/ viernes 28 de junio de 2024

Mi mamá y el sexo / Kinky Boots y la marcha del orgullo

"Kinky Boots" es una de mis películas favoritas, pero han pasado dos décadas desde que se estrenó y hay dos cosas que me resultan increíbles: que ya haya pasado tanto tiempo y que 20 años no han sido suficientes para que sean respetados los derechos de las personas de la diversidad sexual.

La película cuenta la historia (basada en hechos reales) de un productor de botas que está por perder su negocio familiar de calzado masculino por la falta de ventas. Descubre que los espectáculos drag y las necesidades de zapatos para las personas trans son un nicho de mercado en el que puede aprovechar su experiencia confeccionando botas para una estructura corporal masculina, pero ahora con una estética distinta.

La traducción de "botas atrevidas" es insuficiente para describir lo que significa este tipo de calzado para la comunidad trans y drag. Son mucho más que botas "femeninas". Las hay con tacones de aguja o con plataformas. Hay algunas tan largas que llegan a la rodilla y otras al tobillo.

Así que el adjetivo kinky es un abanico que desborda feminidad y glamour, mezcla la extravagancia festiva y la expresión artística con colores encendidos, lentejuelas y sensualidad para proyectar una determinada identidad de género.

La ignorancia, desde la heterosexualidad, podría hacernos pensar que estas botas resultan muy atractivas para los hombres gay. ¡Tache! Se puede ser gay y optar por una expresión de género varonil y muy masculina, así como se podría ser heterosexual y gustar de trasvestirse o transformarse en draga.

La homosexualidad se refiere a la peferencia sexual y no está relacionada con la identidad de género de las personas. La orientación homosexual o heterosexual describe la atracción física y emocional hacia personas del mismo sexo o del sexo opuesto, respectivamente. Sin embargo, la identidad de género se refiere al género con el que nos identificamos y en el que nos desenvolvemos socialmente, ya sea hombre, mujer, queer, no binario… independientemente del sexo biológico.

Anotado esto, hay que subrayar que vestir kinky no tendría que vincularse con tu preferencia sexual sino con una parte más amplia del espectro de la sexualidad como es la expresión del género.

Correr en tacones

En el reglamento de este tipo de competencias se lee que los zapatos no deben ir atados, pegados o asegurados por ningún medio más allá de las propias ataduras de la zapatilla. El tacón debe medir como mínimo 10 centímetros de altura y, por seguridad, no se aceptan plataformas tipo sandalia de cuña.

Ahora imagine que usted mide más de 1.90 y es corpulento/a. Necesita un calzado especial que resista su peso en 10 centímetros de aguja o plataforma para caminar, bailar o correr. Deben ser botas o zapatillas que, además de cómodas, protegen el pie y evitan lesiones.

Aunque algunas organizaciones feministas han criticado las carreras en tacones por considerar que propician determinados estereotipos de feminidad, lo cierto es que cada vez más mujeres y hombres se suman a estos retos que intentan promover la igualdad, la diversidad de género, el deporte y la recreación.

Se realizan en varias ciudades del mundo, incluido México, para conmemorar efemérides como el día de la Mujer o del Orgullo LGBTTTIQ+. Además apoyan causas para combatir la violencia de género y el acoso sexual, así como la lucha contra el cáncer de mama, la prevención del VIH-Sida o la promoción de la salud femenina.

Este 2024, Comex, Calvin Klein y OCC se unieron a la “Tercera edición de la Carrera en Tacones”, organizada por la agencia de relaciones públicas Other People, para recaudar fondos para Inspira Cambio, una organización que ofrece servicios gratuitos para la atención del VIH y adicciones, especialmente para la comunidad de la diversidad.

De acuerdo con los datos publicados por esta organización, la prevalencia de VIH en México se ubica en "poblaciones clave":

  • hombres que tienen sexo con hombres (17.3%)
  • personas que se inyectan de drogas (5.8%)
  • mujeres trabajadoras sexuales (0.7%)
  • hombres trabajadores sexuales (24.1%)
  • mujeres trans (15-20%)

En su página también se lee que es importante reconocer que el uso de sustancias antes y durante las relaciones sexuales es una práctica que integra la sexualidad humana. Es por eso que brindan información y atención a las personas usuarias para que su práctica sea informada, responsable y segura.

Marchar kinky

Sin importar nuestra expresión de género o preferencia sexual, todas las personas tenemos derecho a recibir servicios de salud dignos. También tenemos derecho a usar las botas que se nos pegue la gana. Sin embargo, históricamente, las personas de la diversidad han visto atropellados estos derechos fundamentales, incluidos los más básicos.

Es por esto que el lema de la marcha del orgullo 2024, en la ciudad de México, es: "Ante un Estado opresor y la sociedad indiferente, ¡exigimos vivir dignamente!".

