Desde el viernes pasado en la noche y hasta avanzado el domingo 7, he estado leyendo y analizado una larga serie de posicionamientos, difusión de videos, documentos oficiales, comentarios, descalificaciones, difamaciones, noticias falsas (flagrantes manipulaciones) sobre varios de los acontecimientos que tienen una convergencia cronológica y que en consecuencia, y que para ser amable, vuelven peligroso el amiente internacional. Solamente voy a señalar los más visibles por los impactos que tienen en la ruta de la polarización en la que parece, no hay serios intentos de al menos, contener.
El primero, se refiere a la situación de la invasión de Rusia a Ucrania. Luego de atentado terrorista en las inmediaciones de Moscú (22 de marzo), la determinación de llevar hasta la rendición a las Fuerzas Armadas del país agredido, así como la utilización de nuevas y destructivas armas por parte del invasor, dan cuenta de que la sistemática destrucción y los efectos mortales sobre la población civil, desafortunadamente no es algo que preocupe a fondo a la comunidad internacional.
La merma en el apoyo logístico y armamentístico a Ucrania, deja ver, que la negociación entre las partes es inviable e inadmisible para los respectivos líderes. Hasta el momento no se ha demostrado la conexión entre el atentado terrorista y las autoridades ucranianas.
El segundo y que ya lleva poco más de medio año, es el enfrentamiento armado y militar de las Fuerzas Armadas de Israel y el grupo terrorista Hamas. Este se ha agudizado de manera muy peligrosa, debido al ataque de Israel a un anexo de la embajada de Irán en Damasco, causando la muerte de dos muy importantes
Generales de las Fuerzas Armadas de ese país. Las tensiones en esa amplia zona de Asia, están a decir de los especialistas, en su punto más alto como no se había visto nunca. La ampliación de la guerra, es algo más que una hipótesis. Ojala y no, pero todo indica que será cuestión de un poco de tiempo.
Desde luego que hay otros conflictos violentos, armados, internos, pero que no han tenido el impacto en los equilibrios geopolíticos. Desde otra dinámica, mucho menos agresiva y dentro de los debilitados parámetros de la política exterior, la diplomacia y los organismos multilaterales, se observan en Latinoamérica, importantes tensiones que no se vivían al menos, en lo que vamos del siglo XXI.
Las diferencias ideológicas han llevado a desencuentros entre Presidentes. Esos señalamientos, aún no afectan los acuerdos comerciales, turísticos y en general la dinámica de la gran región.
México y sus relaciones exteriores con Latinoamérica, observan a lo largo de esta administración, condiciones no vistas, como es la severa crisis con el gobierno de Ecuador.
Intentaré, en tres variables de análisis, precisar las hipotéticas consecuencias de los vivido en estos días. La primera es la absoluta arbitrariedad del Presidente Daniel Novoa, para tomar por asalto la embajada de nuestro país en Quito.
No hay forma de justificar dicho acto que sienta un pésimo y grave precedente. La segunda, la tardada y poco decidida reacción de importantes países como Canadá, Estados Unidos y organismos como las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos.
Es cierto, hay un rechazo, no más, a la acción de “una de las partes”, pues en los comunicados, no hay una redacción consistente al respecto. La tercera, es el apoyo unánime al gobierno de México y la, aquí sí, severa condena a la acción del gobierno de Ecuador.
De Gustavo Petro a Javier Milei, de Gabriel Boric a Luis Inazio Da Silva, lo que se puede anticipar, es de prologarse la crisis, un aislamiento por lo menos diplomático de ese país. Falta poco para que lo veamos.
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