/ viernes 26 de enero de 2024

Mi mamá y el sexo | Bellakath y Dani Flow: reggaeton sexual sin filtro

No tengo nada contra el reggaeton. Todas las manifestaciones dancísticas, musicales y artísticas tienen una motivación en la sociedad misma. Lo mismo ocurre con el perreo (twerking),con el reggaeton y con cualquier otra expresión cultural.

En tiktok sigo a al creador de contenido Orlandovenezuela que escucha con humor la letra de las canciones de los años 80, con alto contenido erótico, para que no nos hagamos los espantados con las letras reggaetoneras.

Así se hizo viral una estrofa de la canción “Amor a la Mexicana” (1997) que interpreta Thalia con frases como: “Suavecito quiero, bien rudo lo quiero / Quiero que me llegue hasta el fondo del corazón / Lento yo lo quiero, siempre más yo quiero / Quiero que me espante hasta perder la razón / Pura caña, puro amor”.

Otro ejemplo es el de “Me haces tanto bien” (1993) del dueto español Amistades Peligrosas con el estribillo: “Me quemas con la punta de tus dedos / Tus manos hacen llagas en mi piel / Me abrazo con tu lengua que es de fuego / La sangre hierve o no lo ves / Ya sabes que me tienes cuando quieras / Ya sabes cómo soy / Ya sabes que me entra a la primera / Ahora ya sale algo mejor”.

Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra, porque si nos vamos más atrás en la historia de la música, al menos latina, seguro que encontramos más ejemplos. Lo que sucede con los reggetoneros mexicanos Bellakath y Dani Flow es que sus canciones hacen referencia a la genitalidad y al sexo explícito.

Una de las frases menos subidas de tono que escuché en las composiciones de Flow dice: “Para coger tengo un don y condón” y pensé que, al menos, está motivando el uso de preservativos. Lamentablemente, tiene muchas más frases que promueven el sexo anal sin protección, como cuando canta: “Si te los echo en el c*** / tu mamá va a estar tranquila, no habrá nieto (jaja)”.

Paréntesis: Hay que recordar que el VIH-SIDA sigue siendo una pandemia por las prácticas de alto riesgo, es decir, sin uso de condón. Aunque la ONU se planteó como meta que para el 2030 se erradicaría esta enfermedad, esto será difícil si los educadores sexuales no entramos a dar contexto e información cuando nos encontramos con canciones como las de Dani Flow.

Más que censurar, los educadores sexuales y los tutores a cargo de menores de edad tenemos que acompañar en las dudas que generan este tipo de letras. Tampoco vamos a promover que las infancias y las adolescencias escuchen este tipo de música, pero tenemos que estar preparados para cuando lleguen y nos digan que la escucharon por error o porque un amiguito se las puso o porque estaba sonando en una fiesta.

Es en ese momento, cuando ese niño/niña llega y te confía que la escuchó, es cuando sin rubor, sin titubear y sin caer en el tabú, hay que educar en sexualidad saludable. Siempre dejando claro que preferimos hablar con respeto de algo tan íntimo como la sexualidad y la genitalidad.

Del repertorio de Flow, hay una colaboración con Bellakath, en la que ella canta el estribillo: “Qué bonitos ojos tienes, quiero chuparte el p*** / Con todo respeto, espero no te moleste”. Leí con atención las entrevistas que le hicieron a la cantante, en las que ella argumenta una especie de derecho a la igualdad para que las mujeres canten en el mismo tono que hacen los hombres.

“Todas mis demás canciones no tienen vocabulario soez. El reggaetón no sólo habla de sexo, groserías o cosas así. En (la canción) Reggaetón Champagne justo lo que yo quería hacer: romper con el tabú de a ver, los hombres están cantando así, ¿por qué las mujeres no?”, declaró Bellakath al respecto.

Debo anotar que no soy consumidora del tipo de música a la que Bellakath hace referencia. Si se me permite una comparación, creo que el tratamiento que debemos darles es el mismo que le damos a productos como la pornografía. Habrá adultos que la consuman, bajo su cuenta y riesgo, al igual que hay quienes se enganchan con las series románticas hollywoodenses (con la misma advertencia: asumiendo su responsabilidad).

Sin embargo, hay que subrayar la palabra “adultos”, son productos diseñados para el erotismo adulto. Si un menor de edad es expuesto a música que hace referencia sexo explícito, al igual que con la pornografía, hay que explicarles que se trata de materiales diseñados para los mayores de edad y que no deben verse como modelos a seguir respecto a lo que es el erotismo.

Insistir en que la sexualidad saludable es más que genitalidad y estereotipos. Recalcar que las relaciones saludables y placenteras se construyen a partir de la comunicación y el respeto mutuo.


