/ sábado 26 de octubre de 2024

Mi mamá y el sexo / Menéndez + Menudo

Recuerdo que cuando cumplí siete años, a mi casa llegó el álbum "Fuego" de la boy band puertorriqueña Menudo. A la distancia —porque han pasado 30 años—, me pregunto por qué los cuidadores de niños y niñas tan pequeños se creyeron que las letras de esas canciones eran adecuadas para nuestra edad.

La respuesta es sencilla. Como sociedad estamos expuestos a una industria musical que ofrece productos que venden y las temáticas más populares siempre serán el erotismo y las relaciones tóxicas de pareja. ¿Pero qué hacíamos un montón de chamacos cantando: "Seré la llama de tu fuego"?

Como el estribillo es pegajoso, pues hacíamos lo mismo que ahora hacen la menores que escuchan a la banda femenil de k-pop Black Pink y repiten: "I don't need a boy a need a man" o tararean alguna canción de Peso Pluma y Karol G con: "Te vi en una foto y te imaginé sin ropa".

Industria pederasta y machista

Es una industria que nos traspasa culturalmente y que, si no lo hacemos consciente, también influye en nuestras decisiones de cómo nos vemos, cómo nos vestimos y hasta cómo nos relacionamos sentimentalmente.

Eso lo sabemos ahora, no sé qué reflexionaban sobre esto las generaciones de hace dos y tres décadas cuando cantaban a todo pulmón "Quiero una novia pechugona" del grupo catalán La Trinca. O cuando, a ojos de todos, ocurría el grooming a las cantantes Sasha Sokol y a Gloria Trevi.

Lo mismo pasó con el grupo Menudo. Era un secreto a voces que sus integrantes trabajan jornadas extenuantes y además sufrían de abusos psicológicos. Se rumoraba que también eran violentados sexualmente.

Rumor que se confirma 30 años después cuando sus ex integrantes, adultos en sus 50 años de edad, se atrevieron a denunciar a sus abusadores: managers y ejecutivos de disqueras, a quienes sus pares habían confiado su tutoría legal como menores de edad. Nada muy distinto a lo que estamos viendo con el escándalo del magnate del hiphop Puff Diddy.

Roy Roselló y los hermanos Menéndez

Hay dos series documentales sobre la agrupación Menudo que actualmente están disponibles en dos plataformas de streaming y que hacen referencia a los malos tratos y abusos sexuales que sufrieron los ex menudos e, incluso, piden justicia para resarcir los daños que a su salud mental dejaron estas vejaciones.

En HBO Max se puede ver "Menudo: Siempre jóvenes" y en Apple TV, "Menéndez+Menudo: Boys Betrayed". La segunda contiene el testimonio de Roy Roselló, quien acusa a su entonces manager Edgardo Díaz y a José Menéndez, entonces ejecutivo de RCA Records, de haberlo violentado sexualmente.

En la serie, Roselló describe el encuentro con el patriarca Menéndez. "Yo sé lo que me hizo en su casa", dice el ex menudo en el documental, haciendo referencia a que lo drogó y lo abusó.

José Menéndez fue asesinado por sus propios hijos Lyle y Erik, hace 35 años, y el móvil de su crimen fue librarse de la violencia piscológica, emocional y sexual que vivían a manos de su propio padre. En el caso de Erik, las violaciones y los encuentros sexuales ocurrieron por 12 años desde que él tenía 6 y hasta los 18 años, cuando él y su hermano mataron a su violentador.

Este testimonio ha sido muy poderoso para que, el jueves 24 de octubre, el fiscal general del condado de Los Ángeles, George Gascón, anunciara que busca una nueva sentencia para los hermanos Menéndez y se considere su liberación inmediata.

A pesar de las nuevas pruebas ofrecidas por la defensa de los hermanos Menéndez, como el testimonio de Roy, hay aún quienes consideran que los jóvenes deben permanecer en la cárcel.

Más allá de este caso en particular, el verdadero debate debía ponerse sobre qué ha ocurrido y sigue ocurriendo con una industria que desde el interior es un caldo de cultivo propicio para gestar violencia que de manera velada todxs consumimos, incluidos lxs menores de edad.