La agenda ambiental, tanto nacional como internacional, es muy variada. Con el objetivo de hacerla de fácil acceso para la población en general, es que se ha dividido en tres pilares o sub agendas: la verde que se encarga de atender los temas de conservación de los recursos naturales, la gris que abarca lo relativo a la contaminación y calidad del aire, y la azul, que como el nombre lo indica, tiene que ver con el agua, dulce y salada, y su gestión; datos elementales para reconocer la importancia de la agenda azul es el hecho de que el 70% del planeta es agua, de este el 96.5% es agua de mares y océanos y únicamente el 3.5% es agua dulce.
Actualmente en México, como en otras partes del mundo, estamos presenciando problemas relacionados con la crisis hídrica debido a una reducción en la disponibilidad del agua dulce y en algunos casos problemas ocasionados por la calidad de la misma, exacerbándose por la crisis climática, que de manera conjunta, aumentan las vulnerabilidades, ante dicho escenario, debemos de diseñar e implementar mejores soluciones basadas en la naturaleza y soluciones tecnológicas, a fin de prevenir y en su caso atender y revertir los problemas relacionados con la calidad y cantidad del agua dulce.
Desde el 2015 los países de la comunidad internacional se organizaron para implementar diversas acciones enmarcadas en la Agenda 2030, la cual está integrada por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas específicas. Dada la importancia que representa el agua salada para todo la humanidad, se diseñó el ODS 14 para la vida submarina, el cual busca conservar y utilizar los mares, océanos y los recursos marinos de manera sostenible. Este ODS impulsa medidas para prevenir y reducir la contaminación marina, evitar y minimizar la acidificación de los océanos, así como reglamentar la explotación pesquera, y frenar la pesca ilegal, entre otras metas.
Otro concepto de política que vale la pena resaltar de esta agenda, es el de economía azul que se refiere al papel que juegan estos cuerpos de agua como fuente de crecimiento económico así como fuente de alimentación.
Producto de los beneficios que ofrece el mar -70% del oxígeno a nivel mundial, absorción de la mayor cantidad de dióxido de carbono, regulador de la temperatura y fuente de ingresos económicos y alimentos nutritivos para diversos nucleos de población humana- cada vez es mas notoria la importancia de esta materia en las negociaciones internacionales de esta y las otras agendas, la importancia de los mares se trasversaliza cada vez mas en la política ambiental internaiconal. En otras palabras, ante la diversidad de necesidades, los países se han organizado en diferentes iniciativas de acción.
Señalando unicamente lo que ha ocurrido en los últimos años, se constituyó la “Coalición de Gran Ambición ó High Ambition Coalition - HAC” presidida por Noruega y Ruanda par terminar con la contaminación plástica de los mares para el año 2040. Otra estrategia es la Alianza Global de los Océanos / Global Oceans Alliance (GOA) - integrada por 73 países y presidida por Reino Unido, cuyo objetivo es proteger el 30% del océano mundial con base en el establecimiento de Areas Marinas Protegidas (AMP) y otras medidas de conservación efectivas (OECM) que en el 2010 acordaron proteger una décima parte del mar. También se aprobó el recien Tratado de Alta Mar que es un acuerdo internacional para comprometer a la comunidad internacional en la protección del océano fuera de las fronteras nacionales y garantizar un uso sostenible de los recursos marinos. Y finalmente el compromiso alcanzado en la pasada Conferencia de las Partes de Biodiversidad (COP15) que a través del Marco Kunming-Montreal se propuso detener y revertir la péridida de la naturaleza a través de la conservación del 30 por ciento de la biodiversidad marina y 30 por ciento de la biodiversidad terrestre al año 2030 -mejor conocido como el 30al30-.
La política ambiental necesita no quererse poner una camisa de fuerza y ser proactiva a fin de implementar diferentes actividades en cada una de las estrategias existentes, que además de ser el resultado de acuerdos alcanzados por diferentes países de la comundiad internacional también ponen el foco de atención en temas que preocupan a los habitantes de las zonas costeras, a los pescadores ribereños y otros actores nacionales interesados en la verdadera protección de los mares y océanos.
Estamos en la antesala de llegar al 8 de junio que es cuando se celebra el Día Mundial de los Océanos en virtud de la resolución 63/111 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas celebrada en 2008. La mejor forma de conmemorar este día es generando una verdadera conciencia de la importancia de conservar los mares, y que sea un tema de corresponsabilidad de todos los actores involucrados. Esperemos que en México el sector de la conservación y el de fomento puedan trazar acciones conjuntas por el bien del matrimonio nacional de nuestros mares y sus recursos marinos, que ayudaría a fortalecer mucho mas la Agenda Azul de México.