/ miércoles 12 de julio de 2023

Nearshoring: la oportunidad histórica para México y Estados Unidos 

Por Ricardo Daniel Delgado Muñoz

A medida que la economía internacional se recupera de los estragos de la pandemia de COVID-19, las empresas transnacionales están redefiniendo sus estrategias comerciales, con el fin de desarrollar una mayor resiliencia y sostenibilidad para sus cadenas globales de valor (CGV). Estrategias como el nearshoring, el reshoring, el onshoring, e incluso el friendshoring, se están considerando como factibles para el reajuste de las operaciones comerciales, a diferencia del offshoring que fue la gran tendencia en décadas pasadas.

Dentro de estos enfoques, el nearshoring es el que más puede atraer la atención de países como México y Estados Unidos que quieren mejorar su competitividad. Definido generalmente como la reubicación de las operaciones comerciales (principalmente de producción) cerca del mercado de destino, el nearshoring presenta una gran oportunidad para aumentar la inversión extranjera directa (IED) en ambos lados del Río Bravo para industrias estratégicas; tales como: aeroespacial, farmacéutica, automotriz, equipos de TI y servicios, agronegocios, construcción, químicos, energías renovables, entre otras.

Cabe mencionar que antes de que se generalizara la estrategia de nearshoring a nivel internacional, México y Estados Unidos ya habían desarrollado una sólida infraestructura bilateral para atraer este tipo de IED. En México, desde que comenzaron en 1965 los esquemas de ensamblaje industrial (maquiladoras), nuestro país ha sido receptor de importantes flujos de inversión extranjera que tienen como objetivo el acceso al mercado estadounidense.

La mayor parte de esta IED ha procedido de Estados Unidos, pero también ha provenido de Japón, Corea, Alemania, Francia y Reino Unido. Dado que una parte de estas inversiones tenía como objetivo producir bienes para Estados Unidos, esto condujo a un ecosistema de desarrollo económico bilateral bastante exitoso con México.

Estados Unidos sigue siendo una de las principales economías y mercados de consumo del mundo. Como la primera economía más grande por Producto Interno Bruto (PIB) nominal y la segunda nación comercial más grande, EE.UU. se mantiene en la cima de varios sectores económicos. Además, la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR, por sus siglas en inglés) señala que los ciudadanos estadounidenses generan y ganan más del 20 por ciento de los ingresos totales del mundo. Junto con Canadá y México, estas tres naciones norteamericanas aportan más del 20% del PIB mundial (FMI, 2022) y concentran el 13% del comercio internacional (OMC, 2022).

Actualmente, gracias al nearshoring, empresas como Tesla, Whirlpool y Honeywell han decidido reubicar parte de sus operaciones en la región de Norteamérica. En México se ha observado un incremento en los parques industriales. La Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados, A.C. (AMPIP) señaló que al cierre de 2022 se habían construido 47 nuevos parques industriales, mientras que antes de la pandemia había un promedio de 20 parques industriales en construcción cada 2 años. Además de las típicas ciudades sede de estos proyectos como Tijuana y Mexicali, metrópolis como Monterrey y Saltillo están ampliando la construcción de parques industriales, así como Guadalajara, Querétaro y la Ciudad de México.

Las empresas globales se han establecido en México por múltiples razones. Además de la ubicación geográfica estratégica, México ofrece estabilidad y eficiencia a las CGV. Con Estados Unidos, las mercancías transportadas por vía terrestre tardan aproximadamente 24 horas en llegar, mientras que aquellas transportadas desde los habituales centros de producción en Asia pueden tardar varias semanas. Asimismo, la fuerza laboral es de alta calidad con salarios competitivos internacionalmente. En el sector manufacturero, el salario laboral mexicano por hora es de alrededor de 5 dólares estadounidenses, a comparación del salario en el mismo sector de 6.5 dólares en China.

En este contexto, tanto México como Estados Unidos tienen una oportunidad única de mejorar sus sistemas económicos a través del desarrollo industrial que puede venir con el nearshoring. Con una mayor infraestructura para fomentar los intercambios comerciales, la calidad y el precio de los productos binacionales pueden progresar sustancialmente. De la misma manera, la productividad laboral tiene el potencial de incrementar tanto las condiciones de los trabajadores como la competitividad de las industrias en nuestras naciones.


