en septiembre el paquete de reformas constitucionales pendientes.

A la fecha se ha moderado este mensaje, pero la narrativa puede ir cambiando en el transcurso de los días, por lo que podríamos seguir viendo algo muy similar a la volatilidad que hemos visto recientemente. Sin embargo, aún faltan varios momentos de elementos internos y externos a lo largo del año que podrían seguirla alimentando.

El primero será en septiembre. Esto es si se busca utilizar la mayoría en las cámaras para simplemente pasar las iniciativas enviadas por el ejecutivo en febrero, sin mayor discusión, o si se buscará darle el tiempo a una sana discusión y buscar cierto tipo de consensos. El segundo será como tal el cambio de administración en octubre, y esperar el tono de los mensajes de la presidenta en torno a los temas más importantes, ya sean éstos de índole política o económica. Tercero, los resultados electorales a inicios de noviembre en Estados Unidos, los cuales dependiendo del resultado podrían abonar a la volatilidad por la expectativa de la nueva relación México-EU y traer cierto nivel de incertidumbre por la relación y revisión del TMEC en 2026, migración, seguridad y la relación con China. Cuarto, la aprobación del paquete económico 2025 en noviembre, donde se definirá si efectivamente buscarán reducir el déficit de balance primario de este año y buscar mantener a raya el saldo histórico de la deuda a niveles de alrededor del 50% del PIB.

Desde el punto de vista de la calidad crediticia, actualmente la calificación es HR BBB+ (G) con perspectiva estable y fue publicada el 30 de abril. Muchos de los factores están ya considerados: un crecimiento de 2.5% anual para este año (con un riesgo a la baja), un déficit de -5.9% del PIB (RFSP), una deuda neta del 50.76% (SH) y un tipo de cambio al cierre del año de 18.40. Quizás los factores de mayor riesgo para el próximo año serán los de corte político, particularmente los relacionados con las reformas al poder judicial, al INE, al sector energético y a los organismos autónomos.

Por ahora, parece que lo único que queda es estar al pendiente de cómo se está desenvolviendo estos temas a lo largo de los próximos meses y no sería una sorpresa que la volatilidad en los mercados siga teniendo altibajos en lo que resta del año, ya que ésta se debe puramente a la incertidumbre. Por lo tanto, hasta que no vayamos teniendo definiciones, ésta podría continuar, con el riesgo de que en algún momento sí pueda traducirse en un problema más estructural. Al tiempo.

*Director General Adjunto de Análisis Económico en HR Ratings