Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de la AMIIF
En la industria farmacéutica tenemos claro que la propiedad intelectual (PI) es clave para fomentar un entorno que promueva las innovaciones en el cuidado de la salud y mejore el bienestar de las personas. También es un mecanismo de recompensa que brinda ventajas competitivas y certeza jurídica para invertir en investigación y desarrollo e incentivar la innovación.
A partir del siglo XX, los avances médicos promovidos a través de la propiedad intelectual han mejorado indiscutiblemente la esperanza y la calidad de vida, gracias a las innovaciones sanitarias. Por ejemplo, la hepatitis C, que fue una sentencia de muerte hace varios años, hoy es curable. Lo mismo ocurre con el cáncer, que está pasando de ser una enfermedad mortal a una enfermedad crónica. Personas con otras enfermedades crónicas como diabetes, hemofilia o enfermedades autoinmunes, hoy tienen una esperanza de vida similar a la del resto de la población.
Esto es gracias a la innovación y a su vez, la innovación es posible con un sistema robusto de protección a la propiedad intelectual. Por ejemplo, la propiedad intelectual (PI) jugó un papel determinante en la respuesta de los países a la pandemia por covid-19. El desarrollo de vacunas, terapias y tecnologías mantuvo a muchas poblaciones conectadas, protegidas e informadas, a la vez que trazó un camino que permitió la recuperación progresiva de la economía mundial.
Así podemos ver que la propiedad intelectual también crea valor para las economías de los países. Datos del informe “La importancia de las industrias manufactureras intensivas en propiedad intelectual para la economía estadounidense” muestran que los países que solicitan más patentes tienden a experimentar tasas de crecimiento económico más altas, que se aceleran con el tiempo a medida que aumenta su actividad de patentamiento.
En el “Índice Internacional de Propiedad Intelectual 2023”, de la Cámara Americana de Comercio, que compara el marco de PI en 55 economías globales, México ocupa la posición 23, con una puntuación general de 58.9%. A nivel regional se encuentra en la primera posición, seguido de Costa Rica, República Dominicana, Perú y Chile. En los primeros lugares del ranking están Estados Unidos, Reino Unido, Francia , Alemania y Suecia, respectivamente.
No hay progreso sin un ecosistema de innovación y creatividad, y el combustible de dicho ecosistema es un marco robusto de propiedad intelectual que incentive las inversiones para desarrollar productos y servicios de vanguardia.
La industria de innovación en salud se apega estrictamente a la legislación vigente en materia de propiedad intelectual, que también está protegida en tratados internacionales de los que México forma parte. Debemos apostar por la protección a la propiedad intelectual y por las innovaciones que permitan mejorar la vida y la salud de las personas.