/ martes 10 de septiembre de 2024

Prevención del suicidio: conversación urgente

Por Jesús Antonio Castañeda Martínez

La implementación de programas de intervención temprana en escuelas y lugares de trabajo también son fundamentales. Al crear conciencia desde una edad temprana sobre la importancia de la salud mental y ofrecer recursos en entornos laborales, se puede crear una cultura de prevención, apoyo y sin estigmas

El suicidio es un problema de salud pública que aún tiene bastantes necesidades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año más de 700 mil personas mueren a causa del suicidio, lo que representa una muerte cada 40 segundos. En México, según la INEGI, fallecieron 8 mil 123 personas por suicidio en 2022. Es vital la implementación de iniciativas de prevención del suicidio para reducir estas cifras devastadoras y, sobre todo, para salvar vidas.

La prevención del suicidio es una lucha colectiva. Las familias, amigxs, colegas y comunidades tienen un papel crucial en este proceso. Las personas en riesgo de suicidio a menudo se sienten solas, y el apoyo de su entorno puede ser un salvavidas. Las personas en riesgo a menudo muestran signos de alarma que pueden ser comentarios sobre querer morir o sentir que no hay esperanza, aislarse de amigxs y familiares, cambios abruptos en el comportamiento, regalar pertenencias personales, o mostrar desinterés por actividades que antes les gustaban.

Cualquier expresión de desesperanza o desesperación debe tomarse en serio, lo más importante es brindar apoyo y escuchar sin juzgar. Generar espacios de conversación abierta, sin prejuicios sobre salud mental, fomentar el bienestar emocional y eliminar el estigma asociado a la búsqueda de ayuda son medidas esenciales. Promover en el entorno familiar una comunicación abierta y crear una red de apoyo emocional puede reducir significativamente el riesgo de suicidio. Muchas veces, la simple presencia de alguien dispuesto a escuchar puede hacer una gran diferencia.

La búsqueda de apoyo profesional como de psicólogxs, psiquiatras y otrxs profesionales de la salud mental es vital en la prevención del suicidio. A menudo, el suicidio está relacionado con trastornos mentales como la depresión o la ansiedad. El tratamiento puede incluir terapia, medicamentos o ambos, siendo una herramienta poderosa para prevenir el suicidio. Sin embargo, por estigma o vergüenza las personas no buscan ayuda. Hablar abiertamente sobre salud mental y normalizar la búsqueda de ayuda puede hacer que las personas den el primer paso hacia el tratamiento.

Los gobiernos tienen la responsabilidad de implementar políticas públicas que promuevan la salud mental y el bienestar de sus ciudadanos. La falta de acceso a servicios de salud mental, especialmente en comunidades rurales y desfavorecidas, representa una barrera significativa. La formación de profesionales de la salud mental, garantizar que estos servicios sean accesibles para todos y desarrollar campañas nacionales de concientización sobre la salud mental son algunas de las acciones clave para prevenir el suicidio a nivel estructural.

La implementación de programas de intervención temprana en escuelas y lugares de trabajo también son fundamentales. Al crear conciencia desde una edad temprana sobre la importancia de la salud mental y ofrecer recursos en entornos laborales, se puede crear una cultura de prevención, apoyo y sin estigmas.

A través de la concientización, el apoyo comunitario, el acceso a ayuda profesional y la implementación de políticas adecuadas, es posible prevenir muchas de estas muertes. Alcemos la voz y hablemos abiertamente sobre la salud mental y el suicidio. Combatamos el estigma y demos un paso importante hacia la creación de una sociedad más compasiva, donde nadie tenga que enfrentar sus luchas en soledad. Las palabras, el apoyo y las acciones pueden salvar vidas. No subestimemos el poder de la prevención.

Médico General y Maestrante en Salud Pública con Área de Concentración en Epidemiología

X: @ChuyCastaneda01

Por Jesús Antonio Castañeda Martínez

La implementación de programas de intervención temprana en escuelas y lugares de trabajo también son fundamentales. Al crear conciencia desde una edad temprana sobre la importancia de la salud mental y ofrecer recursos en entornos laborales, se puede crear una cultura de prevención, apoyo y sin estigmas

El suicidio es un problema de salud pública que aún tiene bastantes necesidades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año más de 700 mil personas mueren a causa del suicidio, lo que representa una muerte cada 40 segundos. En México, según la INEGI, fallecieron 8 mil 123 personas por suicidio en 2022. Es vital la implementación de iniciativas de prevención del suicidio para reducir estas cifras devastadoras y, sobre todo, para salvar vidas.

La prevención del suicidio es una lucha colectiva. Las familias, amigxs, colegas y comunidades tienen un papel crucial en este proceso. Las personas en riesgo de suicidio a menudo se sienten solas, y el apoyo de su entorno puede ser un salvavidas. Las personas en riesgo a menudo muestran signos de alarma que pueden ser comentarios sobre querer morir o sentir que no hay esperanza, aislarse de amigxs y familiares, cambios abruptos en el comportamiento, regalar pertenencias personales, o mostrar desinterés por actividades que antes les gustaban.

Cualquier expresión de desesperanza o desesperación debe tomarse en serio, lo más importante es brindar apoyo y escuchar sin juzgar. Generar espacios de conversación abierta, sin prejuicios sobre salud mental, fomentar el bienestar emocional y eliminar el estigma asociado a la búsqueda de ayuda son medidas esenciales. Promover en el entorno familiar una comunicación abierta y crear una red de apoyo emocional puede reducir significativamente el riesgo de suicidio. Muchas veces, la simple presencia de alguien dispuesto a escuchar puede hacer una gran diferencia.

La búsqueda de apoyo profesional como de psicólogxs, psiquiatras y otrxs profesionales de la salud mental es vital en la prevención del suicidio. A menudo, el suicidio está relacionado con trastornos mentales como la depresión o la ansiedad. El tratamiento puede incluir terapia, medicamentos o ambos, siendo una herramienta poderosa para prevenir el suicidio. Sin embargo, por estigma o vergüenza las personas no buscan ayuda. Hablar abiertamente sobre salud mental y normalizar la búsqueda de ayuda puede hacer que las personas den el primer paso hacia el tratamiento.

Los gobiernos tienen la responsabilidad de implementar políticas públicas que promuevan la salud mental y el bienestar de sus ciudadanos. La falta de acceso a servicios de salud mental, especialmente en comunidades rurales y desfavorecidas, representa una barrera significativa. La formación de profesionales de la salud mental, garantizar que estos servicios sean accesibles para todos y desarrollar campañas nacionales de concientización sobre la salud mental son algunas de las acciones clave para prevenir el suicidio a nivel estructural.

La implementación de programas de intervención temprana en escuelas y lugares de trabajo también son fundamentales. Al crear conciencia desde una edad temprana sobre la importancia de la salud mental y ofrecer recursos en entornos laborales, se puede crear una cultura de prevención, apoyo y sin estigmas.

A través de la concientización, el apoyo comunitario, el acceso a ayuda profesional y la implementación de políticas adecuadas, es posible prevenir muchas de estas muertes. Alcemos la voz y hablemos abiertamente sobre la salud mental y el suicidio. Combatamos el estigma y demos un paso importante hacia la creación de una sociedad más compasiva, donde nadie tenga que enfrentar sus luchas en soledad. Las palabras, el apoyo y las acciones pueden salvar vidas. No subestimemos el poder de la prevención.

Médico General y Maestrante en Salud Pública con Área de Concentración en Epidemiología

X: @ChuyCastaneda01