Por Gaby Salido
Durante el último periodo extraordinario de la Legislatura anterior, el Congreso capitalino, decidió heredar a la Ciudad 5 cambios de uso de suelo, mandándolos al Jefe de Gobierno para su publicación.
En esa sesión del 28 de agosto de 2024, se presentaron 14 propuestas para modificar diferentes Programas de Desarrollo Urbano, nueve fueron desechados y cinco se aprobaron.
Así, se dio luz verde a los cambios para tres inmuebles de la alcaldía Miguel Hidalgo, uno en Cuauhtémoc y otro más en Coyoacán.
A partir de este punto, se creó la falsa expectativa de la falta de publicación de esos cambios por el Jefe de Gobierno, asumiendo que eso diera por concluido el trámite.
Sin embargo, de acuerdo con la Ley, la aprobación en el Congreso abrió la puerta a que los solicitantes tomen otro tipo de acciones, continuando la resaca legislativa que dejó cada decisión avalada por la mayoría, en la pasada legislatura.
¡Vaya conflicto! Pues aunque se pretenda manipulando la percepción, el tema no ha concluido, la responsabilidad solo cambia de manos, del Congreso al Jefe de Gobierno. Y … ¿de regreso?
En este orden de ideas y al observar que en el Palacio del Ayuntamiento se había hecho la mudanza, y Martí Batres ya tenía las maletas en la puerta, los ciudadanos pensaron haber librado la batalla, pero no fue así.
La angustiante espera llegó a su fin el pasado viernes 4 de octubre. Desde temprano la Gaceta Oficial publicada, mató esa esperanza, pues se encontraban publicados 3 de los 5 cambios de uso de suelo.
El ex jefe de gobierno, tuvo que sufrir la resaca legislativa y publicar, aunque sea al final, 3 de los cambios que el Congreso le envió.
Se preguntarán, ¿Qué pasó con los otros dos?
Todo parece indicar que, devolviendo el favor al mismo Congreso, intentará corregir la plana a la mayoría parlamentaria de la Legislatura anterior, enviando como último acto, comentarios a esos decretos.
Ahora bien, sin perder de vista la condición para que Martí Batres fuera el sucesor interino de la hoy presidenta Claudia Sheinbaum, hizo el compromiso de no cambiar a los funcionarios púbicos del Gabinete, extendiendo esa protección a no culpar a quienes emitieron opinión técnica favorable para estos casos.
En una maniobra curiosa, sin señalar que la opinión de PAOT llegó después de la aprobación de estos cambios en la comisión, pretende interpretar las opiniones de su gabinete, e intentar alinearlas con la opinión negativa de PAOT.
Seguramente pensó: “total, con los funcionarios fuera del cargo, ¿A quién se puede culpar?”
La respuesta, nuevamente cual resaca, la ha dejado Martí Batres a la actual legislatura del Congreso, y al recientemente estrenado Gobierno de la CDMX a cargo de Clara Brugada, quienes, para no afectar derechos de unos o de otros, tendrán que resolver a la brevedad.