* Ricardo Daniel Delgado Muñoz es miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 2017. Actualmente, es Encargado de Asuntos Económicos y Promoción Comercial en la Embajada de México en India; anteriormente fue Cónsul de Protección y Asuntos Jurídicos en Guangzhou, China. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM y maestro en Diplomacia y Relaciones Internacionales por UNITAR y UOC. Asociado COMEXI. @RDanielDelgadoM

Por Ricardo Daniel Delgado Muñoz

A medida que la economía internacional se recupera de los estragos de la pandemia de COVID-19, las empresas transnacionales están redefiniendo sus estrategias comerciales, con el fin de desarrollar una mayor resiliencia y sostenibilidad para sus cadenas globales de valor (CGV). Estrategias como el nearshoring, el reshoring, el onshoring, e incluso el friendshoring, se están considerando como factibles para el reajuste de las operaciones comerciales, a diferencia del offshoring que fue la gran tendencia en décadas pasadas.

Dentro de estos enfoques, el nearshoring es el que más puede atraer la atención de países como México y Estados Unidos que quieren mejorar su competitividad. Definido generalmente como la reubicación de las operaciones comerciales (principalmente de producción) cerca del mercado de destino, el nearshoring presenta una gran oportunidad para aumentar la inversión extranjera directa (IED) en ambos lados del Río Bravo para industrias estratégicas; tales como: aeroespacial, farmacéutica, automotriz, equipos de TI y servicios, agronegocios, construcción, químicos, energías renovables, entre otras.

Cabe mencionar que antes de que se generalizara la estrategia de nearshoring a nivel internacional, México y Estados Unidos ya habían desarrollado una sólida infraestructura bilateral para atraer este tipo de IED. En México, desde que comenzaron en 1965 los esquemas de ensamblaje industrial (maquiladoras), nuestro país ha sido receptor de importantes flujos de inversión extranjera que tienen como objetivo el acceso al mercado estadounidense.

La mayor parte de esta IED ha procedido de Estados Unidos, pero también ha provenido de Japón, Corea, Alemania, Francia y Reino Unido. Dado que una parte de estas inversiones tenía como objetivo producir bienes para Estados Unidos, esto condujo a un ecosistema de desarrollo económico bilateral bastante exitoso con México.

Estados Unidos sigue siendo una de las principales economías y mercados de consumo del mundo. Como la primera economía más grande por Producto Interno Bruto (PIB) nominal y la segunda nación comercial más grande, EE.UU. se mantiene en la cima de varios sectores económicos. Además, la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR, por sus siglas en inglés) señala que los ciudadanos estadounidenses generan y ganan más del 20 por ciento de los ingresos totales del mundo. Junto con Canadá y México, estas tres naciones norteamericanas aportan más del 20% del PIB mundial (FMI, 2022) y concentran el 13% del comercio internacional (OMC, 2022).

Actualmente, gracias al nearshoring, empresas como Tesla, Whirlpool y Honeywell han decidido reubicar parte de sus operaciones en la región de Norteamérica. En México se ha observado un incremento en los parques industriales. La Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados, A.C. (AMPIP) señaló que al cierre de 2022 se habían construido 47 nuevos parques industriales, mientras que antes de la pandemia había un promedio de 20 parques industriales en construcción cada 2 años. Además de las típicas ciudades sede de estos proyectos como Tijuana y Mexicali, metrópolis como Monterrey y Saltillo están ampliando la construcción de parques industriales, así como Guadalajara, Querétaro y la Ciudad de México.

Las empresas globales se han establecido en México por múltiples razones. Además de la ubicación geográfica estratégica, México ofrece estabilidad y eficiencia a las CGV. Con Estados Unidos, las mercancías transportadas por vía terrestre tardan aproximadamente 24 horas en llegar, mientras que aquellas transportadas desde los habituales centros de producción en Asia pueden tardar varias semanas. Asimismo, la fuerza laboral es de alta calidad con salarios competitivos internacionalmente. En el sector manufacturero, el salario laboral mexicano por hora es de alrededor de 5 dólares estadounidenses, a comparación del salario en el mismo sector de 6.5 dólares en China.

En este contexto, tanto México como Estados Unidos tienen una oportunidad única de mejorar sus sistemas económicos a través del desarrollo industrial que puede venir con el nearshoring. Con una mayor infraestructura para fomentar los intercambios comerciales, la calidad y el precio de los productos binacionales pueden progresar sustancialmente. De la misma manera, la productividad laboral tiene el potencial de incrementar tanto las condiciones de los trabajadores como la competitividad de las industrias en nuestras naciones.


* Ricardo Daniel Delgado Muñoz es miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 2017. Actualmente, es Encargado de Asuntos Económicos y Promoción Comercial en la Embajada de México en India; anteriormente fue Cónsul de Protección y Asuntos Jurídicos en Guangzhou, China. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM y maestro en Diplomacia y Relaciones Internacionales por UNITAR y UOC. Asociado COMEXI. @RDanielDelgadoM