"Kinky Boots" es una de mis películas favoritas, pero han pasado dos décadas desde que se estrenó y hay dos cosas que me resultan increíbles: que ya haya pasado tanto tiempo y que 20 años no han sido suficientes para que sean respetados los derechos de las personas de la diversidad sexual.

La película cuenta la historia (basada en hechos reales) de un productor de botas que está por perder su negocio familiar de calzado masculino por la falta de ventas. Descubre que los espectáculos drag y las necesidades de zapatos para las personas trans son un nicho de mercado en el que puede aprovechar su experiencia confeccionando botas para una estructura corporal masculina, pero ahora con una estética distinta.

La traducción de "botas atrevidas" es insuficiente para describir lo que significa este tipo de calzado para la comunidad trans y drag. Son mucho más que botas "femeninas". Las hay con tacones de aguja o con plataformas. Hay algunas tan largas que llegan a la rodilla y otras al tobillo.

Así que el adjetivo kinky es un abanico que desborda feminidad y glamour, mezcla la extravagancia festiva y la expresión artística con colores encendidos, lentejuelas y sensualidad para proyectar una determinada identidad de género.

La ignorancia, desde la heterosexualidad, podría hacernos pensar que estas botas resultan muy atractivas para los hombres gay. ¡Tache! Se puede ser gay y optar por una expresión de género varonil y muy masculina, así como se podría ser heterosexual y gustar de trasvestirse o transformarse en draga.

La homosexualidad se refiere a la peferencia sexual y no está relacionada con la identidad de género de las personas. La orientación homosexual o heterosexual describe la atracción física y emocional hacia personas del mismo sexo o del sexo opuesto, respectivamente. Sin embargo, la identidad de género se refiere al género con el que nos identificamos y en el que nos desenvolvemos socialmente, ya sea hombre, mujer, queer, no binario… independientemente del sexo biológico.

Anotado esto, hay que subrayar que vestir kinky no tendría que vincularse con tu preferencia sexual sino con una parte más amplia del espectro de la sexualidad como es la expresión del género.

Correr en tacones

En el reglamento de este tipo de competencias se lee que los zapatos no deben ir atados, pegados o asegurados por ningún medio más allá de las propias ataduras de la zapatilla. El tacón debe medir como mínimo 10 centímetros de altura y, por seguridad, no se aceptan plataformas tipo sandalia de cuña.

Ahora imagine que usted mide más de 1.90 y es corpulento/a. Necesita un calzado especial que resista su peso en 10 centímetros de aguja o plataforma para caminar, bailar o correr. Deben ser botas o zapatillas que, además de cómodas, protegen el pie y evitan lesiones.

Aunque algunas organizaciones feministas han criticado las carreras en tacones por considerar que propician determinados estereotipos de feminidad, lo cierto es que cada vez más mujeres y hombres se suman a estos retos que intentan promover la igualdad, la diversidad de género, el deporte y la recreación.

Se realizan en varias ciudades del mundo, incluido México, para conmemorar efemérides como el día de la Mujer o del Orgullo LGBTTTIQ+. Además apoyan causas para combatir la violencia de género y el acoso sexual, así como la lucha contra el cáncer de mama, la prevención del VIH-Sida o la promoción de la salud femenina.

Este 2024, Comex, Calvin Klein y OCC se unieron a la “Tercera edición de la Carrera en Tacones”, organizada por la agencia de relaciones públicas Other People, para recaudar fondos para Inspira Cambio, una organización que ofrece servicios gratuitos para la atención del VIH y adicciones, especialmente para la comunidad de la diversidad.

De acuerdo con los datos publicados por esta organización, la prevalencia de VIH en México se ubica en "poblaciones clave":

  • hombres que tienen sexo con hombres (17.3%)
  • personas que se inyectan de drogas (5.8%)
  • mujeres trabajadoras sexuales (0.7%)
  • hombres trabajadores sexuales (24.1%)
  • mujeres trans (15-20%)

En su página también se lee que es importante reconocer que el uso de sustancias antes y durante las relaciones sexuales es una práctica que integra la sexualidad humana. Es por eso que brindan información y atención a las personas usuarias para que su práctica sea informada, responsable y segura.

Marchar kinky

Sin importar nuestra expresión de género o preferencia sexual, todas las personas tenemos derecho a recibir servicios de salud dignos. También tenemos derecho a usar las botas que se nos pegue la gana. Sin embargo, históricamente, las personas de la diversidad han visto atropellados estos derechos fundamentales, incluidos los más básicos.

Es por esto que el lema de la marcha del orgullo 2024, en la ciudad de México, es: "Ante un Estado opresor y la sociedad indiferente, ¡exigimos vivir dignamente!".