/ lunes 5 de septiembre de 2022

Presupuesto 2023

Abogado que defiende la aplicación de las leyes y la lógica. Usa datos para argumentar. Maestro en políticas públicas y profesor universitario.

El jueves 8 de septiembre es la fecha límite para que el presidente a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público entregue a la Cámara de Diputados el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el siguiente año ¿Qué esperar en esta ocasión y cuál sería el presupuesto ideal?

Para el quinto año de gobierno de la actual administración el mayor reto de este gobierno es lograr crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de las personas. El PIB en promedio anual creció 1.9% con Fox, 1.8 con Calderón, 2.4 con Peña y llevamos un -1.2 con López Obrador. Aunque el presidente ha insistido en que ésta no debe ser la medida para calificar de bueno o malo el desempeño de un gobierno, lo cierto es que sin crecimiento económico y mayores recursos las promesas no pueden transformarse en derechos y sin éstos no puede haber felicidad o bienestar.

A pesar de la política de austeridad impuesta por el Gobierno federal, el gasto gubernamental no ha parado de crecer. Pasamos de 5.8 billones de pesos en 2019 a 7.1 billones para 2022. Lo que cambio fueron las prioridades y los gastos inevitables. Empezamos con el gasto no programable, es decir, aquel que se destina al cumplimiento de obligaciones como pagos pendientes de años anteriores, gastos destinados a cubrir comisiones e intereses de la deuda pública. Para este año, este tipo de gastos ocupa el 26% de todo el presupuesto. Casi 2 de cada 10 pesos se van a pensiones y hay mayores recursos comprometidos para el pago de la deuda pública (aumentó 6.7% con respecto al año anterior).

Sobre las prioridades en este gobierno los datos oficiales muestran que los recursos se van a Pemex y CFE. Ojalá fueran solo para invertir en ellas. Desafortunadamente buena parte de los recursos públicos sirvan para cubrir pensiones, prestaciones y deuda de las empresas públicas. Por quinto año consecutivo (2018-2022) la CFE registró una pérdida neta en el primer semestre del año. Tuvo un rendimiento neto de -47.6 millones de pesos de acuerdo con el último estado financiero consolidado. En el caso de Pemex, a junio de 2022 el saldo total de la deuda financiera bruta de Pemex fue de 2.16 billones de pesos, de los cuáles deberá pagar el 19.5% para junio de 2023.

Aunque el presidente ha fortalecido los recursos de algunos programas sociales como el de Bienestar de las personas adultas mayores, Becas para el bienestar y Sembrando Vida, cada año se han extinguido programas clave de atención a la población como: Comedores comunitarios, Estancias infantiles, Seguro popular, Apoyos al campo (4 de 6 programas han visto reducciones en su presupuesto). También desaparecieron programas para impulsar el crecimiento económico: promoción a la competitividad, infraestructura de calidad y microcréditos para el bienestar, y la lista continúa.

El presupuesto ideal consideraría tres ejes principales: 1) Disminuir las brechas existentes, 2) Impulsar la inversión productiva y rentable y, 3) Potenciar el desarrollo económico del país. El gasto público no es distinto a las finanzas personales. Si queremos gastar más, tenemos que ganar más. Para lograrlo hay tres vías: 1) subir impuestos, 2) endeudarse más o 3) crecer económicamente. Por lo pronto, llegará el Paquete Económico 2023 con escasos recursos y un mayor número de necesidades. Veamos quienes pierden y quienes ganan en esta ocasión.

*Manuel Guadarrama es Coordinador de Gobierno y finanzas del IMCO. Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan la postura institucional.