*Delia Angélica Ortiz es periodista especializada en inclusión y diversidad.

delia angélica ortiz | LinkedIn

Deliareportera | Facebook

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No tengo nada contra el reggaeton. Todas las manifestaciones dancísticas, musicales y artísticas tienen una motivación en la sociedad misma. Lo mismo ocurre con el perreo (twerking),con el reggaeton y con cualquier otra expresión cultural.

En tiktok sigo a al creador de contenido Orlandovenezuela que escucha con humor la letra de las canciones de los años 80, con alto contenido erótico, para que no nos hagamos los espantados con las letras reggaetoneras.

Así se hizo viral una estrofa de la canción “Amor a la Mexicana” (1997) que interpreta Thalia con frases como: “Suavecito quiero, bien rudo lo quiero / Quiero que me llegue hasta el fondo del corazón / Lento yo lo quiero, siempre más yo quiero / Quiero que me espante hasta perder la razón / Pura caña, puro amor”.

Otro ejemplo es el de “Me haces tanto bien” (1993) del dueto español Amistades Peligrosas con el estribillo: “Me quemas con la punta de tus dedos / Tus manos hacen llagas en mi piel / Me abrazo con tu lengua que es de fuego / La sangre hierve o no lo ves / Ya sabes que me tienes cuando quieras / Ya sabes cómo soy / Ya sabes que me entra a la primera / Ahora ya sale algo mejor”.

Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra, porque si nos vamos más atrás en la historia de la música, al menos latina, seguro que encontramos más ejemplos. Lo que sucede con los reggetoneros mexicanos Bellakath y Dani Flow es que sus canciones hacen referencia a la genitalidad y al sexo explícito.

Una de las frases menos subidas de tono que escuché en las composiciones de Flow dice: “Para coger tengo un don y condón” y pensé que, al menos, está motivando el uso de preservativos. Lamentablemente, tiene muchas más frases que promueven el sexo anal sin protección, como cuando canta: “Si te los echo en el c*** / tu mamá va a estar tranquila, no habrá nieto (jaja)”.

Paréntesis: Hay que recordar que el VIH-SIDA sigue siendo una pandemia por las prácticas de alto riesgo, es decir, sin uso de condón. Aunque la ONU se planteó como meta que para el 2030 se erradicaría esta enfermedad, esto será difícil si los educadores sexuales no entramos a dar contexto e información cuando nos encontramos con canciones como las de Dani Flow.

Más que censurar, los educadores sexuales y los tutores a cargo de menores de edad tenemos que acompañar en las dudas que generan este tipo de letras. Tampoco vamos a promover que las infancias y las adolescencias escuchen este tipo de música, pero tenemos que estar preparados para cuando lleguen y nos digan que la escucharon por error o porque un amiguito se las puso o porque estaba sonando en una fiesta.

Es en ese momento, cuando ese niño/niña llega y te confía que la escuchó, es cuando sin rubor, sin titubear y sin caer en el tabú, hay que educar en sexualidad saludable. Siempre dejando claro que preferimos hablar con respeto de algo tan íntimo como la sexualidad y la genitalidad.

Del repertorio de Flow, hay una colaboración con Bellakath, en la que ella canta el estribillo: “Qué bonitos ojos tienes, quiero chuparte el p*** / Con todo respeto, espero no te moleste”. Leí con atención las entrevistas que le hicieron a la cantante, en las que ella argumenta una especie de derecho a la igualdad para que las mujeres canten en el mismo tono que hacen los hombres.

“Todas mis demás canciones no tienen vocabulario soez. El reggaetón no sólo habla de sexo, groserías o cosas así. En (la canción) Reggaetón Champagne justo lo que yo quería hacer: romper con el tabú de a ver, los hombres están cantando así, ¿por qué las mujeres no?”, declaró Bellakath al respecto.

Debo anotar que no soy consumidora del tipo de música a la que Bellakath hace referencia. Si se me permite una comparación, creo que el tratamiento que debemos darles es el mismo que le damos a productos como la pornografía. Habrá adultos que la consuman, bajo su cuenta y riesgo, al igual que hay quienes se enganchan con las series románticas hollywoodenses (con la misma advertencia: asumiendo su responsabilidad).

Sin embargo, hay que subrayar la palabra “adultos”, son productos diseñados para el erotismo adulto. Si un menor de edad es expuesto a música que hace referencia sexo explícito, al igual que con la pornografía, hay que explicarles que se trata de materiales diseñados para los mayores de edad y que no deben verse como modelos a seguir respecto a lo que es el erotismo.

Insistir en que la sexualidad saludable es más que genitalidad y estereotipos. Recalcar que las relaciones saludables y placenteras se construyen a partir de la comunicación y el respeto mutuo.


*Delia Angélica Ortiz es periodista especializada en inclusión y diversidad.

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