UN ENCUENTRO HISTÓRICO EN EL CASTILLO DE BELVEDERE
Ha de ser muy duro, para una esposa, quien además fue reina italiana de Bélgica, aceptar que su matrimonio tuvo fuertes crisis durante otras décadas. Pero, aceptar, ante todos, que su marido, el rey emérito Alberto II le fue infiel, ha de ser otro golpe.
Y ha de ser durísimo que un tribunal reconozca, pese a que el emérito se negaba a someterse a una prueba de paternidad, que Delphine Boel, no sólo que es su hija, sino que ya se le otorgó el tratamiento de alteza real, el título de princesa de Bélgica y el apellido Sajonia Coburgo Gotha.
Y este pasado domingo 25 de octubre, tras una larga lucha donde la ya princesa, de 51 años, comenzó en 2013 para que Alberto la reconociera como su hija, este sueño se le hizo realidad.
Alberto II y Paola, la recibieron en su castillo de Belvedere. La casa real emitió este comunicado dos días después: Se ha abierto un nuevo capítulo, lleno de emociones, tranquilidad, comprensión, e igualmente, esperanza”.
“Cada uno de nosotros ha podido expresar con serenidad y empatía sus sentimientos y vivencias. Después de las polémicas, las heridas y el sufrimiento, vienen tiempos para el perdón, la curación y la reconciliación. Este es el camino, paciente y a veces difícil, que hemos decidido tomar juntos. Estos primeros pasos allanan el camino que a partir de ahora nos corresponde continuar” afirma el comunicado.
Aunque, primero, el rey Felipe I, su hermano mayor, la recibió dándole la bienvenida a la familia real el pasado 15 de octubre, y ambos declararon a la prensa que se reunieron el 9 de octubre por primera vez en el castillo de Laken, donde tuvieron un encuentro cálido. “A través de una plática nos dimos la oportunidad de conocernos uno al otro. Y hablamos de nuestras respectivas vidas e intereses”.
En dos fotografías podemos apreciar estos encuentros, el primero entre el rey Felipe y su ya reconocida hermana y la otra foto Delphine con su verdadero padre y la esposa de este, ambos reyes eméritos.
Se cuenta que la hija extramatrimonial de Alberto II ya conocía al príncipe Laurent, su otro hermano, aunque, por el momento, no se sabe de la reacción de la princesa Astrid, la otra hija de Alberto y Paola.
Con este encuentro, histórico para las monarquías europeas, se reconoce que el rey emérito fue infiel, y que, legalmente, se vio obligado a reconocer a la artista como su hija. No es el primer caso de adulterio que se sepa en las casas reales de hoy, pero si es el primer caso, en 2020, de que un ex rey se vio obligado a reconocer, en vida, a una hija que tuvo fuera de su matrimonio.
Podría ser la excepción Alberto de Mónaco, pero, cuyos hijos extramatrimoniales, Grace y Alexender, solo llevan el apellido Grimaldi. Ellos no tienen derecho al trono monegasco.