Por Estela Casados
Ayer presentamos la Colección Feminismos de la Editorial Universidad Veracruzana en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, uno de los foros más importantes de Iberoamérica en donde se dan cita las casas editoriales más destacadas del mundo.
Presentamos dos títulos: Sexo, género y sexualidades. Introducción a la filosofía feminista, de la autora Elsa Dorliny traducido por Irlanda Villegas; este texto es un homenaje a la historia del pensamiento y la lucha de las mujeres, además de una contribución crítica a la filosofía feminista.
No olvidamos. Miradas sobre las alertas de violencia de género en Veracruz, coordinado por Estela Casados González, es el segundo texto que también se presentará y que nos lleva a un recorrido histórico, analítico y crítico sobre las declaratorias de las Alertas de Violencias contra las Mujeres en el estado de Veracruz.
Esta joven colección de la Universidad Veracruzana hace presencia por segunda ocasión consecutiva en la FIL de Guadalajara y trae consigo una serie de títulos importantes de escritoras feministas provenientes de Veracruz, México y otras latitudes del mundo.
Nos emociona profundamente presentar esta colección, en particular el libro No olvidamos, justo en este año en que la frase “es tiempo de mujeres” ha resonado de manera contundente y nos ha convocado a todas. En el pasado mes de noviembre la frase se completó afirmando “es tiempo de mujeres sin violencia”. Sabemos que pronunciarla elude a un deseo que formula una realidad que no es vigente hoy en día. ¿Alcanzarán seis años para hacerla realidad? Esperamos que sí, aunque el horizonte del país figura incierto.
En Veracruz hace menos de 24 horas arribó al poder la primera gobernadora en la historia de la entidad. Inicia en medio de una votación contundente que le dio la victoria, pero también el encargo de transformar con humanismo más allá de un eslogan del régimen.
Recibe un estado en donde más de la mitad de la población, por ley, tiene derecho a la interrupción legal del embarazo, pero que no cuenta con medicamentos ni aditamentos necesarios en los hospitales del sistema de salud estatal que les permita abortar de manera segura. Situación que agudiza la burocratización del derecho a decidir y que convierte a la ley en una falacia misógina y mortal.
Recibe una entidad diezmada por feminicidios que, en número, equiparan la misma cantidad que cuando inició la Alerta de Violencia de Género. Es decir, estamos paradas justo donde comenzamos y más veracruzanas siguen siendo asesinadas. En el cajón de pendientes se observa también que la desaparición de veracruzanas ha equiparado y superado en número a los hombres que desaparecen en el estado.
No es iluso pensar que sea precisamente una mujer quien, al gobernar de manera diferente y desde otra perspectiva, ponga orden, rumbo y estrategia a estos temas. Lo observo en el quehacer cotidiano de la Presidenta del país. ¿Por qué no esperar lo mismo de una gobernadora?
Para el caso de Veracruz es clave el vínculo con las redes feministas locales que llevan trabajando décadas en el esfuerzo de construir otros mundos y otras realidades desde lo local. Pueden aportar experiencia, trabajo y conocimiento.
En el pasado fue un error injustificable y misógino omitir el apoyo de las agrupaciones feministas veracruzanas para construir estrategias que permitan elevar la calidad de vida de las mujeres y la población en general. Esperamos que ahora no sea así.
En tanto este deseo se torna en realidad, les invitamos a seguir de cerca las actividades de la Colección Feminismos de la Editorial Universidad Veracruzana en la FIL de Guadalajara. Acompáñenos a través de sus redes sociales.
Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana