El descarado propósito del presidente Lopez Obrador y de Morena de hacer todo para concentrar el poder y para perpetuarse en el 2024 implica una ráfaga de acciones e iniciativas.
La militarización (246 funciones civiles asignadas a las fuerzas armadas), la coptación o debilitamiento de los organos constitucionales autónomos (CNDH, COFECE, INAI), el hostigamiento a la sociedad civil organizada y la cooptacion de las cupulas empresariales, la centralización del presupuesto y su gasto discrecional y opaco, la alianza con los dictadores y los gobiernos autoritarios, la exculpación de los actos de corrupción de sus familiares y amigos, el desmantelamiento del servicio exterior y la imposición de incondicionales y premios de consolación a exgobernadores claudicantes, etc.
Pero la línea roja que ya rebasó el presidente es el ataque al INE y a la democracia.
Primero amputándole cuatro mil cuatroscientos setenta y cinco millones de pesos de su presupuesto, capturando al Comité Tecnico de Evaluación para elegir los cuatro nuevos consejeros electorales del INE e intentando cambiar la constitución (Plan A) que no prosperó o aprobando un Plan B para cambiar las leyes electorales
Para impedir que el INE pueda cumplir con su función de organizar elecciones libres, equitativas y confiables.
Esa línea roja que pisoteó Lopez Obrador fue la que despertó a la ciudadanía y que marchó el pasado 13 de noviembre en la Avenida Reforma en la Ciudad de México y en 63 ciudades en México y en el extranjero.
Apenas un año antes, en noviembre del 2021, había nacido el Frente Cívico Nacional. Apenas tres meses antes se había organizado Unid@s con la participación de UNE México, Sí por México, Sociedad Civil México, Unidos por México, Poder Ciudadano y el propio Frente Cívico Nacional (FCN) promotor, junto con mas de 40 organizaciones de la sociedad civil la marcha del 13 de noviembre, punto de inflexión de la realidad política nacional.
Ahora Morena aprobó el Plan B para descuartizar al INE, acotar al Tribunal Electoral y darle al Gobierno de la 4T y a sus corcholatas una patente de corso para derrotar a la oposición en el 2024.
Por eso, los promotores de la marcha del 13 de noviembre junto a mas de 110 organizaciones de la sociedad civil se manifestarán este domingo 26 de febrero a las once de la mañana en el zócalo de la Ciudad de México y en mas de ochenta ciudades del país. Esta positiva reacción en cadena, de cada vez mas ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, se ha convertido en la potente quimioterapia para combatir las células cancerosas del autoritaritarismo de la 4T.
El Plan C es la insurgencia de los ciudadanos. Es la emancipación del espítitu cívico de las almas que de manera patriótica han decidido asumir el protagonismo para la defensa de la democracia y que (ante el déficit de los partidos de oposición) ahora representan la esperanza, la reserva moral para la defensa de nuestra libertad y nuestras instituciones.
El Plan C es para la Corte. Será un gran respaldo para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pueda actuar con plena autonomía al contar con el máximo respaldo de los ciudadanos de todo el país.
El Plan C es por la Constitucón. Para impedir la trampa de aprobar leyes secundarias anticonstitucionales y con el voto de cuatro ministras o ministros que intenten mantener vigentes las 7 leyes.
El Plan C es por la presión de los ciudadanos para que los partidos de oposición se abran y actúen a la altura de las circunstancias históricas que atraviesa nuestra emberve transición.
El Plan C es porque contamos Contigo para lograrlo.