/ lunes 14 de diciembre de 2020

Pulso CDMX | Activismo socioambiental: una respuesta local

Ya han pasado 5 años desde la firma del Acuerdo de París, pacto mundial histórico de combate al cambio climático y de impulso inversiones para un desarrollo global sostenible. Uno de los principales objetivos de este Acuerdo es buscar mantener un aumento de la temperatura inferior a 2 grados para el fin del siglo. Sin embargo, de acuerdo con los climatólogos con nuestro modelo de desarrollo actual provocaríamos un crecimiento de entre 5 y 7 grados: más catástrofes naturales y cada vez más intensas, más de 150 millones de personas refugiadas, desaparición de miles de especies, más enfermedades. La pandemia del Covid 19 está directamente relacionada con la sobreexplotación de nuestros ecosistemas, cuando es momento de actuar para impulsar un modelo de desarrollo distinto, basado en la sustentabilidad y regeneración ambiental.

Sin justicia ambiental no hay justicia social. Independientemente del color, los gobiernos deben de hacer de la cuestión ambiental su eje político transversal prioritario. El bienestar ambiental es la base de nuestro bienestar social colectivo. En la Ciudad de México, la Constitución local reconoce el derecho de sus habitantes a un medioambiente sano, a la salud y de la naturaleza. Sin embargo, la tendencia presupuestal ha ido a la baja. Para 2021 se prevé una reducción presupuestal para la Secretaría de Medioambiente de cerca de 5.5% cuando la crisis ambiental sigue progresando. En la Alcaldía Cuauhtémoc por ejemplo pocas personas y autoridades se preocupan por la pandemia de muérdago, una planta que termina asfixiando a los árboles. En la colonia Roma ya es común encontrarte con cadáveres grises en medio de decenas de árboles víctimas de esta plaga. Para el 2030, ambientalistas alertan que casi el 60% de los árboles de la Capital puede desaparecer por falta de mantenimiento, ahogarlos en cemento u omitir el tratamiento de plagas.

Las Ciudades son gran parte del problema, aún más con el crecimiento desenfrenado urbano. Pero son también parte esencial de la solución. En esta tarea la información y participación de la gente será determinante. La ciudadanía puede obligar y exigir sus derechos al Gobierno mediante procesos legales. También puede ser propositiva y comprometida sumándose a acciones existentes o replicando el mensaje. En medio de la Roma brilla el Huerto Roma Verde, iniciativa comunitaria reconocida en el ámbito local, nacional y mundial con varios reconocimientos y vinculaciones internacionales. El Huerto Roma Verde hace la síntesis entre sensibilización y aprendizaje ambiental con base en un modelo de desarrollo biosocial que prioriza la regeneración de las energías naturales. Punto de encuentro, refugio de la biodiversidad, motor cultural y formador de consciencia: este laboratorio resiliente cohesiona a la comunidad con el territorio. Este modelo debería de ser replicado en cada colonia para fomentar el reciclaje, la organización social, la paz comunitaria, la seguridad alimentaria, la prevención, las mejores prácticas en casa y el bienestar socioambiental. Oasis de oxígeno y de diversidad, el Huerto Roma Verde es el claro ejemplo de una solución vanguardista obligada para garantizar la suficiencia energética de las generaciones futuras.

Ya han pasado 5 años desde la firma del Acuerdo de París, pacto mundial histórico de combate al cambio climático y de impulso inversiones para un desarrollo global sostenible. Uno de los principales objetivos de este Acuerdo es buscar mantener un aumento de la temperatura inferior a 2 grados para el fin del siglo. Sin embargo, de acuerdo con los climatólogos con nuestro modelo de desarrollo actual provocaríamos un crecimiento de entre 5 y 7 grados: más catástrofes naturales y cada vez más intensas, más de 150 millones de personas refugiadas, desaparición de miles de especies, más enfermedades. La pandemia del Covid 19 está directamente relacionada con la sobreexplotación de nuestros ecosistemas, cuando es momento de actuar para impulsar un modelo de desarrollo distinto, basado en la sustentabilidad y regeneración ambiental.

Sin justicia ambiental no hay justicia social. Independientemente del color, los gobiernos deben de hacer de la cuestión ambiental su eje político transversal prioritario. El bienestar ambiental es la base de nuestro bienestar social colectivo. En la Ciudad de México, la Constitución local reconoce el derecho de sus habitantes a un medioambiente sano, a la salud y de la naturaleza. Sin embargo, la tendencia presupuestal ha ido a la baja. Para 2021 se prevé una reducción presupuestal para la Secretaría de Medioambiente de cerca de 5.5% cuando la crisis ambiental sigue progresando. En la Alcaldía Cuauhtémoc por ejemplo pocas personas y autoridades se preocupan por la pandemia de muérdago, una planta que termina asfixiando a los árboles. En la colonia Roma ya es común encontrarte con cadáveres grises en medio de decenas de árboles víctimas de esta plaga. Para el 2030, ambientalistas alertan que casi el 60% de los árboles de la Capital puede desaparecer por falta de mantenimiento, ahogarlos en cemento u omitir el tratamiento de plagas.

Las Ciudades son gran parte del problema, aún más con el crecimiento desenfrenado urbano. Pero son también parte esencial de la solución. En esta tarea la información y participación de la gente será determinante. La ciudadanía puede obligar y exigir sus derechos al Gobierno mediante procesos legales. También puede ser propositiva y comprometida sumándose a acciones existentes o replicando el mensaje. En medio de la Roma brilla el Huerto Roma Verde, iniciativa comunitaria reconocida en el ámbito local, nacional y mundial con varios reconocimientos y vinculaciones internacionales. El Huerto Roma Verde hace la síntesis entre sensibilización y aprendizaje ambiental con base en un modelo de desarrollo biosocial que prioriza la regeneración de las energías naturales. Punto de encuentro, refugio de la biodiversidad, motor cultural y formador de consciencia: este laboratorio resiliente cohesiona a la comunidad con el territorio. Este modelo debería de ser replicado en cada colonia para fomentar el reciclaje, la organización social, la paz comunitaria, la seguridad alimentaria, la prevención, las mejores prácticas en casa y el bienestar socioambiental. Oasis de oxígeno y de diversidad, el Huerto Roma Verde es el claro ejemplo de una solución vanguardista obligada para garantizar la suficiencia energética de las generaciones futuras.