/ martes 5 de noviembre de 2024

Por la defensa de las empresas y la creación de una nueva cultura empresarial

Ximena Céspedes / Presidenta del Comité de Difusión de COPARMEX

Leyendo un libro extremadamente humano, crudo pero maravilloso, Tan poca vida de Hanya Yanagihara, encontré un párrafo sobre la importancia del derecho y la sociedad:

“El derecho regula la estructura de nuestra sociedad, la mecánica que necesita una sociedad, la nuestra, para funcionar (…) Cuando elegimos vivir en sociedad, lo hacemos con arreglo a un contrato; nos comprometemos a respetar las reglas que nos rigen. La constitución en sí es un contrato, modificable, y la cuestión de hasta qué punto es modificable es donde se entrecruzan la ley con la política (…) La misma ley es una serie de contratos.”

Es así como la vida misma es una serie de acuerdos. Pero cuando el llamado “estado de derecho” deja de ser producto de esos acuerdos y se convierte en una decisión de unos cuantos, la ley se vuelve discriminatoria, y la sociedad misma tendrá que encargarse de defender a los menos favorecidos o a los discriminados, entre ellos, a las pequeñas y medianas empresas.

Actualmente, tenemos un panorama adverso para las empresas debido a la ideología de privilegiar el rol del Estado como proveedor de recursos económicos para los sectores menos favorecidos, aunado a una animadversión social hacia la actividad empresarial, estigmatizada como sinónimo de abuso y oportunismo.

El programa de gobierno asistencialista —que pretende crear dependencia económica— está promoviendo una cultura del “dinero fácil” que sustituye a la tradicional cultura del esfuerzo y del trabajo.

En la medida en que el gobierno mantenga el ritmo de las ayudas sociales, requerirá más dinero, y eso aumentará las exigencias impositivas a las empresas y a los trabajadores, quienes son los verdaderos generadores de recursos.

Finalmente, en México hemos carecido siempre de una cultura empresarial que vea, sobre todo en las pequeñas y microempresas, una vocación de servicio colectivo más allá de un simple oficio.

En este sentido, y ante el panorama adverso que pueden enfrentar las empresas en el mediano plazo, es imperante que, como sociedad:


  • Revirtamos la visión populista de la estigmatización de la actividad empresarial.

  • Ofrezcamos a la sociedad una nueva actitud empresarial de compromiso social y solidaridad (desde COPARMEX el Modelo de Desarrollo Inclusivo, MDI)

  • Demostremos que los recursos que se distribuyen tienen como origen el pago de impuestos, provenientes precisamente de las empresas y los trabajadores, que no son infinitos y por lo mismo, el gobierno debe entender que sin el apoyo del sector productivo no podrá cumplir sus compromisos.

  • Creemos desde el mismo sector empresarial una nueva cultura de compromiso social.

  • Estimulemos el sentido de pertenencia y generemos el orgullo por formar parte de este sector.


Como siempre les he dicho a mis hijas, el futuro no llega, se crea; y es precisamente lo que tenemos que hacer, tanto desde el sector empresarial en su conjunto como desde la sociedad misma. #OpiniónCoparmex


Ximena Céspedes / Presidenta del Comité de Difusión de COPARMEX

Leyendo un libro extremadamente humano, crudo pero maravilloso, Tan poca vida de Hanya Yanagihara, encontré un párrafo sobre la importancia del derecho y la sociedad:

“El derecho regula la estructura de nuestra sociedad, la mecánica que necesita una sociedad, la nuestra, para funcionar (…) Cuando elegimos vivir en sociedad, lo hacemos con arreglo a un contrato; nos comprometemos a respetar las reglas que nos rigen. La constitución en sí es un contrato, modificable, y la cuestión de hasta qué punto es modificable es donde se entrecruzan la ley con la política (…) La misma ley es una serie de contratos.”

Es así como la vida misma es una serie de acuerdos. Pero cuando el llamado “estado de derecho” deja de ser producto de esos acuerdos y se convierte en una decisión de unos cuantos, la ley se vuelve discriminatoria, y la sociedad misma tendrá que encargarse de defender a los menos favorecidos o a los discriminados, entre ellos, a las pequeñas y medianas empresas.

Actualmente, tenemos un panorama adverso para las empresas debido a la ideología de privilegiar el rol del Estado como proveedor de recursos económicos para los sectores menos favorecidos, aunado a una animadversión social hacia la actividad empresarial, estigmatizada como sinónimo de abuso y oportunismo.

El programa de gobierno asistencialista —que pretende crear dependencia económica— está promoviendo una cultura del “dinero fácil” que sustituye a la tradicional cultura del esfuerzo y del trabajo.

En la medida en que el gobierno mantenga el ritmo de las ayudas sociales, requerirá más dinero, y eso aumentará las exigencias impositivas a las empresas y a los trabajadores, quienes son los verdaderos generadores de recursos.

Finalmente, en México hemos carecido siempre de una cultura empresarial que vea, sobre todo en las pequeñas y microempresas, una vocación de servicio colectivo más allá de un simple oficio.

En este sentido, y ante el panorama adverso que pueden enfrentar las empresas en el mediano plazo, es imperante que, como sociedad:


  • Revirtamos la visión populista de la estigmatización de la actividad empresarial.

  • Ofrezcamos a la sociedad una nueva actitud empresarial de compromiso social y solidaridad (desde COPARMEX el Modelo de Desarrollo Inclusivo, MDI)

  • Demostremos que los recursos que se distribuyen tienen como origen el pago de impuestos, provenientes precisamente de las empresas y los trabajadores, que no son infinitos y por lo mismo, el gobierno debe entender que sin el apoyo del sector productivo no podrá cumplir sus compromisos.

  • Creemos desde el mismo sector empresarial una nueva cultura de compromiso social.

  • Estimulemos el sentido de pertenencia y generemos el orgullo por formar parte de este sector.


Como siempre les he dicho a mis hijas, el futuro no llega, se crea; y es precisamente lo que tenemos que hacer, tanto desde el sector empresarial en su conjunto como desde la sociedad misma. #OpiniónCoparmex