/ sábado 20 de julio de 2024

Mi mamá y el sexo / Juguetes sexuales que van en la maleta de vacaciones

Antes que nada… condones. Esto suponiendo que esperas tener compañía. Sin embargo, también el plan vacacional puede ser pensando en el autoerotismo.

Además hay que considerar si vas de vacaciones a la playa, donde la arena y la humedad podrían ser afrodisíacos naturales o no, porque hay a quienes no les gusta esa sensación pegajosa en la piel y necesitarán de estimulación adicional para poder tener relaciones íntimas satisfactorias.

Quizá si vas a un lugar frío o templado sea muy romántico estar tomando una copa de vino (o un chocolatito caliente) frente a una chimenea, pero si te da cosita quitarte la chamarra o la cobija para comenzar con los rituales de seducción, entonces quizá podrías agradecer los beneficios de algún dispositivo que sea fácil de colocar entre las piernas.

Otro factor a considerar es si vas a viajar en tu coche —con toda la privacidad a tu equipaje que eso significa— o si vas en camión o en avión o en barco donde quizá debas someterte a una revisión de equipaje.

Si tienes que sacar las tangas de elefantito o la lencería tipo enfermera sexy, tal vez, aunque no necesariamente, puede resultar más vergonzoso que mostrar un vibrador, porque estos dispositivos de placer sexual ya son tan discretos y elegantes que quizá se confundan con un control remoto o un reproductor de música.

Claro que si llevas tu dildo gigante, anatómicamente correcto, pero que puede incluso sonrojar a quien revisa la maleta, entonces prepárate para recibir un comentario jocoso o incluso alguno de mal gusto. En ningún caso tendrían por qué intimidarte con señalarte por algún delito, pues todos son objetos de uso personal.

Sexo en vacaciones

No es que la sexualidad sea exclusiva de las vacaciones, pero quizá es un momento en el que, al encontrarse fuera de la rutina, se disfrute de otra manera. Sin embargo, la regla de oro al viajar es que lleves en la maleta aquello que conoces. Es decir, no llevas un bloqueador de sol que no sabes si te causará alergia, llevas el que sabes que te funciona.

Lo mismo ocurre con los lubricantes y también con los juguetes sexuales. Si llevas algo nuevo para experimentar, tendrías que tener el cuenta que quizá no te va a funcionar como esperas. Así que la primera recomendación es que lleves aquellos dispositivos con los que estás familiarizado/a/e.

En caso de dispositivos sofisticados que incluso cuestan más que tu celular, pues toma las mismas precauciones que tendrías con tu computadora, tu teléfono o tu cartera. Estas son cosas tan sencillas como: lleva su cargador, verifica que la bateria esté en buen estado y guárdalos en la caja de seguridad, cuando no estés en el cuarto.

Sexo casual

Tampoco nos hagamos los inocentes, las vacaciones son el lugar favorito para experiencias nuevas como hoteles swinger o encuentros de una noche, al calor del consumo de sustancias. El abanico de posibilidades que nos permiten disfrutar de la sexualidad es tan amplio que es fundamental tener prácticas informadas, responsables y seguras.

Algunas garantías de que tu práctica será disfrutable y no te provocará un problema al día siguiente es, por ejemplo, utilizar preservativos para evitar enfermedades de transmisión sexual o revisar que las sustancias psicoactivas que consumes no estén adulteradas.

Existen organizaciones como el Instituto Ria que cuenta con el programa “Checa tu sustancia” para ofrecer “atención integral, anónima y sin costo para la persona usuaria”, esto es a través de la distribución de materiales informativos, el análisis químico de sustancias y la consejería especializada.

Las vacaciones son propicias para consumir sustancias de procedencia sospechosa con el riesgo de que estén adulteradas o hayan sido sustituidas por otras cuyos efectos son más potentes o desconocidos para el organismo que pueden provocar intoxicación, sobredosis o daños irreversibles. ¡Aguas!

Sin embargo, si eres consumidor ya debes saber que estas cosas no viajan en el avión o cuáles son las disposiciones al respecto. De acuerdo con la página de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se puede “llevar consigo cualquier medicamento o sustancia psicotrópica, incluso cannabis, siempre y cuando se tenga la receta médica que prescriba su consumo y se ingrese únicamente la dosis que necesite durante su estancia”.

Lo básico es que no olvides el bloqueador solar o los medicamentos necesarios para el dolor de cabeza o para los malestares digestivos, porque créeme, cuando te sientes mal físicamente, no habrá nada que despierte tu deseo sexual.

