Por: Tania Morales
Algo que ha caracterizado a la Ciudad de México desde que el PRI dejó de gobernarla en 1997, es su anhelo de vanguardia. Aquí se han dado, antes que en otros lugares del continente, reformas constitucionales y legales que permiten la convivencia en igualdad de derechos, al tiempo que materializan los compromisos signados por el estado mexicano en materia internacional.
La declaración hecha por la Jefa de Gobierno en junio pasado, con motivo de la Marcha del Orgullo LGBTTTI, en el sentido de avanzar hacia una mayor protección y reconocimiento de los derechos de las personas trans, fue recibida como una invitación para que las personas que integran ese sector, expresen cuáles son los aspectos donde el Ejecutivo puede incidir directa e inmediatamente y así dar sustancia a sus palabras. Celebramos ese gesto y planteamos:
Sería deseable que instruyera a la Dirección General del Registro Civil, para que, aplicando el control de convencionalidad, emita actas de nacimiento a niñas, niñas y adolescentes trans, cuando así lo soliciten, expresen su consentimiento informado y lo hagan acompañados por al menos uno de sus progenitores (en el 85% de los casos, solo la madre acompaña).
Otra muestra concreta de voluntad sería instruir a su Consejería Jurídica para que no recurra las sentencias de los juzgados federales, cuando ordenen al Registro Civil, apoyándose en criterios de vanguardia, emitir actas de nacimiento a infancias o adolescencias trans. Una medida sencilla e inmediata que evitaría tiempo y costos a las familias y al Estado.
Dentro de sus facultades, también está la de instruir a su Secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, para que elabore y aplique un protocolo de actuación para escuelas públicas y privadas, que garantice el respeto, la inclusión, y evite la violencia hacia estudiantes transgénero. El bullying escolar provoca ausentismo, deserción e incluso el suicidio.
También resulta indispensable un protocolo de actuación para centros de salud, para que el personal médico y de enfermería, trate adecuadamente a menores trans. Y para ello bastaría una simple instrucción a su Secretario de Salud.
Por último, sería de mucha ayuda que la Jefa de Gobierno, cuidando por supuesto no quebrantar la división de poderes que caracteriza a nuestro sistema de gobierno, hiciera un atento llamado al Congreso local para que someta a discusión del Pleno, el dictamen que desde noviembre de 2019 fue aprobado en Comisiones, con el cual los infantes y adolescentes trans podrían obtener sus actas de nacimiento mediante un sencillo, ágil, no patologizante y no oneroso procedimiento administrativo.
Las medidas señaladas en el presente texto se encuentran dentro del ámbito de actuación de la Jefa de Gobierno, y no necesitan consenso de ninguna especie para su implementación. La comunidad de familias de niñas, niños y adolescentes trans de la CDMX ve en la titular del Ejecutivo, una esperanza para que sus derechos sean reconocidos plenamente. Con voluntad y acciones concretas, se dará vigencia a la tradición vanguardista de nuestra ciudad.
A.C. Infancias Transgénero