Antes que nada… condones. Esto suponiendo que esperas tener compañía. Sin embargo, también el plan vacacional puede ser pensando en el autoerotismo.

Además hay que considerar si vas de vacaciones a la playa, donde la arena y la humedad podrían ser afrodisíacos naturales o no, porque hay a quienes no les gusta esa sensación pegajosa en la piel y necesitarán de estimulación adicional para poder tener relaciones íntimas satisfactorias.

Quizá si vas a un lugar frío o templado sea muy romántico estar tomando una copa de vino (o un chocolatito caliente) frente a una chimenea, pero si te da cosita quitarte la chamarra o la cobija para comenzar con los rituales de seducción, entonces quizá podrías agradecer los beneficios de algún dispositivo que sea fácil de colocar entre las piernas.

Otro factor a considerar es si vas a viajar en tu coche —con toda la privacidad a tu equipaje que eso significa— o si vas en camión o en avión o en barco donde quizá debas someterte a una revisión de equipaje.

Si tienes que sacar las tangas de elefantito o la lencería tipo enfermera sexy, tal vez, aunque no necesariamente, puede resultar más vergonzoso que mostrar un vibrador, porque estos dispositivos de placer sexual ya son tan discretos y elegantes que quizá se confundan con un control remoto o un reproductor de música.

Claro que si llevas tu dildo gigante, anatómicamente correcto, pero que puede incluso sonrojar a quien revisa la maleta, entonces prepárate para recibir un comentario jocoso o incluso alguno de mal gusto. En ningún caso tendrían por qué intimidarte con señalarte por algún delito, pues todos son objetos de uso personal.

Sexo en vacaciones

No es que la sexualidad sea exclusiva de las vacaciones, pero quizá es un momento en el que, al encontrarse fuera de la rutina, se disfrute de otra manera. Sin embargo, la regla de oro al viajar es que lleves en la maleta aquello que conoces. Es decir, no llevas un bloqueador de sol que no sabes si te causará alergia, llevas el que sabes que te funciona.

Lo mismo ocurre con los lubricantes y también con los juguetes sexuales. Si llevas algo nuevo para experimentar, tendrías que tener el cuenta que quizá no te va a funcionar como esperas. Así que la primera recomendación es que lleves aquellos dispositivos con los que estás familiarizado/a/e.

En caso de dispositivos sofisticados que incluso cuestan más que tu celular, pues toma las mismas precauciones que tendrías con tu computadora, tu teléfono o tu cartera. Estas son cosas tan sencillas como: lleva su cargador, verifica que la bateria esté en buen estado y guárdalos en la caja de seguridad, cuando no estés en el cuarto.

Sexo casual

Tampoco nos hagamos los inocentes, las vacaciones son el lugar favorito para experiencias nuevas como hoteles swinger o encuentros de una noche, al calor del consumo de sustancias. El abanico de posibilidades que nos permiten disfrutar de la sexualidad es tan amplio que es fundamental tener prácticas informadas, responsables y seguras.

Algunas garantías de que tu práctica será disfrutable y no te provocará un problema al día siguiente es, por ejemplo, utilizar preservativos para evitar enfermedades de transmisión sexual o revisar que las sustancias psicoactivas que consumes no estén adulteradas.

Existen organizaciones como el Instituto Ria que cuenta con el programa “Checa tu sustancia” para ofrecer “atención integral, anónima y sin costo para la persona usuaria”, esto es a través de la distribución de materiales informativos, el análisis químico de sustancias y la consejería especializada.

Las vacaciones son propicias para consumir sustancias de procedencia sospechosa con el riesgo de que estén adulteradas o hayan sido sustituidas por otras cuyos efectos son más potentes o desconocidos para el organismo que pueden provocar intoxicación, sobredosis o daños irreversibles. ¡Aguas!

Sin embargo, si eres consumidor ya debes saber que estas cosas no viajan en el avión o cuáles son las disposiciones al respecto. De acuerdo con la página de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se puede “llevar consigo cualquier medicamento o sustancia psicotrópica, incluso cannabis, siempre y cuando se tenga la receta médica que prescriba su consumo y se ingrese únicamente la dosis que necesite durante su estancia”.

Lo básico es que no olvides el bloqueador solar o los medicamentos necesarios para el dolor de cabeza o para los malestares digestivos, porque créeme, cuando te sientes mal físicamente, no habrá nada que despierte tu deseo sexual.